Tampoco ha sido noticia destacada el trato al soldado Bradley Manning, acusado de haber filtrado a la organización Wikileaks decenas de documentos del Pentágono y el departamento de Estado.
El sábado David Coombs, el abogado de Manning, denunció que su cliente llevaba tres días obligado a dormir desnudo por sus carceleros en la base de Quantico, cerca de Washington.
Brian Villiard, un portavoz de la base, dijo que la medida era por seguridad. Las autoridades temen que Manning se suicide.
El abogado Coombs sostiene que se trata de una humillación. El congresista Denis Kucinich, uno de los más izquierdistas del Partido Demócrata, ha comparado el trato que recibe Manning con Abu Graib, la cárcel en Iraq donde soldados estadounidenses fotografiaron vejaciones a presos iraquíes. Junto a Guantánamo, Abu Graib es un símbolo de los excesos de la Administración Bush en la guerra contra el terrorismo. Hipérboles aparte: el énfasis de la Administración Obama en la persecución de Manning y Julian Assange, el cerebro de Wikileaks, se enmarcan en una política más amplia - y más dura que la de Bush-en contra de las filtraciones de secretos.
9-III-11, M. Bassets, lavanguardia