Obama: matxet o bisturí

Los gráficos son mareantes: la  deuda pública de EE.UU. ha crecido de manera exponencial en los últimos años y ya roza el límite que impone la ley de 14.294 billones de dólares. Esa cifra se alcanzará a mediados de mayo - lo dijo Timothy Geithner, secretario del Tesoro-,lo que provocará la parálisis del país, que ni siquiera podrá hacer frente a sus compromisos de pago. Medio planeta tiene bonos de EE.UU., que son la referencia mundial de solidez, pero la situación tiene de los nervios especialmente a China, el mayor acreedor de deuda estadounidense.

Para impedir esa suspensión de pagos, la solución inmediata pasa por aumentar el techo del gasto, algo que se podría hacer sin problemas si hay acuerdo entre republicanos y demócratas, mientras que a medio y largo plazo hay que ponerse manos a la obra con un plan de reducción de la gigantesca deuda. Obama anunció su plan este miércoles: 4 billones de ahorro en 12 años, mediante recortes practicados "no con machete, sino con bisturí" - dijo-,que afectan al gasto social pero también a la factura de Defensa. El plan plantea no prorrogar las exenciones fiscales para los más ricos que Bush impuso y defendió como la mejor manera de estimular la economía, pero que a la larga han resultado ser un cáncer para esta.

Los republicanos también tienen un plan. Consiste en pasar el machete por todos los gastos sociales, especialmente Medicare y Medicaid, que ayudan a los mayores de 65 años y a las rentas más bajas. Impulsados por los ultras del Tea Party, han hecho bandera de acabar con el dinero federal para los programas de planificación familiar, porque creen que en vez de evitar los embarazos no deseados, su fin principal, se financian abortos con ellos, algo prohibido por ley. Y, por supuesto, están radicalmente en contra de suspender los recortes fiscales a los más ricos. El plan es ridículo y cruel, dice el Nobel Paul Krugman en The New York Times.Es absurdo, remacha Martin Wolf desde el Financial Times.

En el fondo, los republicanos quieren que el Gobierno, después de inyectar toneladas de dólares para salvar el sistema, se quite de en medio y deje de nuevo vía libre al statu quo anterior a la crisis. Business as usual!, reclaman. Obama ha reaccionado, pero el Congreso está en manos republicanas. Y esto es precisamente lo que le reprochan quienes tantas esperanzas habían puesto en él: la falta de coraje cuando tuvo mayoría suficiente para imponer sus reformas y no lo hizo, en aras del entendimiento con los republicanos. Ahora son ellos los que tienen la llave, y además quienes le marcan la agenda.

En Nueva York, el reloj de Times Square que iba marcando el aumento de la deuda hace ya tres años que se quedó obsoleto: sólo tenía 13 dígitos. Al tiempo, la brecha entre ricos y pobres norteamericanos se ensancha, y las clases medias se han empobrecido. El país donde más crecen las desigualdades asiste al debate, a cara de perro, que más profundamente y por más tiempo afectará a sus vidas.

15-IV-11, M. Domínguez, lavanguardia