Obama obre lŽarmari de lŽexèrcit USA

Un día histórico. No parece exagerado aplicar esta expresión cuando han tenido que pasar 17 años para que ser homosexual o lesbiana deje de ser un impedimento, un obstáculo insalvable a la hora de enrolarse o formar parte de las más poderosas fuerzas armadas del mundo.

Puertas abiertas en el ejército estadounidense. Se acaba la discriminación por razones de condición sexual. Pasadas las tres de la tarde - nueve de la noche en España-se inició la votación definitiva en el Senado. La mayoría demócrata contó con el apoyo de varios republicanos y con un resultado de 65 votos a favor por 31 en contra se finiquitó una política vergonzosa para muchos. Esta resolución, ratificada esta misma semanas por la otra cámara (250 apoyos por 175 negativas), fue equiparada de inmediato con la decisión de poner fin a la segregación racial en el cuerpo militar. Obama, uno de los principales mentores del acuerdo -esta cuestión la incluyó en su campaña del 2008-, se lleva otro triunfo en vísperas del cambio de mayorías en las cámaras...

 

Concluye así la política del "no lo preguntes, no lo digas" -"don´t ask, don´t tell"-, instaurada durante el mandato de Clinton, a principios de la última década del siglo XX. Esto significaba que un militar podía ser gay, pero en el armario. Su identidad sexual debía guardarla en secreto, como si fuera algo denigrante y causa de peligro para el país. En el debate de ayer todavía hubo senadores republicanos que mentaron el término peligro, pese a que los mandos militares completaron un estudio en el que se consideró fuera de todo riesgo la abolición de este prejuicio. Una encuesta entre los uniformados dio un resultado muy mayoritario a favor de la supresión.

Hasta ahora, alguien que abiertamente reconociera esa condición, o fuera víctima de una denuncia, corría el riesgo de ser expulsado del cuerpo. Alex Nicholson, ex soldado de 29 años, es uno de los que en octubre del pasado año se manifestaron en Washington para reclamar que Obama cumpliera su promesa electoral de borrar una limitación que les resultaba dolorosa. A Alex lo expulsaron en el 2002 por un chivatazo. En total, 13.000 personas han debido dejar las filas.

"Con el fin del ´no preguntes, no lo digas´, nuestro país ya no denegará más el servicio a miles de patriotas estadounidenses forzados a dejar las fuerzas armadas, a pesar de años de conducta ejemplar, por la simple explicación de que eran gais", señaló el presidente Obama en un comunicado. "Nunca más se verá nadie en la obligación de responder con una mentira para prestar servicio a Estados Unidos".

19-XII-10, F. Peirón, lavanguardia