ordre d´extradicció a Suècia per a Assange

Tras poner en evidencia las cuestionables prácticas políticas de los gobiernos de medio mundo al margen de continentes e ideologías, el revolucionario periodista Julian Assange ha perdido en primera instancia su proceso de extradición a Suecia por supuestos delitos sexuales. Un juez británico ha determinado que tiene que ser entregado a las autoridades del país escandinavo y afrontar los cargos.

No se trata aún de la última palabra en el proceso contra el fundador de Wikileaks, porque sus abogados anunciaron inmediatamente después de conocerse la sentencia que van a presentar una apelación que no tendrá desenlace hasta posiblemente el verano. En el trasfondo, además, está la amenaza de Estados Unidos de procesarlo por alta traición y espionaje, y se rumorea que en el estado de Virginia está constituido ya un gran jurado para examinar su relación con el soldado Bradley Manning, el autor de la filtración de documentos que revelan secretos del ejército y el servicio diplomático estadounidense.

Si efectivamente - como parece probable-Assange acaba siendo extraditado, el periodista australiano tendrá que permanecer bajo custodia, ya sea en prisión o en arresto domiciliario, hasta que se celebre el juicio (sin testigos) por violación y asalto sexual a dos mujeres suecas en agosto del año pasado, unos cargos que él niega por completo. La ley sueca tiene la peculiaridad de no contemplar el concepto de la libertad bajo fianza.

Tras deliberar durante un par de semanas, el juez Howard Riddle desmontó en su sentencia todos los argumentos de los abogados de Assange: que la orden de arresto era inválida, que no ha sido encausado, que las acusaciones en su contra no constituirían delito de haber sido cometidas en el Reino Unido, y que en Suecia no va a recibir un juicio justo porque la opinión pública y el propio primer ministro del país, Frederik Reinfeldt, han demostrado públicamente que tienen formada la opinión de que es culpable. Tampoco se mostró preocupado por la posibilidad de que Estocolmo lo extradite a su vez a Estados Unidos, donde importantes figuras políticas conservadoras han pedido que sea condenado a la pena de muerte.

Assange fue detenido por Scotland Yard el 12 de diciembre, en cumplimiento de una orden de arresto tramitada por la fiscalía sueca a través de Interpol después de que dos mujeres a las que conoció en su visita a Suecia el pasado verano presentaran conjuntamente denuncias en una comisaría. El periodista alega que las relaciones sexuales fueron en todo momento consensuadas y que sus amantes se han movido por celos.

Una de las supuestas víctimas - sus nombres no se han revelado en el proceso judicial pero circulan en internet-acusa a Assange de haberla violado mientras dormía y sin utilizar un condón, un delito que puede acarrear una pena de hasta cuatro años de cárcel. La otra lo acusa de acoso sexual por haberle hecho el amor de manera violenta y sin preservativo. Ambas entablaron contacto después de estos incidentes, y decidieron ir juntas a la policía. Una de ellas trabajó en la embajada sueca en Washington, un elemento que ha alimentado las teorías de la conspiración.

La fiscal Clare Montgomery, que actuaba en representación de la corona sueca, convenció al juez británico de que la solicitud de extradición es perfectamente legítima tanto en el fondo como en la forma aunque no se hayan presentado formalmente cargos contra el acusado en Suecia, ya que el objetivo final no es tan sólo interrogarlo sino también procesarlo y Assange no ha estado disponible para declarar por mucho que alegue lo contrario.

25-II-11, R. Ramos, lavanguardia