´Nación procrasti´, Màrius Serra

Ser o no ser una nación es cuestión de tiempo, y dominar el tiempo es la máxima expresión de poder. Entre estas fútiles bagatelas me debatía mientras navegaba sin rumbo fijo a la búsqueda de documentación para escribir un artículo sobre el hastío ante la sentencia del Estatut, con la imagen imborrable de los tres taurófilos miembros del Tribunal Constitucional en la Maestranza, justo antes de entrar a matar. La era digital fomenta la lectura del cazador, campo a través, sin trayectoria fija. Por eso, buscas una cosa y acabas en otra. Saltando de un hipotético "brindis al sol" llego a un blog llamado "Tinta al sol", cuya autora, Yolanda González Mesa, se autodefine en 25 puntos, de los que me limitaré a destacar tres. Uno: "Me licencié en Ciencias de la Imagen Visual y Auditiva (A. K. A. Comunicación Audiovisual) en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid, más concretamente en la cafetería". Dos: "Cambio de vida aproximadamente cada cinco años: de la escritura a los vídeos, de los vídeos a las páginas web, de estas a los pañales y ahora de vuelta a la escritura". Y tres: "He tenido un total de 7 ordenadores en 25 años: un ZX Spectrum de 48k cuando tenía 11 años, 5 PCs desde 1989 y un recién estrenado iMac". Pues bien, esta bloguera ha escrito una serie de diez apuntes dedicada a "Las 10 mejores aplicaciones Google para escritores". Me desintereso del Estatut y curioseo por si acaso aprovecho algo. En el octavo explora los usos literarios de Google Earth y Google Maps. Están, lógicamente, los más obvios: usar Street View o Panoramio para localizar los escenarios de una novela. ¿Sobre qué país no hubiera escrito Josep Pla de contar con una conexión a Street View desde Llofriu? Luego están las imágenes históricas: "Utilizando la barra de desplazamiento podemos ver superpuestas al mapa fotos aéreas tomadas a partir de 1943 de algunas ciudades". Yolanda también da instrucciones sobre cómo guardar en un sólo lugar todos los datos sobre las localizaciones (las casas de los personajes, los escenarios principales de la novela) e incluso describe una recreación de la antigua Roma en 3D. ¡Ahora entiendo el auge de la novela histórica! Documentarse sobre una época, lo que antes podía ser una verdadera odisea, ahora es un juego de niños. La próxima vez que me caiga en las manos una novela histórica buscaré sus localizaciones en Google Earth.Pero, cuando ya empiezo a tener la sensación de haber estado perdiendo el tiempo, leo el subtítulo del blog y doy un respingo: "Procrastinando en vez de escribir". ¡Procrastinando! Busco qué caray es eso de la procrastinación y descubro que era justo lo que buscaba, aún sin saberlo: es un sinónimo de posposición (de pro,adelante y crastinus,futuro), definido (Wikipedia mediante) como "la acción o hábito de postergar actividades o situaciones que deben atenderse, sustituyéndolas por otras situaciones más irrelevantes y agradables". Como ir a los toros. En realidad, es un trastorno del comportamiento que podría derivar del españolísimo "vuelva usted mañana" de Larra. Leo: "El acto que se pospone puede ser percibido como abrumador, desafiante, inquietante, peligroso, difícil, tedioso o aburrido, es decir, estresante, por lo cual se autojustifica posponerlo a un futuro sine die idealizado, en que lo importante es supeditado a lo urgente". O sea, que el Tribunal Constitucional lleva tres añitos procrastinando ante la ¿ya inminente? sentencia del Estatut. Pero la nación catalana procrastina desde hace tres siglos. Somos una procrastinación.

3-V-10, Màrius Serra, lavanguardia