ŽLas medicinas, cuarta causa de muerte en USAŽ, Joan-Ramon Laporte

Joan-Ramon Laporte, jefe del servicio de farmacología de Vall d´Hebron. 62 años, barcelonés, cuatro hijos y dos nietos: Lola y Quim. Soy doctor en Medicina, catedrático de Farmacología en la UAB y dirijo la Fundació Institut Català de Farmacologia. Estoy por los derechos humanos y la libertad. El alma, que encierra nuestras propuestas, nos trasciende.

La diferencia entre un medicamento y un veneno radica en la dosis.

¿Analiza fármacos que ya están en el mercado?

Sí, porque cuando un fármaco sale al mercado, ha sido probado por unos pocos miles de voluntarios, pero al comercializarse en todo el mundo es tomado por millones de personas, y es entonces cuando pueden aparecer efectos indeseados, en ocasiones con desenlace mortal.

¿Cuál es el medicamento que amás gente ha matado?

La aspirina, porque es el medicamento que más gente ha tomado y la percepción de su riesgo está distorsionada. A dosis bajas - cien miligramos al día- es un excelente protector cardiovascular, pero a dosis analgésicas - un gramo-puede producir hemorragia gastrointestinal.

¿Hay datos?

En Catalunya se producen unos 3.000 casos anuales de hemorragia gastrointestinal, de los que un 40% son atribuibles a la aspirina y a otros antiinflamatorios. En EE.UU. mueren al año por hemorragia gastrointestinal por antiinflamatorio unas 15.000 personas, mientras que de sida mueren 12.000.

Impactante.

Cualquier enfermedad puede ser producida por un medicamento: un infarto de miocardio, por un antiinflamatorio y muchos otros fármacos; una neumonía, cualquier enfermedad neurológica o patología psiquiátrica pueden ser favorecidas por medicamentos.

Veo que lo de los efectos secundarios va en serio.

Muchos causan depresión, como algunos que tratan la presión arterial o los diuréticos en personas de edad avanzada. Los medicamentos para el insomnio pueden provocar crisis de agresividad; muchos casos de irritabilidad al levantarse se deben a medicamentos de este tipo, como las benzodiacepinas u otros hipnóticos de acción corta.

¿Estamos hipermedicados?

Sí, llegamos al punto de que cuando una persona está triste se dice coloquialmente que está depre.Los antidepresivos sólo sirven para una depresión profunda, y la tristeza no es una enfermedad, es una reacción saludable.

¿No hay medicamento sin efectos indeseados?

No, cada medicamento tiene su peaje. La Agencia Europea del Medicamento calcula que cada año fallecen en Europa 197.000 personas a causa de efectos adversos. En EE.UU. los efectos adversos son la cuarta causa de muerte, detrás del infarto de miocardio, el ictus y el cáncer; y por encima de la diabetes, las enfermedades pulmonares y los accidentes de tráfico.

¿Es una lotería?

No, si la toma o la prescripción del medicamento fuera más atenta a los riesgos que conlleva, se calcula que se podría evitar entre un 65% y un 75% de estas muertes.

Anunciar fármacos por televisión debería estar prohibido.

Opino lo mismo. En España sólo se pueden anunciar los que no financia la Seguridad Social, si no la arruinarían. Somos el país de Europa que, en relación con el PIB, más medicamentos consume.

Hablemos de sus precios.

Son arbitrarios. Fabricar el medicamento más caro, de cien a quinientos euros, no cuesta más de dos euros, incluido el envase. Supuestamente, pagamos el esfuerzo de investigación. Pero entre un 30% y un 40% del gasto medio de los laboratorios se destina a la promoción comercial.

El precio lo negocia el Gobierno.

Sí, pero con poco éxito. En España, el precio del medicamento está alcanzando el de Alemania, que nos duplica la renta per cápita.

Qué gran negocio.

Según el informe de desarrollo de la ONU, es el tercer sector económico detrás de la industria armamentística y el narcotráfico.

Dicen que se inventan cada año nuevas enfermedades.

Sí, sobre todo en relación con la mente y el sexo. Convierten la timidez en enfermedad y la medicalizan. Ahora se han inventado la disfunción sexual femenina: "Padeces disfunción sexual femenina..., no se ría...

De acuerdo.

... Si en los últimos seis meses has rechazado una proposición de relación sexual o no has tenido una con satisfacción plena". Cada vez que se reúne uno de los comités de hipertensión arterial (el estadounidense, el europeo o el de la OMS) bajan el nivel de presión arterial considerado normal, y lo mismo ocurre con el colesterol.

Explíqueme.

En pocos años se ha disminuido de tal manera el límite de normalidad del colesterol que cada vez hay más población que debe tratarse. En EE.UU. ha aumentado de 3 millones de personas a 25 en 10 años.

Asombroso.

La industria farmacéutica dedica el doble (en España el triple) de su presupuesto a promoción comercial que a investigación. Una visita del representante comercial viene a generar unas 35 nuevas recetas del medicamento. Lo asombroso es que no haya en Sanidad una especie de central de compras de medicamentos con gente formada.

¿Quién se ocupa de la formación continuada del personal sanitario?

Los laboratorios, así que es muy difícil asegurar que no haya una influencia de intereses comerciales.

No debió de ser fácil crear hace 26 años una fundación (Institut Català de Farmacologia) que investiga y denuncia los fármacos que representan algún peligro para la salud. Habrá de todo, pero en la industria farmacéutica hay sobre todo dinero, poder e influencias. "Parece que hayan perdido su alma médica y se hayan quedado únicamente con su alma comercial", dice Laporte, que sabe de lo que habla: entre otras cosas, presidió el comité de medicamentos esenciales de la OMS (2003-2004) cuando se consiguió que se aprobaran los antirretrovirales genéricos que salvaron tantas vidas en África. Aquí ofrezco sólo una décima parte de lo mucho que me contó: el negocio de la salud da para hablar.

24-I-11, Ima Sanchís, lacontra/lavanguardia