´Bosnia: żcuál es el papel de la UE?´, presseurop

Bosnia-Herzegovina

¿Cuál es el papel de la UE?

10 agosto 2011 Mladá Fronta DNES Praga
Un cartel roto con la fotografía del antiguo Alto Representante Miroslav Lajcak. Sarajevo, 2009.

Un cartel roto con la fotografía del antiguo Alto Representante Miroslav Lajcak. Sarajevo, 2009.

AFP

Dieciséis años después de la guerra, Bosnia sigue siendo un Estado dividido y bajo tutela internacional. El puesto de Alto Representante, actualmente ocupado por el representante especial de la UE, juega un rol esencial en la gestión del país. Pero de ahí a acercarse a la Unión todavía queda bastante.

Adéla Dražanová

La guerra en Bosnia-Herzegovina (1992-1995) provocó más de 100.000 muertos y dejó al país desangrado física y moralmente. Los acuerdos de Dayton, que pusieron fin a la guerra, pusieron al país bajo la supervisión de dos organismos internacionales: el Peace Implementation Council [Consejo para la implementación de la paz] y la Oficina del Alto Representante para Bosnia-Herzegovina.

El Alto Representante tiene los poderes de un zar: puede derogar o imponer leyes, destituir a cargos electos, revocar a los jueces y revisar sus decisiones. Y todo eso 16 años después del fin de la guerra. ¿Se trata de algo bueno o malo?

En junio de 2007, Miroslav Lajčák, un brillante diplomático eslovaco, fue nombrado Alto Representante. En esa época había afirmado que estaba decidido a conducir a los belicosos responsables políticos bosnios por el camino de la reforma, a acercar el país a la UE y a restablecer el orden, incluso si para ello hacía falta dar un puñetazo sobre la mesa.

Antes que él, el puesto de Sarajevo había estado ocupado por el alemán Christian Schwarz-Schilling, que no hizo prácticamente nada porque estaba convencido de que una intervención extranjera podía perjudicar a Bosnia más que ayudarle. Además, el puesto estaba a punto de ser eliminado. Schwarz-Schilling debía ser el último Alto Representante. Pero la situación sobre el terreno no había mejorado y a eso se añadió la declaración de independencia de Kosovo (en febrero de 2008), que parecía amenazar el equilibrio de la región. Por lo tanto, se decidió conservar el High Representative y nombrar a Lajčák.

Es él quién consiguió convencer al Parlamento bosnio de votar la reforma de la policía. De la misma forma, obtuvo la ratificación del Acuerdo de Estabilización y de Asociación de Bosnia con la UE, el primer paso hacia una adhesión completa. Pero hasta ahora los proyectos de reforma de la Constitución han sido un fracaso. En marzo de 2009, el austriaco Valentin Inzko sucedió a Lajčák y todavía no ha conseguido acercar las posiciones antagonistas de los responsables políticos.

Los dipolmáticos siempre miran hacia Bruselas

"Para mi, el único que ha tenido éxito en algo es Paddy Ashdown", afirma Tija Memisevic, una investigadora de 35 años que ha creado el European Research Centre, un think-thank de Sarajevo. El británico Paddy Ashdown ocupó el puesto entre 2002 y 2006.

"Ashdown era un político y no un diplomático. Además, venía de un país en el que no se hace mucho caso a lo que se diga en Alemania, Francia y Bruselas. No digo que lo hiciera siempre a propósito, pero utilizó verdaderamente los poderes que emanan de su función. Sus sucesores, diplomáticos, miran siempre hacia Bruselas y buscan el consenso. Y como no hay ninguna posición común en Bruselas, todo paso hacia delante tarda años en darse y durante ese tiempo estamos totalmente paralizados", explica.

Los críticos de Ashdown afirman que en Bosnia se comportó como un Rajá [virrey de las indias británicas]. Incluso es ese el apodo que se le ha dado. Pero Tija piensa que teniendo en cuenta la situación actual no se puede actuar de otra forma. Ella está convencida de que su país no puede salir por sus propios medios de la espiral de conflictos y que hace falta alguien del exterior capaz de dar un puñetazo sobre la mesa.

¿Pero quién podría ser ese hoy en día? ¿Los americanos, que han jugado un rol decisivo en Bosnia en los años de posguerra? Difícil. Para ellos, los Balcanes no son ya una prioridad. ¿La UE, entonces? Sí, lógicamente. Bruselas repite que la suerte de Bosnia le preocupa. Y Sarajevo que su futuro en Europa es una prioridad.

Pero las cosas no son así de simples. Muchos en Bosnia tienen el sentimiento de que la UE no ha hecho nada significativo en su país e incluso que no tiene la voluntad de hacer nada. También piensan que cede demasiado a Rusia, que tradicionalmente está del lado de los serbios. Bruselas, por su parte, afirma que Sarajevo no puede esperar que la UE arregle todos sus problemas. Le reprocha a los responsables políticos bosnios de no tener la voluntad de hacer reformas, de ir hacia la reconciliación y de llevar a cabo acciones concretas.

¿Hay una solución? Sin duda, porque el tiempo, que pasa a favor de Bosnia, va a jugar un papel importante. Solo hay que mirar a Serbia y Croacia. A pesar de las dificultades y del hecho de que el nacionalismo no ha desaparecido, el presidente serbio ha pedido perdón por el genocidio de Srebrenica, mientras que los croatas han elegido a un pacífico jurista y compositor como presidente, que no tiene reparos en reconocer que hubo criminales de guerra del lado croata.