entrevista a Amartya Sen (lastampa)

la India, más potente por escéptica
El mercado. las reformas, las inversiones: el premio Nobel explica el milagro que ha transformado la gran nación asiática.

Mario Baudino, LaStampa, 7-XII-2005.

Desde siempre otra India existe, ahora protagonista en el mundo globalizado. Y no es aquel tipo de Océano de lo sagrado, de continente de la fe, que Occidente siempre ha querido pensar. Amartya Sen, el economista bengalí premio Nobel en el 1998, siempre lo ha sustentado, pero ahora desarrolla este tema en un libro muy orgánico, aunque nacido en parte de sabios autónomos, que Mondadori apenas ha publicado con el título: La otra India, la tradición racionalista y escéptica en las raíces de la cultura india. Sen es un economista particular: partiendo de la teoría económica, propone en su pensamiento temas filosóficos e históricos, alrededor del binomio para él indisoluble entre desarrollo y democracia. Docente en la universidad de Harvard, se siente, y lo escribe en el libro, intensamente indio. Lo hemos encontrado en Venecia, huésped de un encuentro en el ámbito de los "Telecom" habla con otro Nobel de economía como Robert Mandell, Edward Prescott y Joseph Stiglitz.

Su libro será para muchos un shock. Nos explica que siempre hemos tenido de la India una idea parcial, quizás errada. ¿Por eso ahora nos asombramos de su creciente papel económico?

"Haría una distinción entre las dos preguntas. Por cuánto concierne la economía, la respuesta es relativamente simple: La India se ha convertido en protagonista en el mundo globalizado a causa del cambiamente en su política. Fuimos un país hostil a los comercios internacionales, no lo somos ahora más. Del resto, la India ha invertido muchísimo en los campos de la educación, de las tecnologías informáticas y del comercio; ahora vemos los resultados de algo que es empezado con Nehru, nuestro primer presidente. Ciertamente, también hemos desarrollado industrias como la química, razón por la que los precios de nuestros medicamentos son los más bajos en el mundo. Pero en general éste tiene poco a que ver con la tradición cultural, a excepción quizás por cuánto concierne la matemáticas, el hecho es que nuestra cultura tradicional no ha sido entendida nunca en Occidente.

El énfasis sobre el pensamiento religioso, por ejemplo, es en parte, también del punto de vista indio, una reacción a la dominación inglesa: de un lado se exaltó la religión para no sentirnos inferiores al imperio británico, del otro los ingleses tendieron a reconocer fácilmente a ella una gran importancia, que no molestó sus esquemas de pensamiento, su sentido de superioridad. El resultado es así la ocultación de la línea de pensamiento escéptico y racionalista. Pero si es verdadero que la India tiene más literatura religiosa de cualquiera otro país, tiene también más literatura laica que cualquiera otro. Hay hasta dudas y escepticismos importantes en los himnos védicos, dos mil años antes de Cristo."

Un capítulo de su libro le es dedicado a Rabindranath Tagore, el gran poeta bengalí que ha tenido fama mundial en los años Veinte. Siempre se ñe ha considerado un místico. En cambio usted lo coloca en la tradición escéptica.

"Fue en efecto un héroe del libre pensamiento, un partidario de la ciencia y un reformador social. Esto es para mí es muy importante, también más allá de la belleza de sus versos, sin embargo siempre traducidos bastante mal en las otras lenguas."

¿Podemos decir que si una relación entre economía y tradición "escéptica" existe, debe ser buscado en la política?

"Cuando La India eligió de convertirse en un país democrático y pluripartidista, no hubo nada parecido en Asia o en África. Creo que ha sido necesaria una buena dosis de escepticismo sobre el dogma según el que no es posible establecer un régimen democrático en un país pobre. Y éste es el resultado de lo que llamo precisamente la tradición escéptica. Otro ejemplo: en la última elección el BJP, el partido nacionalista hindu, ha sido derrotado por el partido del Congreso a pesar de la campaña desatado contra Sonia Gandhi en cuánto no-india, "italiana". Bien, también en este caso la gente ha enseñado una sana dosis de escepticismo acerca de a este tipo de afirmaciones, dando la victoria al partido de centroizquierda conducido por la Señora Gandhi, que se ha demostrado un óptimo líder político. Del resto, en India tenemos a un presidente musulmán y un primer ministro sikh, aunque el país sea más allá del ochenta por ciento de religión hindú."

¿Podemos afirmar que esta madurez del electorado también nace de la experiencia del crecimiento económico?

"Más o menos. Nos fijamos en la historia. China, para hablar de nuestro vecino más importante, tiene una larga tradición ingenierística: de la pólvora a los grandes diques. El papel jugado por la India ha sido la matemáticas. Ha habido obviamente una primera fase de industrialización sobre base ingenierística, pero el desarrollo de las tecnologías ha acabado por favorecer a los matemáticos. La globalización ahora es por lo demás mucho más amigable que en el pasado con respecto de esta disciplina."

Y con respecto a la democracia? En sus obras, ha puesto siempre el acento sobre la unión entre democracia y desarrollo, globalización y equidad.

"La democracia tiene ciertamente algo que ver con el crecimiento económico de la India. Porque aquí está bien más arraigado, por ejemplo, que en China."

Aunque al momento el protagonista absoluto, a nivel comercial y empresarial, parece ser precisamenteChina.

"Tienen una tasa de desarrollo superior al nuestro. Pero todo considerado la India es más innovativa. El espíritu democrático anima la confianza en sí mismos, la autonomía, y tiene por tanto un gran papel en el crecimiento económico indio. Nuestra tecnología de la innovación es más importante que la china, justo porque solicita la preexistencia de un tejido legal, de instituciones. Ciertamente en el complejo el crecimiento general es menor, pero para hacer un ejemplo importante, en los últimos años la expectativa de vida de los indios ha aumentado mucho más. Ahora es de 64 años, contra los 71 de China, dónde pero desde hace tiempo ha parado de mejorar. En ambos países han aumentado las desigualdades, pero en el nuestro al menos no se ha parado de discutir. Tanto que por fin se ha cambiado el gobierno."

¿Qué viene primero, la democracia o el desarrollo?

"No veo una secuencia obligada. Tenemos que tratar de tener ambas cosas, juntas."

En Europa parecen a veces no bastar. ¿Cómo ve la actual crisis frente a los nuevos protagonistas del mundo global?

"No pienso que sea una crisis tan grave. Y por lo demás la experiencia de los últimos dos siglos ha demostrado que la expansión de los comercios tiende a resultar benéfica para todos. Ciertamente, eso no significa que la estructura industrial, en América o en Europa, no tenga que cambiar. Ya ha sucedido en el pasado, y todavía sucederá. El problema es ser innovativos y constructivos. Después de todo, América, Europa y Japón todavía tienen enormes ventajas en las áreas de la educación superior, y de los specialismi. He visitado la Emilia Romagna, y me parece interesante ver cómo funciona un área rica, con un alto nivel de investigación a menudo unida a una vivaracha vida política y a una orientación de centroizquierda."

¿Piensa que nuestro modelo de Bienestar está encaminado a una crisis sin salida?

"No, no creo que haya perdido su papel. Veo con mayor preocupación el de EE.UU., dónde los flequillos marginales de la población también viven más mal que los indios o chinos pobres. Pero no me parece un problema de Europa. Hay necesidad de un Bienestar "inteligente", que pueda ayudar a la gente a trabajar mejor, o a encontrar un trabajo si lo ha perdido. Es desde este propósito que pienso que el modelo parlamentario europeo es mejor de el presidencial americano. En Italia y Gran Bretaña, por ejemplo, a pesar de la estrecha alineación a las políticas americanas, el sistema parlamentario permite una más vasta posibilidad de crítica."

A propósito de crítica. Justo en estos días la población de Val de Susa, en Piamonte, está rebelándose contra el proyecto de construir el plan ferroviario de alta velocidad, sustentando que la obra es peligrosa para la salud y el entorno, y también que la alta velocidad no sirve para nada. Una típica controversia de mundo "rico" y globalizado.

"Quizás la gente del valle se equivoca, pero democracia significa discutir. Un sistema autoritario tiene mayor facilidad en realizar proyectos, pero en un contexto democrático, aunque los errores siempre son posibles, el debate queda como la cosa más importante."

¿Según usted también los trenes de alta velocidad lo son?

"Sí, son importantes. A menudo me quejo de cuánto tiempo empleo en ir de Boston a Nueva York, mientras en Japón puedo desplazarme con gran rapidez. También allá hubieron contestaciones contra el aeropuerto de Narita, pero me parece que ahora todos están de acuerdo. En todo caso, sirve discusión, y no sólo en Val de Susa. Los actuales debates sobre la globalización por ejemplo, son interpretados a menudo como si fueran 'contra'. No es verdad. Hay muchos modos de dar contribuciones positivas."