Dadaab, o els camps de concentració al segle XXI

- Dadaab, el més gran camp de refugiats del món

Fa deu dies, quasi dos mil refugiats s´instalaven cada dia a les afores dels tres assentaments que conformen el camp de refugiats més gran del món, totalment desbordat. Un treballador humanitari escupia de ràbia al veure a centenars de persones, primes i exhaustes, amuntegar-se a les portes del camp. "La gent s´ha de refugiar com pot als afores, on no hi ha serveis ni aigua, i hi ha un camp nou i tancat per politiqueig. De vergonya", perjurava.

A menys d´un kilòmetre d´allí, els camps Ifo II-III, acondicionats per a acollir al voltant de 80.000 refugiats, seguien buits per la negativa del govern de Kènia a expandir els campaments. La pressió internacional ha obert aquestes portes.



El primer ministro de Kenia, Raila Odinga, que visitó Dadaab esta semana, anunció anteayer que el gobierno keniano, después de dos años de negociaciones infructuosas, está dispuesto ahora a abrir la extensión del campo Ifo en diez días. También se reabrirá el centro de acogida en Liboi, en la frontera de Kenia y Somalia, que brinda asistencia de emergencia. El portavoz del Alto Comisionado para los Refugiados de la ONU, Adrian Edwards, aplaudió el gesto del ejecutivo africano y prometió todo el apoyo de su organización.



Hará falta. A la violencia que asuela Somalia desde hace 20 años y el abuso sobre la población de Al Shabab, franquicia de Al Qaeda, se ha sumado la peor sequía en 60 años. Y sus efectos son devastadores.

El campo de Dadaab, construido en 1991 para albergar 90.000 personas, alcanzó esta semana la capacidad de 439.000 habitantes. Como si toda la población de Terrassa y Sabadell, juntas, fuera refugiada.



Emmanuel Nyabera, portavoz de Acnur en Nairobi, se felicitaba ayer por el anuncio de la apertura del cuarto campo de Dadaab, donde hasta cinco familias debían compartir un refugio con capacidad para sólo una. "Es una grandísima noticia, agradecemos al gobierno keniano por la apertura de un nuevo campo para afrontar la emergencia humanitaria", señaló por teléfono.

Varias organismos que trabajan en el terreno contactados por este diario ayer se unían al optimismo pero pedían prudencia. No se fían de que Nairobi cumpla ni su palabra ni los plazos. Durante los dos últimos años, el ejecutivo keniano ha alegado problemas de seguridad para negarse a abrir el cuarto campo de Dadaab, pese a que estaba desbordado desde 2008. También temía un efecto llamada que atrajese a más refugiados. Además, la falta de acuerdo económico - aunque de forma no oficial, los gobiernos locales de la zona pedían contrapartidas para acceder a la apertura del nuevo asentamiento-obligaron a detener en enero los trabajos de acondicionamiento en Ifo II y III pese a que seguían llegando refugiados de forma constante.



La presión internacional - Estados Unidos, aliado de Kenia, ha tenido un papel crucial-y la magnitud de la emergencia que ya afecta a 12 millones de personas en la zona del cuerno de África,ha permitido que se desbloqueara la situación.

Matthieu Amiraux, jefe de la misión de Médicos Sin Fronteras en Kenia, se alegraba por el anuncio de ampliación, pero advertía que la situación seguirá siendo difícil. "Damos la bienvenida a la medida porque permitirá asistir mejor a mucha gente, pero la extensión de Ifo ya es insuficiente para albergar a los que están aquí y siguen viniendo cada día más", apuntó a este diario.



David Orr, del Programa Mundial de los Alimentos, también se sumaba a un optimismo comedido - "refugio para 80.000 es mejor que nada, pero esa gente tiene que comer", decía ayer-,aunque subrayó que el problema está lejos de resolverse. "La sequía ha provocado falta de stock de alimentos, especialmente cereales, los precios suben y la gente no tiene nada que comer. Llegarán miles de refugiados más", aseguró.

16-VII-11, X. Aldekoa, lavanguardia