Will Kymlicka, el ideólogo de la diversidad.
(La Vanguardia, 2-III-03)
El gran teórico mundial del multiculturalismo es, claro, un canadiense. Will Kymlicka, profesor de Filosofía de la Universidad de Queen's (Ontario) es autor, entre otras, de "Ciudadanía multicultural" (Paidós, Proa en catalán), el texto que, según sus partidarios, marcará las líneas de ciudadanía del futuro. Para Kymlicka, el modelo canadiense todavía debe mejorar: "Se trata de un sistema exitoso cuando las familias anglohablantes envían a sus hijos a escuelas francesas, pero no funciona cuando personas provenientes de otros países escolarizan a sus hijos en francés o inglés: en estos casos, el Estado debería garantizar un conocimiento de las lenguas de origen, como el hindú, porque de lo contrario sólo los padres ricos pueden pagar a sus hijos las clases de su lengua materna". Y es que "la equidad exige que el Estado trate de igual manera los diversos sentimientos nacionales de sus ciudadanos". A cambio, el inmigrante se compromete a "conocer una lengua, respetar los valores democráticos y tolerar la diferencia de los demás".
Kymplicka, que acaba de publicar "La política vernácula" (Paidós), una recopilación de 16 ensayos breves, se esfuerza en conciliar nacionalismo y liberalismo. Los críticos de sus tesis dicen que es un contrasentido que las democracias liberales inviertan grandes sumas de dinero en facilitar la expresión de algunas culturas que se basan en lo sagrado y en valores autoritarios. "Eso es falso, una enorme exageración -replica él-, porque en realidad los inmirantes aceptan las normas democráticas y ahí se vuelven indistinguibles de los autóctonos, como sucede con los afroamericanos."
De hecho, Kymlicka no considera EE.UU. un país políticamente multicultural "porque su división se basa en territorios, no en la libertad de sus minorías nacionales. Y por eso es cada vez un país más centralizado, porque los estados no se resisten a ceder poder al Gobierno federal. En Catalunya, en cambio, eso se ve como una amenaza a la supervivencia, porque la autonomía es la expresión de una minoría nacional". De ahí su defensa del llamado "federalismo asimétrico".