Cuba: la batalla per la democràcia és a internet

Internet es en Cuba un quebradero de cabeza y un campo de batalla: lo primero, por la baja y cara conectividad a la red; lo segundo, por la guerra que en ese terreno se libra entre el Gobierno y la disidencia bloguera.

Las expectativas por la reciente llegada del cable submarino de fibra óptica tendido desde Venezuela, la petición de veinte años de cárcel para el subcontratista de Washington detenido hace catorce meses en La Habana por facilitar equipos de telecomunicaciones a opositores y el efecto espejo que para algunos tiene el papel de Twitter y Facebook en las revueltas árabes han atizado el debate.

Según datos oficiales, sólo 1,6 de los 11,3 millones de habitantes de Cuba son usuarios de servicios on line que en la mayoría de casos se limitan a una cuenta de correo y a las intranets estatales. La tasa de pleno acceso no se conoce, pero es en todo caso ínfima. Sólo algunos organismos, dirigentes y periodistas autorizados tienen libre acceso a la red.

Las autoridades culpan de la restricción al bloqueo de Estados Unidos, que de hecho obligó a la isla a establecer su conexión a través de un satélite de baja capacidad. Washington y la disidencia achacan falta de voluntad política al Gobierno, que la niega y - amén del embargo-aduce límites técnicos y da prioridad a los servicios médicos y educativos.

Baja conectividad y deficiencias técnicas no significan falta de preparación. Por el contrario, Cuba cuenta con una legión de especialistas en internet y blogueros preparados en la Universidad de Ciencias Informáticas desde su fundación en el 2002. Uno de estos expertos es supuestamente el protagonista de una conferencia dirigida a funcionarios de Interior para instruirles sobre los peligros de la llamada ciberdisidencia.

El vídeo de la charla (vimeo. com/ 19402730), no verificada oficialmente, se habría grabado en junio y se filtró hace días a través de varios blogs y webs.

En la charla, el analista avisa a los asistentes sobre la organización en la isla de "una red virtual de mercenarios" financiada por EE. UU., como probaría el caso del subcontratista Alan Gross, acusado de atacar la soberanía del país. "Internet es un campo de batalla y el enemigo tiene sus tropas", afirma. Pero "ser bloguero no es malo. Ellos tienen los suyos y nosotros los nuestros. Vamos a combatir, a ver cuál de los dos sale más fuerte", desafía.

En unos meses, el cable traído de Venezuela multiplicará por 3.000 la velocidad de internet en Cuba y abaratará el acceso. También brindará una oportunidad de negocio al Estado. Y le urgirá a decidir cuándo y hasta qué punto abre la red al público.

Decenas o tal vez cientos de blogueros y comentaristas le dan vueltas estos días a las similitudes y diferencias entre Egipto y Cuba. ¿Y cuando todos los cubanos puedan entrar en internet? Será un gran avance. Y Cuba seguirá siendo Cuba. Lo demás...

20-II-11, F. García, lavanguardia