el problema, europeu, d´Itàlia

Italia es un país bloqueado por castas, reglas, pequeñas y grandes jaulas pensadas para proteger a los que están dentro, pero que han acabado atrapando a todo el país. En cada actividad económica, Italia está bajo el dictamen de colegios profesionales, licencias y otras formas burocráticas que limitan el acceso y que definen las reglas de funcionamiento: desde los abogados hasta los taxistas, pasando por los ingenieros o arquitectos. Por ejemplo, un joven abogado que hoy quisiera hacerse un hueco aplicando tarifas más bajas o haciéndose publicidad no puede hacerlo: los honorarios están fijados por el colegio y la publicidad está prohibida. Un joven farmacéutico que quiera montar su negocio lo tendrá difícil: las licencias son pocas y caras y suelen transmitirse a los hijos. Lo mismo para los taxis u otras actividades. En Italia el 44% de los arquitectos son hijos de arquitectos, el 39% de los ingenieros son hijos de ingenieros, el 42% de los licenciados en derecho son hijos de licenciados en derecho, etcétera. Estas son las reformas que Europa pide a Italia pero que nadie quiere hacer. Sólo hace unos meses, cuando el Gobierno intentó liberalizar la profesión de abogado, hubo una insurrección entre los diputados en el Parlamento, en su mayoría abogados. La norma se eliminó. Hace cinco años, el intento de aumentar las licencias de taxi bloqueó Roma durante semanas.

Luego está el tema de los jubilados. Europa espera en este asunto medidas que este gobierno no es capaz de dar. El problema no sólo es la edad de jubilación. Todavía está en vigor en Italia una norma que permite a las personas jubilarse después de cierto número de años trabajados, sin tener en cuenta la edad. De esta manera, durante décadas se jubilaron personas de 40-45 años o incluso más jóvenes. Se ha estimado que estos baby jubilados cuestan a Italia, si se consideran los menores ingresos y los mayores gastos, 163,5 millones de euros, según Confartigianato. Sin embargo, es imposible tocarlos. un joven abogado que hoy quisiera hacerse un hueco aplicando tarifas más bajas o haciéndose publicidad no puede hacerlo: los honorarios están fijados por el colegio y la publicidad está prohibida. Un joven farmacéutico que quiera montar su negocio lo tendrá difícil: las licencias son pocas y caras y suelen transmitirse a los hijos. Lo mismo para los taxis u otras actividades. En Italia el 44% de los arquitectos son hijos de arquitectos, el 39% de los ingenieros son hijos de ingenieros, el 42% de los licenciados en derecho son hijos de licenciados en derecho, etcétera. Estas son las reformas que Europa pide a Italia Los sindicatos se oponen (el 55% de sus miembros son jubilados) y también la Liga Norte, el aliado más fiel de Berlusconi.

30-X-11, I. Tinagli, lavanguardia