terrible ´maldició dels recursos´

Para tener el oro necesario para un anillo de bodas se precisa remover entre 2 y 20 toneladas de tierra. Newmont pagará 1,5 millones de dólares como canon minero, la mitad del cual iría al departamento de Cajamarca. Y promete también trabajo. Sin embargo, los problemas de salud y la delincuencia demuestran que la mina no ha repartido la riqueza.

El oro aumenta su cotización en los mercados; pero en el reverso de la moneda está un reguero de conflictos medioambientales ocasionados por su extracción en minas a cielo abierto. Y uno de los más graves, localizado en la provincia de Cajamarca (en el norte de Perú), simboliza las amenazas que acarrea la extracción de oro sobre los recursos naturales. Los grafitis en Celendín (24.623 habitantes) expresan la disyuntiva entre oro y agua de forma simple. "Sin oro se puede vivir; sin agua no". Es la esencia del litigio ocasionado por el más importante proyecto de explotación minera de la historia de Perú.

En juego está una inversión privada de 3.700 millones de dólares para obtener hasta unas 20 toneladas de oro al año durante dos décadas, además de plata y cobre. El plan cuenta con el apoyo del Gobierno peruano, encabezado por Ollanta Humala, que lo considera de interés nacional dentro de su estrategia para atraer inversiones. Sin embargo, el gobierno regional (el Movimiento de Afirmación Social), los municipios, las comunidades indígenas y los grupos sociales lo rechazan. Las protestas han sido tan intensas que el Ejecutivo ha paralizado el inicio de la obra (ya aprobada) y ha prometido un peritaje internacional que evalúe el impacto ambiental de la mina.

"Hemos repetido que las actividades de extracción minera se deben desarrollar bajo el marco de la normativa ambiental, y respetando los recursos naturales. No nos oponemos a las inversiones, sino que queremos un desarrollo viable, sostenible y justo para todos", dice por teléfono Gregorio Santos Guerrero, alto cargo de la Gerencia Regional de Recursos Naturales de Cajamarca, para justificar el rechazo al proyecto.

La mina Conga estaría a 800 km al norte de Lima, en una cabecera hidrográfica a más 3.700 metros de altitud - integrada por lagunas andinas, humedales y áreas de drenaje natural-que abastece un amplio radio de la provincia de Cajamarca. "La destrucción de las lagunas puede afectar al abastecimiento de estas zonas circundantes y las actividades agropecuarias. Y puede verse afectada Cajamarca", con 200.000 habitantes, dice Santos.

El drama es que para sacar el oro se necesita eliminar cuatro de las 30 lagunas, pues la minería a cielo abierto abre enormes tajos para sacar el mineral. El resultado es que al cuartearse el suelo, se rompe el curso de los ríos y riachuelos; hace desaparecer fuentes y manantiales, y las aguas entran en contacto con la superficie hasta oxidarse y volverse ácidas.

Además, los procesos de extracción son muy contaminantes, al usarse cianuro, un potente veneno. Las tierras son apiladas y lavadas con una solución de agua y cianuro, a la que se pega el oro y otros minerales disueltos en la tierra. Pero los residuos, en las diversas fases del proceso, se filtran al subsuelo y contaminan los ríos.

El proyecto Conga es impulsada por la empresa peruana Buenaventura y por Newmont, la segunda compañía minera de oro en el mundo. La multinacional es dueña de la mina Yanacocha (también de oro), cuya actividad a lo largo de 18 años ha supuesto un mal precedente. La población culpa a Newmont de haber provocado la desaparición de lagos y fuentes, y de haber contaminado la tierra y las aguas de los ríos con cianuro y mercurio. Incluso, se han dado cíclicos episodios que han causado mortandad de truchas y se teme una bioacumulación de metales en la población, según explica a este diario Marco Arana, un sacerdote ecologista que se ha convertido en uno de los principales opositores al plan. Y ahora el riesgo es que el proyecto Conga (cercano al de Yanacocha) agrave la destrucción de sus recursos naturales.

La empresa Newmont replica que ha realizado la evaluación de impacto ambiental más completa llevada a cabo en Perú. Afirma que las cuatro lagunas se podrían sustituir con cuatro depósitos para garantizar el suministro; pero las soluciones de ingeniería "no son científicas" para la Gerencia de Recursos Naturales.

Un informe del Ministerio de Medio Ambiente ha revelado las carencias del estudio de impacto de Newmont. Dice que el "proyecto transformará de manera muy significativa e irreversible la cabecera de la cuenca, hará desaparecer varios ecosistemas y fragmentará los restantes, de manera que los procesos, funciones y servicios ambientales se verán afectados de manera irreversible". Aún así, Humala ha pedido el peritaje internacional.

22-I-12, A. Cerrillo, lavanguardia