gestos benevolents de la Junta Militar

La Junta Militar pondrá hoy en libertad a 6.359 presos ancianos, enfermos y con buena conducta. Entre ellos podría haber alguno de los 2.100 presos políticos del país. La comisión nacional de derechos humanos ha pedido la libertad para todos ellos. Esta es una exigencia de EE. UU., Australia y la UE para levantar las sanciones. Una amnistía en mayo benefició a 14.000 presos, de los que sólo 47 eran políticos.

13-X-11, reuters, lavanguardia

Birmania respira vientos de reforma. El Gobierno que preside Thein Sein empezó a liberar ayer a más de un centenar de presos políticos. Esta primera amnistía confirma la voluntad de cambios que vive el país desde hace seis meses, cuando la junta militar cedió el poder a los civiles.

El empeño del presidente de Birmania, el ex general Thein Sein, de avanzar hacia una transición democrática parece ya fuera de toda duda. La liberación de 155 presos políticos, en el marco de una vasta amnistía que incluirá a más de 6.000 prisioneros, confirma esta tendencia.

En las cárceles birmanas aún quedan cerca de 2.000 presos de conciencia, pero la excarcelación ayer de importantes disidentes supone un importante punto de inflexión. Y una clara señal de concordia hacia Occidente, que ha convertido la liberación de los presos políticos en una condición sine qua non para levantar las sanciones que pesan sobre Birmania desde los años noventa.

Entre los opositores a la dictadura militar que recobraron la libertad se encuentran numerosos miembros de la Liga Nacional por la Democracia (LND) de Aung San Suu Kyi. Pero también están el cómico Zarganar, condenado a 59 años de cárcel por organizar la ayuda a las víctimas del ciclón Narguis,y el general del ejército shan Sao Hso Ten, así como el carismático monje Ashin Gambira, que lideró la revuelta de septiembre de 2007.

En cambio, no ha recobrado la libertad ningún dirigente de la llamada Generación 88, que participó en las violentas manifestaciones estudiantiles de 1988.

No obstante, para los expertos el Gobierno ha iniciado la vía reformadora. "Creo que Thein Sein ha decidido a adueñarse del proceso de transición", dice Renaud Egreteau, investigador de la Universidad de Hong Kong.

Y es que desde que asumió el poder el pasado 4 de febrero, Thein Sein ha multiplicado sus gestos aperturistas. Primero decidió permitir a San Suu Kyi viajar fuera de Rangún. Diez días más tarde, la premio Nobel de la Paz fue invitada a participar en el día de los Mártires, donde Birmania rinde homenaje a los héroes de la independencia. En agosto, Thein Sein recibió a la líder opositora y días después ofreció negociar la paz a las guerrillas de las minorías étnicas.

Pero en los últimos cuarenta días los acontecimientos se ha precipitado. El Gobierno desbloqueó el acceso a algunas páginas web prohibidas como BBC, You-Tube y Voice of America, así como las de los medios de la oposición en el exilio, El ministro de Exteriores, Wunna Maung Lwin, hizo un viaje sorpresa a Washington y Thein Sein suspendió la construcción de una presa, con inversión china, "porque hay que escuchar la voluntad del pueblo".

Y el pasado fin de semana el responsable de la censura en Birmania, Tin Swe, declaró que todos los medios de comunicación del país deberían dejar de estar bajo control y la censura "ser abolida en un futuro próximo".

"Es innegable que hay una evolución en curso", ha dicho el secretario de Estado adjunto para Asuntos de Asia Oriental y Pacífico de EE. UU., Kart Campbell.

13-X-11, I. Ambrós, lavanguardia