la política (?) educativa (!), condemna de (present i) futur

... Ho demostra  el retrat anual ben detallat que ofereix l’Organització per a la Cooperació i el Desenvolupament Econòmics (OCDE). Segons l’últim Panorama de l’educació, fet públic ahir i que compara dades corresponents al 2009, Espanya pateix d’un percentatge insuficient de ciutadans que, almenys, tinguin un títol de batxillerat o d’FP de grau mitjà –requisit mínim fixat als països més industrialitzats per entrar amb prou garanties al mercat laboral i gaudir d’una ciutadania plena–. ...

La preocupante falta de titulados en la secundaria postobligatoria -definida como abandono prematuro del sistema- se refleja en la comparativa de la OCDE sobre el nivel educativo de los jóvenes de entre 25 y 34 años: en España el 36% sólo tiene, en el mejor de los casos, el título de la ESO, muy lejos del 19% de la media de la OCDE. No sólo no se ha producido un avance significativo, sino que, en comparación con el 2007, el porcentaje de jóvenes sin estudios postobligatorios incluso ha subido un punto porcentual. Con lo que la brecha con la mayoría de los países industrializados aumenta. Y mantiene a España en el grupo de cola, únicamente por delante de países como Brasil (47% de jóvenes de 25 a 34 años sin título de secundaria postobligatoria), Portugal (52%) o México (58%).

En cambio, este sistema a dos velocidades saca nota con los titulados universitarios y de FP de grado superior, que representan ya el 38% de los ciudadanos de 25 a 34 años (la media de la 0CDE está en el 37% y la de la UE-21 en el 34%). En este nivel educativo, contribuye a los buenos resultados una alta tasa de titulación en los estudios técnicos superiores.



Como síntoma de mejora sobre el abandono temprano del sistema educativo, en Educación destacan un aumento en España del porcentaje de jóvenes de 15 a 19 años que están estudiando, el 81%. Al tiempo, el principal desequilibrio, señala Bedera, tiene que ver con la proporción de alumnos en FP de grado medio frente a los que optan por el bachillerato (42,9% y 57,1%, respectivamente). Una diferencia de diez puntos con respecto al promedio de los países de la UE.

Sobre la presentación de esta radiografía de la educación en los países más industrializados del mundo, sobrevoló una y otra vez la amenaza de los recortes. Dejar de invertir en educación resulta peligroso, advirtieron tanto el número dos del Ministerio de Educación como desde la propia OCDE. "El gasto en educación no se puede bajar si quieren mantener los resultados a largo plazo, si quieren emprender una transformación estructural por encima de la coyuntura", advirtió ayer en Madrid el técnico de la OCDE Pedro García de León.



"Imagínense qué pasaría si invirtiéramos menos - señaló Bedera cuando la prensa cuestionó los resultados en PISA y el alto porcentaje de fracaso y abandono escolar-.Tenemos un lastre histórico que se está tardando mucho tiempo en compensar. Hay que seguir invirtiendo en recursos humanos y materiales para acortar la diferencia con la OCDE".

Un mensaje similar lanzaron poco después desde la Comisión Europea, que también quiso sumarse a la llamada de apostar por la educación como una fórmula necesaria para superar la crisis. La comisaria Androulla Vassiliou recordó que en el 2020 se prevé que el 35% de los puestos de trabajo de la UE exigirá cualificaciones de nivel superior.

El informe subraya además la rentabilidad de lo invertido en educación: se calcula que en España, por cada euro gastado - tanto por los poderes públicos como por las familias-para que una mujer consiga un título universitario, se revierten tres euros, beneficio personal pero en el pago de impuestos y contribución al mantenimiento del sistema...

El rendimiento de los alumnos suele ser periódicamente objeto de encendidos debates en España. Sin embargo, no se les puede echar en cara que no pasen tiempo en clase: los estudiantes de entre 7y 8 años tienen 875 horas lectivas obligatorias al año y los de 15 años, 1.050. Esta carga lectiva está notablemente por encima de la media de la OCDE (749 y 902 horas, respectivamente) y de la Europa de los 21 (746 y 897). La variedad de casos es enorme. En la admirada - en términos educativos-Finlandia, las horas lectivas obligatorias de los alumnos de entre 7 y 8 años apenas superan las 600 al año, mientras que en Holanda o Irlanda rozan las 950.

Y crece la carga lectiva obligatoria en España: en el 2007, los alumnos del ciclo inicial de primaria dedicaban 793 horas al estudio reglado, frente a las 875 actuales. Lo mismo ocurre en Inglaterra, Alemania y Portugal.

En cambio, países como Suecia, Finlandia o Italia mantienen la misma carga lectiva desde hace años. Francia y Grecia, por su parte, han reducido las horas de clase obligatorias...

Finlandia, con menos horas y alumnos que se escolarizan a partir de los siete años, encabeza la clasificación de PISA.

14-IX-11, A. R. de Paz/M. Gutiérrez, lavanguardia