tens divorci Karzai-Obama

Las tensiones entre el presidente afgano Hamid Karzai - socio casi modélico durante parte de la Administración Bush-y Barack Obama han alcanzado niveles insólitos. Karzai se vio obligado el viernes a llamar por teléfono a la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, para "aclarar" los ataques contra los aliados occidentales y la ONU formulados en un discurso el día anterior. El líder afgano, que había acusado a "los extranjeros" de organizar el fraude electoral en las últimas elecciones, sorprendió e irritó a la Casa Blanca, que le considera un socio poco fiable y un riesgo para sus intereses.

Las tensiones no son nuevas. Desde que en enero del 2009 Obama llegó a la Casa Blanca y convirtió Afganistán en su prioridad bélica, dejó claro que la corrupción en el Gobierno afgano era un obstáculo para los objetivos bélicos de EE. UU. y reforzaba la insurgencia talibán. El fraude masivo en las elecciones de otoño enfrió aún más las relaciones. De las conversaciones periódicas y la complicidad entre George W. Bush y Karzai se pasó a una relación distante, sin apenas diálogo directo.

La Administración Obama, que en diciembre decidió enviar 30.000 soldados más a Afganistán, teme convertirse en el sostén de un Gobierno corrupto. Más de mil soldados estadounidenses han muerto en una guerra que empezó hace ocho años y en la que está presente España. ¿Vale la pena morir por el régimen de Karzai?, se preguntan comentaristas y políticos en Washington.

Sin la colaboración del Gobierno afgano, y sin la formación de unas fuerzas armadas locales fiables, será difícil que Obama cumpla la promesa de empezar a retirar las tropas en el verano del 2011. Karzai acusa a los aliados occidentales de estar a punto de convertirse en invasores y de impedir un acuerdo de paz con los talibanes.

La llamada con Clinton, que duró 25 minutos, fue "una conversación constructiva", lo que sugiere un intercambio directo, sin rodeos. "El presidente Karzai reafirmó su compromiso con la asociación entre ambos países, y expresó su aprecio por las contribuciones y los sacrificios de la comunidad internacional", dijo Philip J. Crowley, portavoz del Departamento de Estado.

En noviembre, el embajador estadounidense en Kabul ya advirtió a sus superiores que Karzai "no es un socio estratégico adecuado". El problema, para Washington, es que carece de alternativas claras para gobernar el país.

Hace una semana, Obama viajó por sorpresa a Afganistán y exhortó al presidente afgano a tomarse más en serio la lucha contra la corrupción. A la reprimenda se sumó, tres días después, la derrota en el Parlamento afgano de una iniciativa de Karzai para controlar la comisión electoral, encargada de investigar el fraude. Karzai sigue siendo el hombre de Washington en Kabul, pero ha caído en desgracia. El distanciamiento tiene antecedentes en la guerra de Vietnam, en los que EE. UU. colocaron a Gobiernos títeres que en realidad socavaban los intereses estadounidenses. La irritación de EE. UU. se evidenció en febrero, cuando la Casa Blanca anuló una invitación a Karzai para visitar Washington. El presidente afgano, según ha revelado The New York Times,replicó invitando a Kabul al presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad.

Karzai "ha desarrollado una teoría completa sobre el poder americano", dijo una fuente anónima al citado diario. Esta fuente asistió en enero a un almuerzo con el presidente afgano en el que, supuestamente, éste lanzó una diatriba contra EE. UU. "Cree que América está tratando de dominar la región y que él es el único que puede plantarle cara". "Esto es lo que obtenemos a cambio de poner en peligro a miles de soldados de EE. UU. y de habernos gastado 200.000 millones de dólares", escribió el columnista Thomas Friedman, partenaire de golf del presidente Obama.

Karzai no es el primer aliado de la Administración Bush que flirtea con Irán (miembro del eje del mal, según la terminología del ex presidente). El iraquí Ahmad Chalabi - uno de los instigadores de la invasión de Iraq en el 2003, próximo a los neoconservadores-también se ha acercado a Teherán.

4-I-10, M. Bassets, lavanguardia