l´OTAN, a la caça d´en Gaddafi

El Tribunal Penal Internacional (TPI), con sede en La Haya, emitirá el próximo lunes sendas órdenes de detención por crímenes de guerra contra el líder libio, Muamar el Gadafi, su hijo Saif el Islam y el ex jefe de la seguridad libia, Abdulah Senusi. Una vez emitida la orden, el arresto de los tres encausados corresponderá, en principio, a las fuerzas de la OTAN que operan en Libia bajo el auspicio de Naciones Unidas.

Cuando está a punto de dictarse la captura de Gadafi con arreglo a derecho, la OTAN desconoce si el líder libio está vivo o muerto debido a que no ha sido visto desde hace días y a que los aviones aliados han bombardeado repetidamente su residencia.

Pero la OTAN debería hallar a los encausados vivos para que puedan ser juzgados por el TPI, un tribunal sin pena capital, que como pena máxima puede imponer cadena perpetua y cuyas condenas se cumplen en prisiones holandesas.

Respecto a la captura del dictador libio, en la entrevista publicada por este diario el pasado 13 de abril, el fiscal jefe de este tribunal internacional, Luis Moreno Ocampo, subrayó las dificultades que acarrearía ejecutar la detención de Gadafi, sobre quien informó al Consejo de Seguridad de la ONU el pasado 4 de mayo.

Las órdenes de captura se emitirán bajo el supuesto de que Gadafi, su hijo Saif el Islam y su ex jefe de seguridad están vivos y en virtud de la investigación efectuada por la fiscalía del TPI, que para este caso cuenta con la colaboración de Dolores Delgado, fiscal española de la Audiencia Nacional, experta en terrorismo internacional.

La investigación entorno a Gadafi y sus más estrechos colaboradores parte de la resolución 1970 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que fue aprobada por unanimidad el pasado 26 de febrero. Aquel día, el Consejo condenó la violenta respuesta del régimen de Muamar el Gadafi a las protestas populares acaecidas desde días antes en muchas ciudades de Libia.

El Consejo de Seguridad instó al TPI para que investigara posibles violaciones de los derechos humanos, dictó un embargo de armas y limitó la libertad de movimientos de Gadafi y de las personas vinculadas a su gobierno y su entorno personal. También ordenó la congelación de su dinero y bienes en el extranjero, entre ellos una finca en España.

Abdulah Senusi es cuñado de Gadafi y tiene una reputación de brutalidad que traspasa fronteras. Fue jefe de la seguridad interior en Libia cuando muchos opositores murieron asesinados. En cambio, Saif el Islam, hijo del dictador educado en la London School of Economics, aparece a priori como un hombre bueno del régimen y heredero del poder de su padre.

La OTAN llevó a cabo entre la noche del lunes y la madrugada de ayer uno de sus más intensos bombardeos sobre Trípoli. Hasta ocho ataques, a lo largo de tres horas, sobre cuatro objetivos, uno de ellos un centro de la inteligencia militar y otro, un edificio gubernamental, pero asimismo - y según mostraron las autoridades a la prensa extranjera en Trípoli-la sede de la Comisión para la Infancia, un edificio colonial que quedó destruido por completo (ya fue bombardeado el 30 de abril). Cuatro niños resultaron heridos por fragmentos de cristales, dos de ellos de gravedad, según el Gobierno de Gadafi. Al menos dos de los centros atacados estaban dentro del complejo presidencial de Gadafi. Según el general Claudio

Gabellini, del cuartel general de la Alianza Atlántica en Nápoles, "todos eran objetivos militares". Gabellino afirmó que la OTAN utiliza "bombas inteligentes". Sobre el ataque a la Comisión para la Infancia, dijo: "No tenemos ninguna prueba, no tenemos gente sobre el terreno, así que no podemos confirmar ni desmentir la información del Gobierno".

11-V-11, E. Martín de Pozuelo, lavanguardia