política, especulaciói i inestabilitat alimentària

África es el huerto del mundo con 50% de los potenciales 446 millones de hectáreas de tierra cultivable en el mundo.

Según las últimas estimaciones de la FAO, en el año 2010 había en el continente africano un total de 293 millones de personas subnutridas.

La agricultura es el 30% de los ingresos de países en crisis prolongadas pero el sector sólo recibe un 4% de la ayuda humanitaria.

El índice global del hambre señala en "alarma extrema": Burundi, Chad, Congo y Eritrea. Sin datos de Somalia.

El riesgo de inundaciones juega un papel clave en la crisis de los alimentos. Tras las lluvias de las últimas semanas en el ÁfricaAustral, la coordinadora regional de emergencias de la FAO, Cindy Holleman, advirtió: "la inseguridad alimentaria es crítica en las zonas afectadas de algunos de estos países, y las inundaciones sólo agravarán la capacidad de los agricultores pobres de afrontar la situación y alimentar a sus familias en los próximos meses". En Lesoto, uno de los países más pobres de la región, se ha perdido ya el 60% de los cultivos y más de 4.700 cabezas de ganado, sobre todo ovejas y cabras.

En Mozambique, otro país afectado, llueve sobre mojado. Aunque desde los acuerdos de paz de 1992, ha sido un ejemplo de crecimiento económico y reducción de la pobreza, el aumento de los precios en alimento básicos despertó el descontento y, en septiembre del año pasado, las protestas en Maputo provocaron 13 muertos. Las malas cosechas han empeorado la situación: el precio del maíz es hasta un 69% más alto que hace un año y el arroz, el cereal más consumido en Maputo, se vende a precio de récord desde hace un mes.

La pregunta de Helen Winslow hiela el alma. "El agua llegó de repente, inundó todo y me estropeó un kilo de harina y medio de azúcar. ¿Y ahora qué como?", se lamenta. Helen vive en un cuarto de chapa de cuatro metros de largo ydos de ancho, donde ha hecho un tetris con un colchón, dos cacerolas y un armario que conserva marcas de barro. "Hasta aquí llegó el agua, quiero irme de aquí", dice. Su vivienda de uralita, que se recupera de las lluvias que en el último mes se han cebado con Kliptown, una de las zonas más pobres de Soweto, es también el espejo de la fragilidad del continente.

Además de Sudáfrica, la temporada de lluvias amenaza miles de hectáreas de tierra cultivable en Botsuana, Lesoto, Mozambique, Namibia, Zambia o Zimbabue. El puñetazo en el estómago de la naturaleza está cargado de cinismo porque en el este y el cuerno de Áfricala sequía ha sido dura y porque llega en el peor momento: el índice del precio de los alimentos ha alcanzado su pico histórico desde que el Organismo de la ONU para la Agricultura y la Alimentación (FAO) empezó a contabilizarlo en 1990. La subida recuerda a la de 2008, cuando el número de personas que pasaron hambre en el mundo superó los mil millones. Pero el contexto no es igual. Por eso, ÁfricaSubsahariana vive entre quienes temen otra crisis y el optimismo de quienes piensan que los países africanos han aprendido la lección.

El presidente de Oxfam América, Ray Offenheiser, es de los primeros. Tras visitar ÁfricaOccidental la semana pasada, alertó de una posible crisis alimentaria inminente en la región. "Una de las cosas que más nos preocupan es la seguridad alimentaria en el mundo y muchos país del Áfricadel Oeste son vulnerables, (…) Existe el riesgo de otra crisis similar a la de 2008 y ya hemos visto el inicio de tensiones en relación a la seguridad alimentaria", señaló. Pero el contexto africano es menos turbio. Aunque hablar de ÁfricaSubsahariana como un todo es un espejismo y, por ejemplo, Somalia y Uganda sí han sufrido las subidas de precio, otros países africanos han mantenido estable el precio de los alimentos básicos gracias a las buenas cosechas. Además, las reservas de alimentos son mucho mayores que hace tres años (hay 1.100 toneladas de trigo más que en 2008) y el precio de la mayoría de cereales, dieta básica en muchos países africanos, es menor que en la última crisis y está estable.

En la reunión de mandatarios africanos en Adís Abeba de hace dos semanas, Ngozi Okonjo-Iweala, directora ejecutiva del Banco Mundial, avisó que la volatilidad de los precios de los alimentos había vuelto para quedarse, pero fue positiva: "A diferencia de 2008, hemos sido capaces como región de lidiar con las recientes subidas de precios. En los últimos dos años, se ha incrementado la productividad agrícola y la producción local de alimentos", dijo. La producción de cereales en África Subsahariana aumentó un 5,5% en 2010 respecto a hace tres años y en países como Burkina Faso o Malaui se multiplicó por dos.

El futuro de Áfricaestá ligado a sus cultivos. Aunque tiene potencial para alimentarse a sí misma, aún está lejos de ese objetivo y, para ser más resistente a la volatilidad del precio de los alimentos, precisa de más producción y productividad de la agricultura y más capacidad de trasladar los alimentos entre regiones. El Banco Africano de Desarrollo lo puso en cifras: los países africanos deberían dedicar al menos el 12% de su presupuesto a la agricultura. De 53, al menos 45 estados africanos no llegan a esa cifra.

15-II-11, X. Aldekoa, lavanguardia