Galileo s´enlaira

Ha sido un largo y tortuoso  camino. Después de nueve años de dificultades, de retrasos y de sobrecostes, y de dos crisis que a punto estuvieron de aniquilar el proyecto, los dos primeros satélites de la constelación Galileo están preparados para despegar hoy desde la base espacial de Kurú, en la Guayana Francesa. El lanzamiento será también el primero de un cohete ruso Soyuz desde territorio de la Unión Europea, una operación que aspira a consolidar el liderazgo del sector espacial europeo en el mercado mundial de lanzamiento de satélites.

El lanzamiento está programado a las 12.34 del mediodía (hora española). Al cierre de esta edición, la cuenta atrás se desarrollaba sin contratiempos y la previsión meteorológica era favorable, informó desde Kurú Mario de Lépine, portavoz de la compañía Arianespace. Sin embargo, advirtió que aún faltaba llenar el cohete de combustible, operación que tendrá lugar en las últimas cuatro horas antes del lanzamiento y que aún no se ha realizado nunca en Kurú, por lo que no se puede "descartar que surja algún imprevisto que obligue a aplazar el lanzamiento".

Cuando la Unión Europea (UE) y la Agencia Espacial Europea (ESA) acordaron financiar el programa Galileo en el 2002, sus objetivos eran ofrecer a los ciudadanos y a las empresas un servicio de navegación por satélite mejor que el GPS estadounidense, y garantizar a los gobiernos una independencia tecnológica respecto al GPS. La decisión de impulsar Galileo se tomó después de que EE.UU. desactivara la señal de GPS durante la guerra de Kosovo para proteger sus operaciones militares.

Con estos objetivos, Galileo se diseñó como una constelación de 30 satélites que debían estar en órbita y operativos en el 2010. El presupuesto se estimó en 3.000 millones de euros. Un tercio sería financiado con fondos públicos aportados por la UE y la ESA. Los dos tercios restantes serían aportados por las numerosas empresas que, como las compañías aéreas o las de transporte de mercancías, iban a beneficiarse de Galileo.

Llegados al 2011, el calendario se ha dilatado: el objetivo ahora es tener la red de satélites desplegada en el 2014. El número de satélites se ha reducido: en lugar de los 30 inicialmente previstos, el presupuesto asignado hasta ahora sólo alcanza para 18, aunque hay negociaciones en curso para ampliar la flota de satélites.

Y el presupuesto - el cambio más criticado respecto a los planes iniciales-se ha disparado: los 3.000 millones iniciales se han convertido en 5.300 millones, que deberán ser íntegramente cubiertos con fondos públicos ya que las industrias que debían financiar dos tercios del proyecto han preferido mantenerse al margen. Construir y poner en órbita los doce satélites que faltan para llegar a los 30 elevaría la factura en 1.900 millones de euros más.

"Galileo tiene mala prensa, pero cuando empiece a funcionar la gente verá que es un avance", declaró ayer Pedro Mier, director general de Mier Comunicaciones, empresa catalana que ha desarrollado dos importantes componentes de los nuevos satélites de navegación.

La Agencia Espacial Europea destaca que la constelación de satélites Galileo podrá establecer la posición de cualquier usuario sobre la superficie terrestre con una precisión de pocos centímetros. Esta precisión, que supera a la del GPS y a la del sistema de navegación ruso Glonass, será posible gracias a que los satélites irán equipados con los relojes atómicos más precisos que se han lanzado al espacio. Aunque una resolución de pocos centímetros puede ser innecesaria para la mayoría de usuarios de la navegación por satélite, sí puede ser útil para actividades que requieren una alta precisión, como la navegación aérea.

Un segundo avance para los usuarios es que Galileo incorpora un sistema de búsqueda y de rescate de víctimas del que no disponen ni el GPS ni el Glonass. El sistema permite enviar un mensaje a quien haya solicitado auxilio - por ejemplo, una embarcación extraviada en alta mar-indicando que su petición de auxilio ha sido recibida y que la ayuda está en camino.

Los satélites Galileo, en órbita a 23.222 kilómetros de altitud, cubrirán toda la superficie terrestre hasta las regiones polares de modo que cada usuario recibirá en todo momento la señal de por lo menos cuatro satélites.

Galileo ofrece además - tercer avance-l a posibilidad de contratar servicios que garanticen que se recibirá la señal. Con el GPS, desarrollado con fines militares, hay el riesgo teórico de que el Gobierno de Estados Unidos decida anular por motivos de seguridad nacional, como ocurrió durante la guerra de Kosovo. Con Galileo, desarrollado con fines civiles. "los usuarios tendrán garantías de que no se quedarán sin señal", destaca Pedro Mier.

20-X-11, J. Corbella, lavanguardia