un Abu Graib afganès?

Los crímenes eran conocidos: durante los primeros meses del 2010 un grupo de soldados estadounidenses se dedicó a asesinar a civiles afganos sin motivo aparente, por pura diversión.

Uno de los soldados, Jeremy Morlock, fue condenado el 23 de marzo a 24 años de prisión. Otros cuatro - entre ellos el sargento Calvin Gibbs, supuesto cabecilla de esta especie de banda de asesinos, el llamado Kill Team-afrontan acusaciones de asesinato.

Los crímenes eran conocidos, pero hasta hace unos días las fotografías que dan fe de ellos permanecieron ocultas.

La publicación de las imágenes - primero en la revista alemana Der Spiegel y esta semana en la estadounidense Rolling Stone-evoca el escándalo de Abu Graib.

Tras la publicación, en el 2004, de las fotografías de abusos por parte de carceleros estadounidenses a prisioneros iraquíes, Abu Graib quedó asociado a los excesos de la Administración Bush y alimentó el antiamericanismo en Oriente Medio.

Ahora las víctimas de los abusos no son prisioneros vivos como en Iraq sino afganos - algunos civiles; otros insurgentes-muertos. En una foto, por ejemplo, se ve al soldado Morlock posando junto al cadáver de un campesino desarmado al que el Kill Team acaba de matar. Morlock sonríe.

En otra aparecen dos afganos muertos y atados de manos. En otra, la cabeza cortada de un hombre barbudo. Las fuerzas armadas prohíben tanto fotografiar a cadáveres como souvenir como difundir las fotos.

Con el presidente Barack Obama, el número de soldados y marines en Afganistán se ha triplicado. Y aunque en el 2010 las muertes de civiles aumentaron, el 75% las causaron los talibanes y otros insurgentes. Las muertes causadas por las fuerzas de la OTAN bajaron, según datos de la ONU.

En un comunicado publicado el lunes, el ejército de EE. UU. pidió perdón "por el dolor que hayan podido causar las últimas fotografías".

"El ejército buscará de forma incansable la verdad, sin importar adónde lleve, dentro y fuera de los tribunales, independientemente de lo desagradable que sea y del tiempo que requiera", añade el comunicado.

El Pentágono teme que la publicación de las fotos erosione todavía más la inestable relación de Washington con el Gobierno afgano. También teme que los talibanes las usen como argumento propagandístico.

Como en Abu Graib, la duda es si los crímenes son un caso aislado de unas "manzanas podridas" - según la expresión a la que recurrió el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld-,o si reflejan actitudes más extendidas en las fuerzas armadas, o un descontrol en la cadena de mando.

Rolling Stone afirma que los crímenes eran vox pópuli entre la compañía militar de los implicados, que sus supervisores podrían haber sospechado y denunciado los crímenes, y que el Pentágono intentó suprimir las fotos para evitar otro Abu Graib.

Pero, al contrario que Abu Graib, las imágenes del Kill Team apenas han suscitado debate en EE. UU., más pendiente estos días de Libia y los bombardeos humanitarios que de la guerra de Afganistán, sucia, incómoda y sin un final evidente.

30-III-11, M. Bassets, lavanguardia