´La TVE de Zapatero´, Víctor-M. Amela

Sería injusto que la añoranza que sentimos algunos por la serenísima excelencia informativa del malogrado CNN+ nos velara la evidencia de los esfuerzos que diariamente despliega el canal 24h desde las antenas de Televisión Española. Ayer por la mañana, por ejemplo, el hervor político español se localizaba en las estancias del comité federal del PSOE, donde Zapatero anunciaba su renuncia a la candidatura en las próximas elecciones generales. Y allí estaba el canal 24h, con debates en plató y sucesivas conexiones en directo desde la sede del PSOE, hora tras hora durante toda la mañana. Ha sido un buen trabajo informativo. Y, además, con aportación de datos para analizar las dos ventanas informativas que ahora se abren: una, el proceso de primarias en el PSOE para elegir al sucesor de Zapatero, y dos, el balance de la carrera política de Zapatero. Un balance en el que, por cierto, sugiero a los informadores de TVE no olviden incluir un aspecto que suele olvidarse, y que no es ninguna tontería: la dignificación de la propia TVE –en la información, la programación, la financiación y la gestión– después de que durante el último tramo del aznarato (¿lo hemos olvidado?) nuestra televisión pública estatal fuese arrastrada por el lodo de la manipulación partidista más zafia y grosera (informativos de Urdaci –“ce, ce, o, o”–, emisión repentina de una película sobre ETA tras el atentado del 11 de marzo y en la víspera de la reflexión electoral, y suma y sigue). De vergüenza: que cada palo aguante su vela. Hoy nadie se avergüenza de TVE, y ese es un mérito que parecía casi imposible hace siete años, y que hay que atribuir al impulso dado por Zapatero desde su acceso a la jefatura del Gobierno. Por ecuanimidad y justicia histórica, así me toca reconocerlo y valorarlo.

3-IV-11, Víctor-M. Amela, lavanguardia