entrevista a Juan Pina, fundador del Partido de la Libertad Individual

Juan Pina nació en el extranjero de padres españoles, y creció en Madrid. Está casado y tiene una hija de dos años. A los dieciocho años se afilió al CDS por considerar que era por entonces la formación más próxima al liberalismo. Participó activamente en las relaciones internacionales de ese partido y en la gestión de su organización juvenil. Fue vicepresidente del Movimiento de Juventudes Liberales de la Unión Europea y después, durante tres mandatos, vicepresidente de la Federación Internacional de Juventudes Liberales. De 1997 a 2002 fue vicepresidente de la Internacional Liberal. En 2009 participó en la fundación del Partido de la Libertad Individual (P-Lib), cuya presidencia provisional ejerce hasta la celebración del primer congreso, previsto para el año en curso.

¿Qué motivos llevan a la fundación del Partido de la Libertad Individual (P-Lib)? ¿Quiénes participan en este proceso?

El P-Lib surge a primeros de julio de 2009 tras un proceso de maduración a lo largo de la primavera de ese año. La reflexión de los fundadores en ese momento se fundamenta en un hecho que consideramos evidente e irreversible: el agotamiento del modelo de acción política liberal en el seno de los partidos centristas, por un lado, y conservadores, por otro. Desde el inicio de la Transición a mediados de los años setenta, las diferentes agrupaciones de liberales han caído una y otra vez en el derrotismo. Al considerarse incapaces de articular un partido liberal a largo plazo, se han dejado llevar por el desánimo y han intentado crear plataformas y corrientes liberales en el seno de la UCD, del CDS, del PRD, de Convergencia y otros partidos nacionalistas moderados, de UPyD y Ciudadanos, y del PP. En todos los casos, los resultados han sido exiguos. Al fundar el P-Lib dimos el paso (creemos que por vez primera en España) de constituir contra viento y marea, y desde cero, una formación política profundamente liberal (tanto como para preocuparse también por la actualización del liberalismo con los mejores aportes radicales y libertarios). Es un partido planteado a largo y muy largo plazo, sin prisas electoralistas y con vocación de actuar principalmente en solitario, como punto de encuentro de quienes realmente desean mucho menos Estado, tanto en lo económico como en las cuestiones morales y de derechos y libertades. Nuestra voluntad era representar en España la corriente de pensamiento que en casi toda Europa y otras regiones del mundo constituye un tercer polo con identidad propia y definida, ni asimilable a la socialdemocracia ni al conservadurismo. Entre los participantes en el proceso fundacional nos encontramos algunas personas que habíamos pasado (con bastante frustración) por esa estrategia errónea de buscar liberalismo donde no lo había: en los partidos de centro derivados del antiguo CDS. Entre los primeros artífices del proyecto se encuentran también personas que habían participado en las antiguas Juventudes Liberales, y sobre todo muchas personas sin afiliación previa que simplemente buscaban un partido como el P-Lib.

¿Cómo está estructurado a nivel de organización?

Nos interesa, en plena era de Internet, no complicar mucho la organización interna con las típicas estructuras burocráticas de los partidos convencionales. Hasta ahora hemos mantenido una estructura bastante unitaria, y ahora que empieza a haber suficientes afiliados vamos a pasar a una segunda fase con el nombramiento de referentes territoriales. Todo ello con el objetivo de llegar a un primer congreso donde se legitime un nuevo comité ejecutivo elegido por los afiliados.

¿Cuáles son sus principales influencias ideológicas?

El P-Lib es un partido fundamentado en el liberalismo clásico y abierto a la evolución más vanguardista de esta corriente ideológica, ya que nos preocupa su actualización y adaptación a la realidad del siglo XXI. Creemos fallidas y desechables las corrientes que han asimilado el liberalismo a sus adversarios: el social-liberalismo representado en España por el CDS y sus derivados posteriores, y el liberalismo conservador de políticos como Esperanza Aguirre. En cambio nos interesan muchos de los aportes más frescos del mundo de las ideas, producidos en las últimas décadas y sobre todo en Norteamérica. Mientras en Europa se instalaba el mito de un Estado bonachón y omnipresente, mito que no sólo alcanzó a los partidos colectivistas de izquierdas sino en gran medida a los democristianos, conservadores y por desgracia a algunos liberales, en Norteamérica hubo en la segunda mitad del siglo XX pensadores de la talla de Ayn Rand, Murray Rothbard y los economistas de la Escuela Austriaca discípulos de Hayek. Muchos aportes de esas corrientes de pensamiento son esenciales hoy para plantearse un liberalismo renovado y acorde con nuestra época. Y en las cuestiones de derechos y libertades, el radicalismo italiano también ha incorporado posiciones novedosas frente al encorsetado establishment de los partidos colectivistas de izquierdas y de derechas. Por lo tanto, aspiramos a ofrecer a la sociedad un liberalismo que profundice en sus principios básicos y defienda al individuo frente al Estado y frente a las imposiciones grupales de todo tipo, tanto en las cuestiones económicas como en las morales.

Grosso modo, ¿cuáles son las ideas-fuerza que mueven su acción política?

Deseamos ante todo trasladar a los ciudadanos la idea de que el exceso de Estado es muy pernicioso para todos. Creemos que muchas de las ideas básicas del liberalismo, contra lo que asimple vista pueda parecer, son fáciles de entender por parte de un segmento concreto de la población. En toda Europa ese segmento está representado con un cinco o diez por ciento de los votos y con una presencia parlamentaria que muchas veces es determinante. Como aquí se ha hecho entrismo y quintacolumnismo en vez de presentarse clara y limpiamente ante la sociedad con esas ideas, es en realidad una incógnita cuál puede ser el porcentaje de votos a un partido así. Pero, por mencionar las principales ideas-fuerza que ofreceremos a la sociedad, son las siguientes:

* La sustitución del llamado “Estado de bienestar” (convertido hoy en el bienestar del Estado y de quienes lo administran) por servicios privados, garantizando su universalidad mediante sistemas de capitalización personalizada y de cheque escolar, sanitario, etc.
* La sustitución del sistema de pensiones “de reparto” por uno de capitalización individualizada, en línea con lo anterior.
* La reforma económica y financiera profunda, procurando además la instauración internacional del oro u otro patrón objetivo para el valor del dinero. En particular, la reducción drástica de los impuestos y del coste del Estado, y el establecimiento de topes constitucionales a la carga tributaria y al endeudamiento del Estado en nuestro nombre.
* La plena libertad individual en todas las cuestiones de tipo moral, bioético y de derechos y libertades personales, incluyendo políticas como la legalización de las drogas (inicialmente siguiendo el modelo holandés), la despenalización de la eutanasia bajo plenas garantías jurídicas, el mantenimiento del derecho de gays y lesbianas al matrimonio, la regulación de la prostitución como una profesión más, etc. Nos sorprende que algunos políticos y comunicadores que se denominan liberales promuevan el liberalismo nada más en lo económico y abracen el conservadurismo en estas otras cuestiones.
* La reforma del sistema electoral para acabar con su enorme distorsión actual, y la reforma de la Justicia para dotar de auténtica independencia al sistema; así como la implantación de un sistema federal con plena corresponsabilidad fiscal.

¿Mantiene contactos o relaciones con otras formaciones semejantes a nivel internacional?

Nuevamente, no tenemos una gran prisa en este sentido ya que lo principal es consolidar nuestra formación en toda España. Pero sí, precisamente estos días uno de los miembros de nuestro Comité Ejecutivo ha mantenido reuniones con el secretario general de la Internacional Liberal. Nuestra participación en ese foro y en los demás organismos de partidos liberales será de momento como invitados, ya que es habitual que se requiera haber concurrido a elecciones para poder ingresar. En realidad, pensamos que la homologación internacional debe darse cuando el partido esté suficientemente consolidado y tenga ya unos años de vida. Hemos visto cómo algunos pequeños partidos del entorno centrista-liberal han basado toda su estrategia, prácticamente su actividad entera, en el terreno de las relaciones internacionales. Nosotros respetamos demasiado a la Internacional Liberal y a los demás organismos de partidos liberales para ansiar convertirnos en miembros antes de que llegue el momento oportuno. Eso sí, nos sentimos parte de esa familia de partidos, aunque lógicamente más afines a unos de ellos que a otros. En los próximos meses iremos entablando relaciones bilaterales con aquellas formaciones liberales más próximas a nuestra visión actualizada y profunda del liberalismo.

Elecciones 2011: ¿qué objetivos se ha marcado como partido?

Ante todo la consolidación como organización en todo el país. Respecto a la presentación o no de listas, será el primer congreso del partido, idealmente a la vuelta del verano, el que decida las pautas para ello, las condiciones mínimas. Como ya hemos dicho, no hay prisa alguna. Nos importa más consolidar el proyecto a largo plazo que presentarnos a cualquier precio a los primeros comicios que aparezcan en agenda. Ese cortoplacismo ha sido uno de los males comunes a muchos pequeños proyectos liberales que al final se han quedado en nada. En relación con los procesos electorales también es importante señalar que somos el único partido político que rechaza expresamente toda financiación pública de sus campañas.

¿Estaría dispuesto del Partido de la Libertad Individual ha participar en una gran coalición con liberales y conservadores minarquistas?

Siempre estaremos abiertos a alianzas posibilistas con otros liberales, si los hay. No así con conservadores ni con socialdemócratas. Podemos ser tan pragmáticos como haga falta en la defensa del individuo y de su soberanía personal, en lo económico y en lo moral. Seremos pragmáticos para alcanzar fines programáticos y cotas más altas de libertad individual. Pero no seremos pragmáticos por el pragmatismo en sí, para conseguir escaños o concejalías vendiendo nuestras ideas. Si consolidar un partido así ha de llevar ocho años en vez de dos, dos legislaturas en vez de una, pues que lo lleve. Estamos creando un partido para la generación de nuestros hijos, para el futuro de nuestra sociedad, no para mañana.

¿Consideran necesario garantizar la total independencia del Poder Judicial?

Por supuesto, es uno de los puntos centrales de nuestra reforma del Estado, junto a la privatización de los servicios públicos (garantizando la universalidad del acceso a los privados), la reducción de las administraciones públicas y su coste, y la plena descentralización administrativa en clave federal. Para garantizar la independencia del Poder Judicial nos parece esencial acabar con el nombramiento de las cúpulas judiciales y del ministerio fiscal por estamentos políticos.

¿Creen necesario suprimir las subvenciones sobre los sindicatos? ¿Y sobre los partidos políticos?

Sí, rotundamente. Creemos que el contribuyente no tiene por qué pagar a partidos y sindicatos en los que no milita, a asociaciones de las que no es socio, a religiones en las que no cree, a ONG cuyas causas tal vez no comparta, a obras culturales de las que quizá no desee ser mecenas, y un larguísimo etcétera. Las subvenciones estatales, como los impuestos, no son sólo perjudiciales por su efecto económico directo, sino sobre todo porque son las herramientas de ingeniería social con las que el Estado y sus administradores moldean a su capricho la realidad ciudadana. Estamos radicalmente en contra de esas subvenciones. Es cierto que los partidos, sindicatos, asociaciones y ONG diversas necesitan financiación, como también la cultura y la solidaridad. Pero la solución no es colectivizar esa financiación y dejar en manos de funcionarios y políticos la decisión sobre las entidades a apoyar y el monto del apoyo que recibirán. Los ciudadanos están perfectamente capacitados para realizar de forma directa las aportaciones que deseen, ya sea mediante cuotas y donaciones o mediante cuentas virtuales. Nos llevaríamos más de una sorpresa si el Estado no pudiera intervenir y en cambio lo hiciera directamente la gente. En el caso de los partidos políticos, es realmente escandalosa la situación actual, en la que el Estado y sus bancos ilegítimos (las cajas de ahorros) mantienen el monopolio a dos del PP-PSOE. Y respecto a los sindicatos, exactamente lo mismo pero con un desangre económico aún mayor para el contribuyente. Por supuesto, creemos que los liberados sindicales deben desaparecer.

¿Qué ley electoral propondrían para regenerar la democracia española?

En los sistemas electorales, como en otros ámbitos (el Derecho, los impuestos), la proporcionalidad es siempre una virtud. Nuestro sistema electoral adolece de una profunda distorsión que permite mayorías absolutas con apenas un 40 % de votos, que deja sin representación a quienes en una circunscripción con pocos elegibles superan porcentajes de incluso un 15 ó 20 %, etc. Es necesario eliminar los umbrales, ampliar el Congreso hasta el tope constitucional de cuatrocientos escaños con una lista general complementaria de los escaños elegidos en circunscripciones concretas, reagrupar éstas por comunidades autónomas para garantizar la representación de todas las formaciones relevantes, y sería muy deseable implementar un sistema de voto por prioridades (como en Australia o Irlanda) que asegure la no polarización y minimice la pérdida de votos. No estamos a favor de sistemas que otorguen el cien por ciento de la representación a una sola persona, ni con una vuelta ni con dos, ya que estos sistemas eliminan la pluralidad trasladando a las cámaras un bipartidismo forzado que no se corresponde con la realidad electoral. Preferimos que las listas no estén cerradas ni bloqueadas, aunque ello complique en cierta medida el proceso. También es de justicia representar con escaños no asignados la opción legítima del voto en blanco, cuya actual representación está injustamente repartida entre las candidaturas que obtienen representación. Y proponemos que todos los residentes legales en España tengan derechos plenos de sufragio activo y pasivo a los pocos años de estar entre nosotros, con independencia de que se dé o no reciprocidad, ya que pagan impuestos como cualquiera.

Semanario Atlántico (info@semanarioatlantico.com), 24-III-10