´Grecia, quién debe qué a quién´, Manuel Estapé Tous

La auditoría la completa una prueba de la inutilidad de la Organización del Tratado del Atlántico Norte cuando dos de sus miembros, Grecia y Turquía -que ocupa Chipre- son enemigos. Y se arman. Atenas se gasta casi un 5% de su PIB en comprar armas, básicamente alemanas y francesas. Y quien vende armas, fragatas, helicópteros, capital muerto para matar, paga comisiones. En Berlín, Frankfurt y París. Como en el escándalo Siemens (2005-2007) con 15 millones en sobornos, ejemplo teutón de su genio exportador y de su opacidad al fisco (aunque se ofusque la cancillera Merkel). En el lado griego de las culpas, está el artículo 62 de su Constitución que exime a ministros y parlamentarios de enjuiciamiento por corrupción sin amplio permiso parlamentarios. Ningún ministro u alto cargo ha sido encarcelado por comportamientos corruptos durante el nepotismo democrático entre la familia (conservadora) Karanmalis y la familia (socialista) Papandreu. La dictadura de los coroneles cuadruplicó la deuda soberana. Manolopoulos nos traslada a los 300 años bajo el imperio otomano, donde el incumplimiento fiscal era norma y primaba la familia en su sentido más extenso: los clanes. Trescientas veinticuatro familias del norte rico de Atenas declaran al fisco el tributo por sus piscinas privadas; el satélite identificó a dieciséis mil novecientos setenta y cuatro.

Greece´s ´odious´ debt (La odiosa deuda griega). Con este título, Jason Manolopoulos describe las claves económicas, políticas, financieras, internacionales, europeas, culturales, de la crisis que sacude a Grecia y nos sacude desde diciembre del 2009, cuando el gobierno del socialista Papandreu desvela que el gobierno conservador ha camuflado el déficit público. Y, sin embargo, si algo queremos entender de la incesante tragedia griega - que se extiende cual culebrón en constante devenir-es que Grecia nunca debió pedir su ingreso en la unión monetaria europea, consumado en enero del 2002. Pero, para repartir las culpas, nunca tuvo que ser admitida por el imperativo político y mesiánico de ampliar la zona euro, la incompetencia estadística de Bruselas, los trucos contables de Atenas diseñados por Goldman Sachs, cuyo vicepresidente encargado de Asuntos Europeos, Mario Draghi, será el próximo presidente del Banco Central Europeo, que asegura no haber sabido nada de nada en aquel entonces. Pedro Solbes fue comisario de Asuntos Monetarios de septiembre de 1999 a abril del 2004, encargado de hacer cumplir el pacto de Estabilidad, que Berlín y París violaron un par de veces, entre el 2002 y el 2004. El citado pacto fue calificado de "estúpido" por Romano Prodi, presidente de la Comisión Europea y jefe de Solbes. España volvió a cruzarse en el destino griego con su sucesor: Joaquín Almunia, otro preclaro analista de la coyuntura económica, hoy comisario de la Competencia.

La tremenda crisis que sufre Grecia se explica por diez años de crecimiento con esteroides (deuda externa), con la corrupción de toda la vida, una brecha de más del 15% entre exportaciones e importaciones en plena euforia (2007), fondos de cohesión europeos no siempre bien invertidos, un fraude fiscal históricamente extendido - práctica que también parece extendida en España, con el 40% de los billetes de 500 euros en circulación en la unión monetaria-.

Manolopoulos insiste en que Grecia es una economía emergente, con una estructura alejada de la de sus socios más ricos, exportaciones poco diversificadas ("exportan tomates para comprar Louis Vuitton y Porsches Cayennes"), un sector naval en absoluto declive y el turismo. Y desarrolla su tesis estableciendo paralelismos brillantes con la corporativa economía argentina después de la decisión (suicida) de fijar paritariamente el tipo de cambio entre el peso y el dólar de Estados Unidos. Tantos dólares tengo en el banco emisor, tantos hago circular en la economía. Renuncia a la política monetaria, a fijar los tipos de interés. Se venció la hiperinflación con un gran coste social y a partir de 1995 se encarecieron sus exportaciones y Buenos Aires se convirtió en una de las ciudades más caras del mundo. Un sinsentido que acabó con una devaluación cantada y una suspensión de pagos de su deuda soberana externa y un corralito que restringía las retiradas de dinero en efectivo. El autor cita profusamente informes del Fondo Monetario Internacional (FMI) referidos a Argentina y a Grecia. Son textos intercambiables.

Grecia sufre otra maldición, un sector público que emplea (ba) a 800.000 personas en un país de once millones. Dos tercios de su juventud aspira a trabajar como funcionario. ¿Les suena? El empleo público fue el destino de una cultura de repartir subsidios a cambio de votos, del clientelismo en la contratación, el nepotismo. Y prebendas en forma de oficios regulados que generan rentas. Doctores con treinta millones de euros en sus cuentas... Descontrol en la Seguridad Social, con trescientos veintiún mayores de cien años muertos y... cobrando pensión. Un gasto de 11.000 millones en sus Olimpiadas del 2004, el triple de lo presupuestado. Un país, en fin, que acumula 350.000 millones en deuda soberana, el 150% de la riqueza que crea al año.

Con una indignación que se lee mejor en francés, el 22 de julio, el embajador francés, François de Rose, recordaba que tenemos "una deuda enorme" con Grecia. En veinticinco siglos de historia, el país ha ofrecido a la humanidad "la Ilíada y la Odisea,la filosofía de Aristóteles y Platón, las matemáticas de Arquímedes y Pitágoras, la deontología médica de Hipócrates - "primero, no hacer daño", un sarcasmo cuando sus socios le imponen purgas fiscales como los doctores sangraban a los enfermos en el XVII-y la democracia, bien sûr.Los rescatados han sido los bancos mayormente alemanes y franceses. Y Atenas puede argumentar que parte de su deuda es ilegítima y que las culpas deberían repartirse al 50%. Esto es, una quita del 50% y una salida del euro con devaluación del 30%.

7-VIII-11, Manuel Estapé Tous, lavanguardia