Doku Umárov manté el Cŕucas (i Rússia) en flames

Tras una palpable estabilidad en Chechenia bajo la mano dura de Ramzán Kadírov, los enfrentamientos de las fuerzas de seguridad con los rebeldes y los atentados terroristas siguen siendo frecuentes en las regiones periféricas, sobre todo en Daguestán e Ingushetia. Además, tras la eliminación de casi todos los líderes históricos de la guerrilla chechena, y dada la ausencia de grandes atentados durante años en Moscú (a casi 2.000 kilómetros de distancia), en la capital rusa se vivía una sensación de calma.

Pero eso cambió en el 2009. Doku Umárov, uno de los pocos líderes chechenos que han sobrevivido a dos guerras de independencia contra Rusia, representa la transformación de esa lucha política en una insurgencia islamista donde prevalecen las posiciones extremistas religiosas, y cuyo objetivo es la creación de un emirato en el Cáucaso. Luchó en las dos guerras chechenas, y entre 1996 y 1999, durante la época independiente, ocupó el puesto de ministro de Seguridad.

En agosto del 2009 Umárov, que se autoproclama emir del Cáucaso, prometió llevar su guerra santa a Rusia. Meses después, una bomba hizo descarrilar el Nevsky Express, un tren rápido que hacía la ruta Moscú-San Petersburgo. El atentado causó 26 muertos. La nueva amenaza se hizo más evidente con los atentados del metro de Moscú del 29 de marzo del 2010, cuando dos mujeres suicidas se volaron y asesinaron a 40 personas. Era el primer atentado en Moscú en seis años que llevaba la firma de los rebeldes del Cáucaso.

En una entrevista en la revista Time,un ex compañero de armas de Umárov, Illyas Musáyev, actualmente residente en Copenhague, advertía ya a finales del 2009 que "los atentados probablemente continuarán".

La política de chechenización del Cáucaso, como llaman los analistas a la cesión de poder que ha hecho Moscú a favor de Kadírov, ha dado buenos resultados en cuanto a estabilidad, llegada de inversiones y restauración. El punto negro se encuentra en los intentos de Kadírov de consolidar su poder personal. Y en los informes de las organizaciones de derechos humanos, que acusan a los sus seguidores de estar detrás de secuestros, ejecuciones extrajudiciales y otros crímenes.

Tras Chechenia, la principal amenaza hoy se llama Doku Umárov. Así lo entendió el Kremlin el año pasado tras los atentados del metro, cuando convocó en Daguestán a los presidentes regionales de la zona.

Según explicaba en la BBC tras los atentados del año pasado Will Hartley, director del Centro Jane sobre la Insurgencia y el Terrorismo, la política de chechenización hizo posible abrir una hendidura entre los nacionalistas seculares como Kadírov y los militantes islamistas que hoy representa Umárov.

Objetivo cumplido en parte, porque las condiciones de vida en las regiones periféricas siguen siendo un lastre. "Esa política no se ha dirigido todavía a las causas políticas y socioeconómicas que causan inestabilidad en la región. Y eso ha trasladado la inestabilidad al resto del norte del Cáucaso", puntualizaba Hartley.

25-I-11, G. Aragonés, lavanguardia