ŽEl epicentroŽ, Enric Juliana

Hay un foco principal en el  desagradable espasmo anticatalán de estos días: el epicentro se halla en el estamento político de Castilla-La Mancha, región donde las elecciones de autonómicas de mayo se presentan muy, pero que muy reñidas. PSOE y PP juegan a cara o cruz y ambos tienen pánico a la derrota.

Al igual que ocurre con otras tazas del café para todos,Castilla-La Mancha es un artificio. Lo ha reconocido recientemente José Bono con bastante sinceridad: la autonomía, ni se la esperaban. En los mapas antiguos, siempre hubo dos Castillas (la Vieja y la Nueva). En las fiebres de la transición, alguien - seguramente el ministro del Interior, Rodolfo Martín Villa-decidió que hubiese tres: Castilla la Vieja más el antiguo reino de León; la provincia de Madrid; y Castilla la Nueva, sin Madrid y con Albacete.

Hábil jugada. Tres Castillas en el nuevo mapa de la competición territorial y la metrópolis de Madrid liberada de tener que atender las necesidades de una vasta extensión de la España rural. Al frente de una comunidad llamada Castilla la Nueva, Madrid tendría hoy otro timbre, otros aires.
Castilla-La Mancha, veintidós habitantes por kilómetro cuadrado, es una de las beneficiarias de la solidaridad interna española y ha recibido mucho dinero de los fondos europeos (más de ocho mil millones de euros desde 1986). Ha prosperado, cuenta con una estación de AVE en cada capital de provincia - gran logro de Bono-,es la mayor reserva de caza de España, ha recalificado suelo a espuertas y el estallido de la burbuja le ha pegado un tremendo bofetón. La primera noticia la tuvieron en Villacañas, provincia de Toledo, donde se fabricaban casi todas las puertas de España. La crisis transformó el proyecto faraónico de Seseña (Toledo) en la ciudad fantasma que visitan todos los enviados especiales de la prensa extranjera. Los proyectos inmobiliarios de Valdeluz (Avelandía,en Guadalajara) y Reino de Don Quijote, también están varados. El aeropuerto de Ciudad

Real se quedó sin aviones y con un montón de deudas. Todo ello comportó el hundimiento de la caja de ahorros regional, cuyo rescate ya ha costado 7.100 millones de euros. Una operación de auxilio promovida por el PSOE ha colocado los restos de Caja Castilla-La Mancha en el proyecto bancario transversal que lidera Caja Astur. El ex presidente de la entidad, Juan Pedro Hernández Moltó, aparece estos días como el único culpable, pero lo cierto es que los grandes proyectos fallidos trenzaron amplios consensos. El constructor Domingo Díaz de Mera ha mandado mucho en la región. Y los medios de comunicación capitalinos han sido misericordiosos. De nuevo, la habilidad de Bono.

El PSOE corre el riesgo de perder su primera gran región meridional, dejando Andalucía a la intemperie. El actual presidente socialista, José María Barreda, hace tiempo que juega la carta anticatalana. Así cree ganar votos, y protecciones en Madrid. El PP también arriesga. Su candidata es María Dolores de Cospedal, la número dos de Mariano Rajoy. Si gana, le disputará el titulo de reina de las tres Castillas a Esperanza Aguirre. Si pierde, su carrera política puede verse comprometida. Un mayo con derrota de De Cospedal y éxito de Francisco Álvarez-Cascos en Asturias sería sorprendente. Ahí está el epicentro.

10-II-11, Enric Juliana, lavanguardia