estúpides fronteres pirenaiques

El hospital transfronterizo de la Cerdanya tiene un presupuesto de 38,5 millones de euros. De esta cantidad, la UE aporta 18,5 millones y el resto proviene de la Generalitat (60%) y Francia (40%). La población beneficiada pasa de los 30.000 habitantes (repartidos en 53 municipios), pero esa cifra puede multiplicarse hasta por cuatro en periodos vacacionales. El hospital, con 19.000 metros cuadrados, tendrá una capacidad de 71 camas y la previsión es que empiece a funcionar en el 2012. Las instalaciones darán trabajo a doscientas personas.

El primer hospital transfronterizo de Europa -levantado en Puigcerdà- dio ayer un salto de gigante con la firma del convenio y estatutos de la Agrupació Europea de Cooperació Territorial (AECT), la entidad creada para dar marco legal y jurídico a esta infraestructura sanitaria impulsada por Francia y Catalunya, con la ayuda de España y la Unión Europea.



En el documento estamparon su rúbrica el presidente de la Generalitat, José Montilla, y la ministra de Sanidad de Francia, Roselyne Bachelot. Para el Govern de la Generalitat esa firma del president en un acuerdo con un Estado, como Francia, supone otro hecho histórico. Y eso ha sido posible gracias a los estatutos de la AECT, que permite que un Estado pueda tener convenios con una comunidad autónoma.


la Cerdanya, repartida entre dues provincias i un département

Catalunya y Francia asumen, con la rúbrica de ayer, la coopropiedad del hospital transfronterizo de la Cerdanya. La gestión será también conjunta y la presidencia también tendrá carácter rotativo. Cada dos años cambiará y Catalunya será la primera en asumir - con la figura de la consellera o conseller de Salut-esa responsabilidad. El consejo de administración tendrá, por su parte, ocho representantes de la Generalitat y seis del Ministerio de Sanidad de Francia. Y en el consejo consultivo se nombrarán a alcaldes de ambos lados de la Cerdanya.

Son algunos de los detalles de los estatutos rubricados ayer, después de diez años de reuniones y consultas para dar validez jurídica a una infraestructura sanitaria única en Europa. Quedan por cerrar aún muchos flecos en la gestión del día a día de ese hospital, pero aún hay tiempo, ya que el edificio - que costará 38,5 millones de euros-está previsto inaugurarlo dentro de dos años.

Falta por cerrar, por ejemplo, el trámite que deberá seguir una mujer de la Cerdanya francesa que dé a luz en Puigcerdà para que su hijo adquiera de forma inmediata la nacionalidad francesa. O, en el apartado más anecdótico, fijar el color que tendrán las sirenas de las ambulancias, ya que en Francia son azules y en Catalunya, naranjas.

Por lo visto y escuchado ayer entre los muros a medio construir del hospital no parece, sin embargo, que vaya a haber problemas para encontrar soluciones en esta inédita fusión de dos sistemas sanitarios diferentes. Tanto la ministra de Sanidad francesa como el presidente de la Generalitat se mostraron más que satisfechos por el logro alcanzado con esa pionera obra y anunciaron su plena disposición a seguir colaborando para convertirla cuanto antes en una realidad.

Tal como recordó José Montilla, lo más fácil, con este proyecto levantado en el corazón de la Cerdanya, ha sido romper "unas fronteras que muchos ciudadanos siempre han considerado impuestas". Para la consellera de Salut, Marina Geli, el paso dado ayer supone "pasar de los sueños a la plasmación de ideas". La ministra de Sanidad de España, Trinidad Jiménez, afirmó, por su parte, que este proyecto "es el mejor ejemplo europeo de cooperación".

Victorià Peralta, delegado de Salut en el Alt Pirineu i Aran, se mostró, asimismo, confiado en que en estos dos años que quedan de obras se habrán cerrado con Francia todos los aspectos necesarios para hacer del hospital transfronterizo de la Cerdanya un centro catalano-francés, adaptado a los sistemas sanitarios de ambos lados de la frontera.

La recompensa será para los 30.000 clientes fijos a los que dará cobertura ese centro.

27-IV-10, J. Ricou, lavanguardia