Swazilàndia, miserable forat polític

La cita fue a principios de agosto de hace un año en un bar de Mbabane, capital del país africano de Suazilandia, al este de Sudáfrica y al oeste de Mozambique. Mario Masuku, jefe del ilegalizado partido de la oposición Podemu, se citó con este diario con discreción. En una cafetería de confianza y sin grabadoras. Por si acaso. Era prudencia, no paranoia: no se permiten los partidos de oposición en la última monarquía absolutista de Áfricay Masuku ha sido encarcelado varias veces por criticar al rey Msuati III.

Esta semana, al activista político se le volvería a amargar el café. Sudáfrica anunció el pasado miércoles que abonará un préstamo de 2.400 millones de rands (unos 246 millones de euros) para ayudar a mitigar la grave crisis económica que atraviesa el reino suazi. El gobierno sudafricano subrayó que la ayuda estaría condicionada a una reforma económica y política de su vecino. Los activistas, sindicatos y partidos ilegalizados suazis critican la ayudaaun"estado antidemocrático". "Queremos que se legalice a los partidos y se libere a los prisioneros políticos", pidió Masuku. El veterano luchador pro democracia suazi, Musa Hlophe, fue más gráfico: "Ofrecer un rescate financiero a Suazilandia es como dar dinero a un borracho maltratador de mujeres".

Las voces de descontento también llegan desde Sudáfrica, donde la oposición, los sindicatos y hasta las juventudes del partido en el poder han criticado que el ejecutivo de Jacob Zuma colabore con un país que desdeña a su pueblo. En Suazilandia, de una superficie similar a la mitad de Catalunya, dos de cada tres de su 1,3 millones de habitantes vive con menos de un dólar al día, uno de cada cuatro tiene sida y la tasa de paro roza el 50%. El rey absolutista Msuati III vive con menos apuros la crisis económica que ha golpeado las arcas del país, ha dejado a varios funcionarios sin cobrar y se avecina una reducción drástica de salarios en todos los sectores menos entre los militares.

Las protestas que sacuden al país desde enero probablemente volverán a repetirse. Según la revista Forbes,el monarca tiene una fortuna valorada en más de 100 millones de dólares (unos 70 millones de euros) y ha construido palacios para sus 13 esposas. Desde Pretoria se justifica el rescate financiero a sus vecinos del este apelando a la memoria reciente. Sudáfrica guarda malos recuerdos de la ola de inmigrantes de Zimbabue que recibió tras la bancarrota del gobierno de Mugabe.

Según el secretario general del partido de Zuma, que dijo comprender las demandas de libertad de la sociedad suazi, "si permitimos que Suazilandia se colapse habrá una satisfacción a corto plazo pero pagaremos mucho más en el flujo de inmigración suazi", advirtió el político.

9-VIII-11, X. Aldekoa, lavanguardia