entrevista a la líder noviolenta saharaui Aminatu Haidar

El suave tono de voz de Aminatu Haidar no logra disfrazar la dureza de sus palabras contra la UE, España y Francia por su actitud en el conflicto saharaui. "Decepcionada y frustrada", ayer tachó de "vergonzosa" la actitud del gobierno español y reclamó a la UE que investigue lo ocurrido las últimas semanas en El Aaiún. Haidar habló con La Vanguardia antes de participar en Bruselas en una conferencia en el Parlamento Europeo sobre el conflicto saharaui.

¿Le sorprendió la violencia ejercida por Marruecos para desmantelar el campamento de protesta saharaui? Al contrario… Ya había advertido que el gobierno marroquí desmantelaría el campamento con violencia, tal y como ocurrió. Desde el primer día del éxodo de los saharauis se constató un despliegue militar, con helicópteros y fuerzas de apoyo… ¿Para qué todo eso?



¿Que intención tiene esta represión? Es una limpieza étnica como lo demuestra que la policía marroquí organizara milicias para reprimir y hostigar a los ciudadanos saharauis. Para saquear sus casas y destruir sus muebles, para aterrorizar a los niños. Me han contado por teléfono que lo hacían con el apoyo y la protección de la policía marroquí, que les decía si tenían que entrar en una casa u otra.

¿Cómo valora la actitud de la UE y España en la crisis? Esta masacre y la respuesta violenta de los jóvenes tras la represión de las manifestaciones son consecuencia de la indiferencia y complicidad de la UE y de países como Francia o España con Marruecos. Lo que va a venir en el futuro va a ser aún peor.

El riesgo de que estalle una guerra, ¿es real? Sí, enorme. Marruecos está avivando el odio y el chauvinismo del pueblo marroquí contra sus hermanos saharauis. Está alimentando el estallido de una guerra civil y esto, sin duda, va a desestabilizar toda la región.

¿Los jóvenes saharauis encaran el conflicto de forma distinta a sus padres? Los jóvenes, todos, hablan de la guerra. Critican al Frente Polisario por no declarar la guerra en la zona ocupada y en los campamentos de refugiados. Es una situación muy difícil. Como activista, me siento decepcionada y frustrada por la UE y la ONU. Creo ciegamente en la resistencia no violenta pero ya no me quedan palabras para los jóvenes. ¿Sabe qué me responden? Que eso no son principios sino eslóganes. Y que ya no creen en ellos porque la comunidad internacional sólo interviene si hay derramamiento de sangre. Es una gran desgracia.

17-XI-10, B. Navarro, lavanguardia