Rafsanyani, definitivament apartat del poder

El presidente Mahmud Ahmadineyad y su entorno más cercano se anotaron ayer uno de los puntos más significativos en su larga batalla contra el ayatolá Akbar Hashemi Rafsanyani cuando consiguieron que no presentara su candidatura para dirigir de nuevo la influyente Asamblea de Expertos, la institución encargada de elegir y supervisar las acciones del líder supremo.

Rafsanyani, de 77 años, ha quedado así prácticamente eliminado de la política iraní después de 32 años en los que ha sido uno de sus principales protagonistas. El Tiburón,como se le apoda en Irán, no sólo fue una de las personas más cercanas y queridas por el padre de la Revolución, el imán Jomeini, sino que ha ocupado los más altos cargos políticos en Irán, incluida la presidencia entre 1989 y 1997. La Asamblea de Expertos, que dirigía desde 2007, era su último gran bastión de poder.

"Si está listo para aceptar la responsabilidad - en referencia al ayatolá Mohamed Kani-,no presentaré mi nombre a la reelección, de manera que podamos eliminar las diferencias existentes y esta institución sagrada no quede maltrecha por mi culpa", dijo Rafsanyani en la reunión anual de la Asamblea de Expertos que terminó ayer en Teherán, según la agencia oficial de noticias Irna.

El ayatolá Mohamed Reza Mahdavi Kani, un clérigo considerado moderado dentro del grupo conservador, resultó ganador con 63 de los 86 votos posibles. Kani, de ochenta años, ha ocupado también cargos importantes en la política iraní, incluido el de primer ministro en 1980.

"Yo le visité dos veces para pedirle que pusiera más énfasis en contra de los líderes opositores Mir Hosein Musavi y Mehdi Karrubi, pero nunca fue realmente claro. Por eso los clérigos decidieron retirarle su apoyo", aseguró a La Vanguardia Mariam Behruzi, una política conservadora anteriormente cercana a Rafsanyani.

El lento declive de Rafsanyani empezó cuando Mahmud Ahmadineyad, entonces un desconocido en la política iraní, le derrotó en las elecciones presidenciales de 2005. A partir de ahí, el entorno del nuevo presidente empezó una campaña en su contra que se hizo más evidente en las elecciones presidenciales de 2009, cuando Ahmadineyad le acusó de corrupto ante millones de espectadores. Esa acusación coincidía con la creencia popular de muchas personas de clase media y baja, que desde años atrás desconfiaban de la riqueza y el poder de Rafsanyani. "Muerte a Rafsanyani", se oyó desde entonces entre los seguidores del Gobierno.

El punto sin retorno, sin embargo, llegó cuando fue identificado como uno de los líderes del movimiento de protestas surgido tras la abultada victoria de Ahmadineyad en 2009, considerada fraudulenta por muchos. Esa acusación terminó por dar todas las herramientas a sus enemigos para acabar con él y su familia.

Rafsanyani, sin embargo, nunca apoyó o criticó abiertamente las protestas. Siempre se le ha acusado de ser ambiguo y ha pagado caro por ello. La semana pasada se supo que su hijo Mohsen había renunciado a la dirección del metro de Teherán después de 17 años en este puesto ante las presiones del Gobierno. Otro hijo, Mehdi, no ha podido regresar al país porque ha sido acusado de apoyar a la oposición en las elecciones de 2009. Y su hija Faezeh, la única que le siguió en la carrera política, fue agredida hace un par de semanas por seguidores del Gobierno en pleno centro de Teherán el día que se celebraba una marcha de protesta.

Ayer, según confirmaron a este periódico varias personas, se celebró otra manifestación en Teherán. Esta vez, para conmemorar el día de las Mujeres y reclamar la libertad de decenas de mujeres que permanecen presas. El centro de la ciudad fue tomado por miles de integrantes de los cuerpos de seguridad para tratar de disuadir a los participantes, que se manifestaron pacíficamente.

9-III-11, C. Gómez, lavanguardia