vot emigrats: perquè ´nacional´ i no per residència?

La emigración ha sido objeto de una descarnada manipulación política con fines electorales desde que en 1976 el Gobierno Suárez permitió por primera vez participar a los residentes en el extranjero, a lo que siguió una evolución marcada por el fraude, probadas votaciones de muertos y aumento artificial del volumen de un sufragio por lo general muy favorable al partido gobernante en España. Así lo demuestra una tesis doctoral defendida en la Universidad de Santiago de Compostela, con sobresaliente cum laude, por Anxo Lugilde, redactor de La Vanguardia en Galicia y Portugal. La investigación, titulada "La participación política de los emigrantes gallegos (1905-2010)" y dirigida por el catedrático Xosé Manoel Núñez Seixas, revela que España lleva más de cien años discutiendo si los expatriados tienen derecho a intervenir en la política nacional.

En 1905, dos emigrantes de Buenos Aires, el republicano asturiano Rafael Calzada y el monárquico gallego Anselmo Villar, intentaron entrar en el Congreso de los Diputados, lo que lograrían años después. Los diarios El Imparcial y La Época rechazaron esta intervención política de los ausentes, por no cumplir con sus obligaciones cívicas en España, mientras que El Globo y El País la defendían, por el peso de las remesas. En la tesis de Lugilde, licenciado en Periodismo y Políticas, se destaca que ya la dictadura de Primo Rivera hizo el primer ensayo de participación en el exterior. Sin embargo, fue el Gobierno de Adolfo Suárez el que instauró el voto en el exterior, al permitirlo para el referéndum de la reforma política, en busca del mayor volumen de sufragios posible. Pero como la diáspora iba a votar a la izquierda, restringió su participación en las legislativas de 1977. Para Lugilde, se trata "de un ejemplo claro de manipulación electoral de la diáspora".



Como el voto exterior no es un requisito imprescindible del sufragio universal, con frecuencia la emigración funciona como una reserva electoral que la mayoría gobernante abre o cierra según su conveniencia. Así, en España, en 1995, se aprobó una reforma que duplicó el censo, al que fueron incorporados varios miles de muertos, según ha reconocido la Junta Electoral. Pero el adelanto electoral de 1996 impidió al PSOE rentabilizarla y se benefició un PP que olvidó en el poder sus peticiones de más garantías para un sufragio por correo muy vulnerable. Lo mismo sucedió con la llegada de Zapatero al Gobierno a partir del 2004.

Ahora, las Cortes tramitan una contrarreforma electoral que, por primera vez, restringirá la participación de los españoles del exterior. El periodista gallego interpreta que es "un acuerdo de desarme de PSOE y PP. El socialismo teme lo que pueda pasar, sobre todo en Galicia (cuya diáspora ha adquirido en este siglo una relevancia inédita), cuando el PP gobierne en España. Y los populares temen que los socialistas les quiten más escaños a corto plazo".

A la defensa de la tesis, el pasado 22 de diciembre, asistieron representantes de PP, PSOE y BNG, y de la Xunta.

17-I-11, J. Barbeta, lavanguardia