paradoxes de l´ocupació militar del Tibet i el Turquestan Oriental

Si eres joven y tienes conocimientos del tibetano o del uigur tienes un gran futuro en el ejército. Este es el mensaje que, en resumen, transmite en los últimos meses el ejército chino y que constituye una respuesta a los violentos disturbios registrados en la región autónoma de Xinjiang el pasado julio y a los de Tíbet en marzo del 2008.

El poderoso Ejército Popular de Liberación chino ha intensificado en los últimos meses sus esfuerzos para reclutar soldados con conocimientos del uigur y del tibetano, así como de las costumbres de estas minorías étnicas. El objetivo de esta campaña es el de preservar la estabilidad y la paz social en regiones como Xinjiang y Tíbet, así como ofrecer una salida profesional a muchos jóvenes de estas provincias.

Las autoridades chinas han optado por esta vía tras analizar a fondos los violentos disturbios que tuvieron lugar el pasado julio en Urumqi, la capital de la región autónoma de Xinjiang, que causaron casi 200 muertos. Llegaron a la conclusión de que la violencia no se pudo atajar porque los mensajes que anticipaban los disturbios fueron enviados en uigur y los departamentos de policía local no dominaban esta lengua, al ser de la etnia mayoritaria han.

Los esfuerzos para incentivar el alistamiento no se limitan sólo a la etnia uigur. Un funcionario de una provincia vecina a la de Tíbet explicó que allí el ejército también se esfuerza por atraer a
los jóvenes de las minorías étnicas locales, según publica el diario South China Morning Post.

“Es evidente que los últimos disturbios han demostrado que no tenemos suficiente gente sobre el terreno con buenos conocimientos locales y que puedan comunicarse con la población. Esto
dificulta nuestro trabajo y a veces provoca tensiones innecesarias”, señalan las mismas fuentes.

De forma paralela, los soldados de la región militar del noroeste del país, cuyo cuartel se encuentran en la ciudad de Lanzhou, intensifican sus esfuerzos en estudiar el tibetano y el uigur,
así como las lenguas de otras etnias. Aprenden una palabra al día y un diálogo semanal. Lo hacen “para mantener la solidaridad de la población y la estabilidad de la sociedad”, señala el Ministerio de Defensa en su página web.

La carencia de soldados bilingües en el ejército chino se ha agravado con el paso de los años. En parte, por comodidad comunicativa. Una política que provoca que los hanes (más del 90% de la
población) sean mayoría abrumadora entre los uniformados.

Pero también porque se hace una criba selectiva. “Para entrar en el ejército primero estudian a tu familia y luego pasas un análisis físico”, explica un joven manchú, que sugiere que para los candidatos la recluta de una minoría conflictiva como la uigur, que profesan la religión musulmana, es más difícil ingresar en el ejército. Una situación que parece estar en proceso de cambio.

12-XII-09, I. Ambrós, lavanguardia