petites concessions amb els presos polítics cubans

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El proceso de mejora en la situación de los presos políticos cubanos continúa. Raúl Castro decretó ayer la excarcelación de un recluso enfermo y el acercamiento a sus poblaciones de otros seis penados por motivos de conciencia. El gesto, anunciado por el arzobispado de La Habana como mediador y portavoz autorizado, se suma al traslado de otros seis presos el 1 de junio.

La decisión llega en vísperas de la reunión en que los ministros de Asuntos Exteriores de la UE deben resolver, mañana, si mantienen o anulan la posición común sobre Cuba, la cual condiciona el diálogo bilateral a la mejora de los derechos en la isla y reclama un cambio de régimen. Varios países habían adelantado antes del anuncio la intención de mantener las condiciones al juzgar insuficientes los progresos del Ejecutivo caribeño.

La segunda concesión a los presos antecede también a la visita del canciller del Vaticano, Dominique Mamberti, a La Habana del 16 al 20 de junio. El cardenal y arzobispo de la capital, Jaime Ortega, insiste en desvincular este viaje de su negociación con Castro: un asunto que el Gobierno trata "con la Iglesia cubana", es decir, dentro del país y entre nacionales, lo que aquí resulta esencial.

El recluso excarcelado ayer por "licencia extrapenal" es Ariel Sigler, de 47 años y condenado a veinte. Sigler padece paraplejia y otras dolencias, por lo que estaba ingresado en el hospital Julito Díaz de La Habana.

Tanto Sigler como los seis presos trasladados a centros próximos a sus residencias pertenecen al grupo de los 75 encarcelados en el 2003, lo mismo que los acercados el 1 de junio. Entre los movidos ayer está Héctor Maceda, esposo de la líder de las Damas de Blanco (familiares de los 75), Laura Pollán. Maceda pasará de un penal de Matanzas a otro de La Habana. Los otros trasladados son Adolfo Fernández, conducido de Ciego de Ávilaa Villa Clara; Omar Ruíz, de Sancti Spiritus a Villa Clara; Efrén Fernández, de la provincia a la ciudad de La Habana; Jesús Mustafá Felipe, de Guantánamo a Santiago, y Juan Carlos Herrera, de Holguín a Guantánamo.

Distintos portavoces de la disidencia vieron "positivo pero insuficiente" el nuevo gesto. Laura Pollán admitió que no se esperaba el traslado de su esposo, y añadió que las decisiones del Ejecutivo por mediación de la Iglesia permitirán "salvar la vida" del opositor Guillermo Fariñas, en huelga de hambre y sed para pedir la liberación de todos los presos de conciencia.

El Ministerio de Exteriores español afirmó que "se ha abierto un proceso positivo y esperanzador". Por lo fuerte que siempre apostó por la voluntad de cambio de Raúl Castro, Miguel ÁngelMoratinos se jugaba el prestigio ante los socios en plena presidencia de la UE. Ahora, el ministro podrá por lo menos salvar la cara.

13-VI-10, F. García, lavanguardia