Països Baixos abandona, militarment, Afganistan

Holanda se convirtió ayer en el primer socio de la OTAN en retirar sus tropas de Afganistán. Los casi 2.300 soldados holandeses que hasta ahora han operado en el seno de la Fuerza Internacional para la Estabilización de Afganistán (ISAF) bajo mando de la OTAN comenzaron a abandonar el campamento Holanda, en la peligrosa provincia de Uruzgan (en el sur talibán del país). La presencia militar en Afganistán fue la causa de la caída del anterior gobierno de La Haya.

Los militares holandeses traspasaron el mando a fuerzas estadounidenses y australianas para controlar la zona. "Hemos hecho mucho aquí, pero todavía queda más por hacer. Hay que construir un futuro próspero y en paz para Afganistán", dijo a modo de despedida el comandante de las tropas, Peter van Uhm. Joel Harper, portavoz de la ISAF declaró: "Las fuerzas holandesas se han distinguido en Uruzgan, les rendimos homenaje".

Los Países Bajos desplegaron sus tropas en Afganistán a partir del 1 de agosto del 2006, especialmente en Uruzgan, una provincia con fuerte presencia de los talibanes. En estos cuatro años han muerto 24 soldados holandeses.

Desde el inicio de la misión que ha costado unos 1.400 millones de euros, las ONG presentes en la provincia han pasado de 6 a 50 y el número de escuelas se ha duplicado, ahora son 179. Holanda se ha hecho cargo de la construir una carretera entre las dos principales ciudades del área y ha instruido a 3.000 soldados afganos. Ha impulsado la vacunación masiva de niños, un centro de formación de policías y la mejora de los transportes.

Afganistán ha sido - según la prensa holandesa-"el Vietnam político" de la anterior coalición de gobierno, que cayó en febrero pasado y forzó la convocatoria de nuevas elecciones, en junio, en las cuales la extrema derecha logró un histórico caudal de votos.

El líder del socialdemócrata Partido del Trabajo, Wouter Bos, uno de los dos socios principales de la extinta coalición junto a la democristiana CDA, se negó a que los soldados holandeses siguieran más tiempo en Afganistán. El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, había pedido a Holanda que sus efectivos permanecieran en el convulso país hasta finales del 2011. Pero Bos aseguró que cumpliría su compromiso con los electores de que "más allá del año 2010 no quedará ningún soldado holandés" en Afganistán. Con ello se oponía a sus socios de gobierno. Su decisión de abandonar el Gabinete precipitó la caída del gobierno de coalición.

La prensa holandesa ha evaluado de forma diversa la presencia en Afganistán. Especialmente positivo se mostró el periódico conservador Trouw:"La combinación de operaciones militares y la apertura al diálogo con la población ha funcionado". En cambio, el izquierdista De Volkskrant lamenta que "la solidaridad de Holanda con la OTAN haya costado demasiadas vidas a las tropas holandesas y entre los civiles afganos". "¿Valió la pena?", se pregunta.

2-VIII-10, red/agcs, lavanguardia