´el General´, nou President de Guatemala

Tras 25 años de gobiernos civiles, un ex militar llega al poder en Guatemala por la vía democrática. Otto Pérez Molina, general retirado de 61 años, se convertirá en el próximo presidente del país más violento de Centroamérica, con la misión de evitar el colapso de las finanzas públicas, rescatar las instituciones minadas por la corrupción y devolver la seguridad a la ciudadanía, sitiada por las mafias.

Las urnas confirmaron los pronósticos de todas las encuestas y, en la segunda vuelta celebrada el domingo, dieron al hombre de la mano dura el 54,84% de los votos. Su adversario, el millonario populista Manuel Baldizón, que contó con el apoyo de la maquinaria propagandística de un partido gubernamental huérfano por primera vez de candidato presidencial, obtenía el 45,11%.

"Vamos a luchar muy fuerte para traer la paz, la seguridad, para que haya oportunidades de empleo yel desarrollo rural. Pueden tener la confianza que tendrán un presidente que va a trabajar muy duro y va a dar la cara para salir adelante", dijo Pérez al proclamarse vencedor.

En su programa de gobierno, el ex general ha situado el combate a la violencia asociada a las mafias de la droga - que controlan amplias zonas del país y hacen transitar por su territorio cerca del 80% de la cocaína que llega a EE. UU.-como prioridad y condición indispensable para lograr los objetivos de inversión y empleo que deben contrarrestar la pobreza. La deuda social de Guatemala es inmensa, con más de la mitad de la población en la miseria y un 15% de desnutridos, mayoritariamente niños. También lo es la crisis de las finanzas públicas, al borde de la bancarrota, yde las instituciones del Estado, consumidas por la ineficiencia y las prácticas corruptas, como la administración de justicia.

Pérez Molina, cuyo símbolo de campaña fue un puño cerrado, pretende asumir el liderazgo regional centroamericano de la lucha contra los carteles del narcotráfico con su experiencia de militar, que acabó convenciendo a la mayoría del electorado pero que levanta temores entre las organizaciones de derechos humanos que le atribuyen graves episodios de represión durante sus años de combate en la guerra civil.

Retirado de la milicia hace una década, el general,como se le conoce popularmente, lleva en su equipo de gobierno a varios excompañeros de armas y ha negado todas las acusaciones. "Son señalamientos de grupos muy pequeños que no han sido capaces de presentar ninguna prueba o ganar ningún juicio", argumenta. Otros observadores, sin embargo, subrayan su papel en la pacificación del país al final de los años noventa, tras casi cuatro décadas de conflicto civil, y su compromiso con la institucionalización del ejército.

A pesar de la sólida victoria que lo respalda, Pérez Molina no tendrá una gestión fácil. Llega al poder con las arcas vacías y un grupo parlamentario que necesitará de alianzas de gobernabilidad, sobre todo si quiere avanzar en la impostergable reforma fiscal. Su Partido Patriota obtuvo 57 de los 158 del Congreso, pero las opositoras Unión Nacional de la Esperanza, de la primera dama Sandra Torres, y la Gran Alianza Nacional, del derrotado Manuel Baldizón, pueden sumar los votos necesarios para complicarle el mandato.

8-XI-11, E. Sabartés, lavanguardia