geopolíticament important gasoducte directe Russia-Alemanya

Cerca de Lubmin, en la costa báltica alemana, ayer se inauguró el primer gasoducto directo entre Rusia y Alemania, el Consducto Norte. Es mucho más que un tubo submarino de 1.200 kilómetros que llevará directamente el gas de Siberia a la potencia alemana. Se trata, dijo la canciller Angela Merkel, de "la mayor infraestructura energética de nuestro tiempo" y de un "ejemplo de la cooperación entre Rusia y Europa".

"Con este proyecto apostamos por una cooperación firme y segura con Rusia", dijo Merkel en un acto al que asistieron el presidente ruso, Dimitri Medvédev; el comisario europeo de Energía, Günther Oettinger, y los primeros ministros de Holanda y Francia, Mark Rutte y François Fillon. Pero Alemania yel resto de Europa tienen el corazón partido con respecto a Rusia. Tanto en Berlín como en Bruselas, las fuerzas más orientadas a EE. UU. han luchado con fuerza contra el proyecto.

Impedir una relación fluida entre la UE y Rusia es uno de los grandes ejes de la política mundial de Washington y, en ese contexto, la resistencia de todos los países que el nuevo gasoducto esquiva (Ucrania, Polonia y las repúblicas bálticas) es anecdótica al lado de ese gran vector. Una relación económica más fluida e integrada entre la UE y Rusia, aunque sea un intercambio desigual en el que Rusia, como un país en desarrollo, aporta materias primas, puede tener consecuencias políticas y tejer alianzas. Ya no tiene sentido amenazar militarmente a tu suministrador de gas para mantener elementos de guerra fría. Ese es el motivo por el que se califica de "polémico" el Conducto Norte, y por el que ayer el presidente Medvédev expresó su esperanza de que no se pongan nuevos "obstáculos artificiales" a esa relación.

El Conducto Norte consta de dos tubos. Ayer se inauguró uno, el otro entrará en servicio el año que viene. Alcanza para abastecer a 26 millones de hogares. Alemania es el primer destinatario, pero para llevar a cabo el proyecto se ha tenido que implicar no sólo a grandes consorcios alemanes como Basf y Eon, y poner al ex canciller Gerhardt Schröder en la presidencia, sino también a empresas holandesas y francesas como Gasunie y GDF-Suez. Por parte rusa, el socio es el consorcio estatal Gazprom, que responde del 10% del PIB ruso.

Para Gazprom el Conducto Norte es importante porque convierte en rentable yacimientos como el de Schtockman, en el mar de Barents.

Un segundo gasoducto desde la costa rusa del mar Negro hasta Bulgaria y de allí a centroeuropa e Italia, el Conducto Sur, se hará el 2015. Para contrarrestar esa relación, EE. UU. potenció un tercer proyecto, el Nabucco, pero Gazprom ha logrado ganarse para la cooperación con Rusia al principal consorcio alemán presente en Nabucco, RWE. Parece que la partida va para largo.

9-XI-11, R. Poch, lavanguardia