la superfície gelada segueix reduïnt-se

El derretimiento del hielo del océano Ártico resulta especialmente intenso este verano. Este está siendo el mes de julio con menos superficie helada desde que se iniciaron los controles por satélite hace 32 años. La reducción de la superficie flotante va camino también de batir el récord de septiembre del año 2007, cuando el manto blanco alcanzó su extensión mínima registrada. Diversos estudios apuntan que si el calentamiento en el polo Norte sigue un ritmo así, los hielos perpetuos puede desaparecer completamente dentro de unos 30 años.

El deshielo en el Ártico se produce cada año desde marzo hasta septiembre, pero este 2011 es especialmente acusado: el área cubierta por los hielos abarcaba el pasado día 17 de julio un total de 7,56 millones de km2,según el seguimiento por satélite del Centro Nacional sobre los Datos del Hielo y la Nieve (Nsidc, en sus siglas en inglés) en Boulder (Colorado); esto es, 2,24 millones de km2menos que la media registrada entre 1979 y el año 2000. Este centro hace estos controles desde el año 1979.

"La extensión del mar helado en el Ártico es la más baja que nunca hemos visto para esta época del año, mediado julio; más baja ya que la del 2007. El ritmo de deshielo en las últimas semanas ha sido bastante rápido comparado con la media", confirma Mark Serreze, director del Nsidc, que contesta por correo electrónico. El ritmo de deshielo en las dos primeras semanas de julio ha sido de casi 120.000 km2por día.

La cobertura de los hielos es especialmente baja en toda la zona del norte de Eurasia, sobre todo en el mar de Barents, al norte de Noruega, y en los mares de Kara y de Laptev, al norte de Rusia y Siberia, respectivamente, en donde los barcos pueden navegar libremente sin rompehielos. También ha desaparecido buena parte del manto blanco sobre la bahía de Hudson y de Baffin, en la costa oeste de Groenlandia. El paso del Noroeste (que permitiría completar la travesía ártica al norte de Canadá) sigue cerrado, pero no sería sorprendente que se abriera en las próximas semanas, explica Mark Serreze.

El fuerte ritmo de deshielo se debe a que "durante la primera mitad del mes de julio se produjo una situación de presiones inusualmente altas (anticiclón) en la zona norte del Mar de Beaufort (entre Alaska y Canadá), lo cual, según demuestra la experiencia que tenemos, favorece muchísimo el derretimiento del hielo", detalla Serreze.

La rápida pérdida de hielos es debida tanto a las temperaturas altas como a los vientos. "El patrón de las altas presiones sobre el Árticoes un patrón cálido, pero también está asociado a los vientos, lo que ayuda a insuflar aire cálido en el Ártico",añade este investigador.

La temperatura del aire en el Ártico (a un kilómetro por encima de su superficie) ha sido entre seis y ocho grados superior a la media, mientras que en las costas del este de Siberia ha estado entre tres y cinco grados por encima de la media. En el mar de Kara (al norte de Rusia), por el contrario, se ha situado entre dosy cinco grados por debajo de la media.

Los expertos precisan que esta retirada del hielo marino no va a continuar de manera constante y no se atreven a pronosticar si a finales de septiembre se volverá a alcanzar un récord como en el 2007. De hecho, en estos últimos días, la situación de altas presiones se ha roto sobre el Ártico, y la consecuencia ha sido que la alta tasa de pérdida de hielo parece estar disminuyendo. ¿Continuará este nuevo patrón o volverán las altas presiones? "Sinceramente, no lo sé. Tendremos que esperar y ver qué pasa el resto del verano", explica Serreze. Las relaciones establecidas entre las pautas meteorológicas conocidas y las condiciones de hielo no siempre se sostienen. "Que se bata el récord del 2007 depende en gran medida de los patrones del clima del Árticodurante los próximos dos meses", agrega el experto.

El interés por hacer el seguimiento de estos deshielos del Ártico (que alcanzan su punto máximo en el mes de marzo y su menor nivel en septiembre) se debe sobre todo a que este es uno de los indicadores del cambio climático, ya que el polo Norte se está calentando a un ritmo más rápido que cualquier otro lugar de la Tierra. Además, es el corazón de las corrientes marinas del Atlántico que condicionan el clima.

El hielo refleja la radiación del sol, que rebota hacia el espacio, mientras que las aguas del mar la absorben. Cuanto menos hielo queda en la superficie del mar, más aumenta la absorción del calor del sol en las aguas y más se retroalimenta el calentamiento.

La superficie mínima histórica del mar helado se alcanzó en septiembre del 2007: 4,2 millones de km2(frente a 7,8 millones que tenía al final del verano del 1980, una pérdida equivalente a siete veces la superficie de España). El Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático de la ONU indicó en el 2007 que el Ártico podría quedar libre de hielo marino en el verano del 2050; otras estimaciones ya lo sitúan hacia el año 2030.

25-VII-11, A. Cerrillo, lavanguardia