el Marroc qualifica la democrącia espanyola d“hostil

Quien había dado por cerrada la crisis del Sáhara Occidental se equivocaba. El pronunciamiento prácticamente unánime realizado ayer por el Congreso contra el desalojo del campamento de El Aaiún el pasado 8 de noviembre desató ayer las iras del Gobierno marroquí, cuyo ministro de Comunicación, Jalid Naciri, anunció que su país "reexaminará" el conjunto de sus relaciones con España. A pesar de que la moción aprobada en el Congreso no incluye ninguna referencia explícita a Rabat, Naciri dijo a la agencia oficial marroquí de noticias que la resolución del Congreso desprendía "hostilidad hacia Marruecos" y contenía "expresiones antimarroquíes inaceptables". En opinión del ministro marroquí, las posturas adoptadas por los partidos españoles "se caracterizan por tufos negativos y hostiles, especialmente tras el desmantelamiento pacífico del campamento de Gdim Izik"...

La moción de la discordia fue secundada por la mayoría de grupos - sólo ERC se abstuvo-y en ella figura la firma del PSOE. El texto había sido cuidadosamente estudiado para evitar una condena expresa del gobierno marroquí. Se condena "los incidentes violentos ocurridos en Agdam Izik y en el Aaiún con ocasión del desalojo...". Asimismo, el Congreso insta al Gobierno a "expresar a las autoridades marroquíes su preocupación ante las informaciones sobre violaciones de derechos humanos en el territorio del Sáhara Occidental". Los impulsores de la moción lograron incluir un respaldo expreso al interlocutor saharaui. "Intensificar y profundizar las relaciones con el Frente Polisario, legítimo representante del pueblo saharui", reza el texto.

El Congreso también reclama un esfuerzo para "culminar el proceso de descolonización del Sáhara Occidental, a través del principio de libre determinación y auténtica voluntad del pueblo saharahui". Un esfuerzo que la propia moción enmarca dentro de las conversaciones informales entre el Polisario y el Gobierno de Marruecos bajo el "auspicio de las Naciones Unidas"...

lo cierto es que Marruecos ha utilizado en numerosas ocasiones la amenaza de reducir su ccoperación con España en el transcurso de diferentes crisis. Sin ir más lejos, hace justo un año el Gobierno del reino alauí amenazó con replantearse sus relaciones con España a raíz del conflicto desatado por la expulsión de la saharaui Aminati Haidar. Entonces fue su ministro de Exteriores quien amenazó con interrumpir la colaboración en materia de inmigración...

Marruecos no se arredra. Mientras el Gobierno español mide al milímetro cualquier gesto para no molestar a Marruecos, el país vecino usa todas sus armas políticas. Entre ellas, una marcha que mañana saldrá de Rabat y acabará frente a la frontera de Ceuta para reivindicar la soberanía de las dos ciudades españolas en el norte de África.La nueva protesta tiene lugar una semana después de la manifestación organizada el domingo pasado en Casablanca contra el PP por su alineación con la causa saharaui.

Nadie duda de que las dos movilizaciones forman parte de la respuesta a las condenas que se producen en España por el desalojo del campamento saharaui de El Aaiún. La marcha de mañana está convocada por organizaciones juveniles de varios partidos, entre ellos los gobernantes Istiqlal, Unión Socialista de Fuerzas Populares y Partido Progreso y Socialismo. Como la manifestación de Casablanca, cuenta con la bendición oficial. Se han sumado la asociación Chouala para la Educación y la Cultura y el Foro de Estudiantes Marroquíes.

Por la mañana habrá una sentada de protesta ante la embajada española en Rabat y a continuación los manifestantes se trasladarán a la localidad de Fnideq, próxima a Ceuta, para recorrer a pie la distancia que la separa de la frontera española. Los convocantes han insistido en que se trata de una marcha pacífica y simbólica cuya finalidad no es responder a las críticas de España, sino reclamar el fin de la "ocupación colonial" de las dos ciudades que consideran marroquíes.

La protesta pretende congregar ante la frontera de Ceuta a varios miles de personas, algunas que viajarían desde Rabat y la mayoría que acudiría desde las vecinas ciudades de Tánger y Tetuán, cuyas organizaciones cívicas trabajan para movilizar a sus simpatizantes. No es la primera vez que se producen manifestaciones similares. Las últimas tuvieron lugar con motivo de los incidentes ocurridos este verano en la frontera y, antes, coincidiendo con la visita de los reyes de España a Ceuta.

3-XII-10, L. Izquierdo/V. Bejarano, lavanguardia