´Recuerdos de la patria perdida´, The Tibet Museum

2-III/10-V, Barcelona, exposició fotogràfica
´Records de la pàtria perduda´ (Tibet Museum)

Es una de las exposiciones itinerantes del TIBET MUSEUM, de Dharamsala (India). Este museo pertenece al DEPARTAMENTO DE INFORMACIÓN Y RELACIONES EXTERIORES del Gobierno Tibetano en el exilio. El terror de la ocupación china del Tíbet obligó a muchos tibetanos a huir de su tierra natal. La mayoría lo hizo a pie cruzando la cordillera del Himalaya. De su país se llevaron pocas cosas y muchos recuerdos. La exposición RECUERDOS DE LA PATRIA PERDIDA está basada en estos recuerdos. Sus comisarios son once representantes de la comunidad tibetana en el exilio. Ellos han narrado sus historias personales ligadas con la historia del Tíbet, y lo han hecho con una selección fotográfica que visualiza sus recuerdos. La exposición nos lleva a hacer un viaje por las tinieblas de la invasión, la destrucción y la opresión, pero también ilustra el magnífico pasado del Tíbet i expresa esperanza en su futuro.

Recuerdos de la patria perdida.

En 1949 China invadió el Tíbet. La ocupación llegó acompañada de políticas y acciones destinadas a destruir la identidad nacional y la forma de vida tradicional. Más de un millón de tibetanos murieron como consecuencia de la ocupación, víctimas de los enfrentamientos, hambre, ejecuciones y campos de trabajos forzados.  Se destruyeron, quemaron y saquearon innumerables tesoros espirituales y materiales. Los bosques tibetanos fueron  talados y sus  lagos sagrados contaminados. El Tíbet se convirtió en una gran base militar y una zona de vertido de residuos nucleares. El reasentamiento de inmigrantes chinos está dejando a los tibetanos en minoría en su propio país. Actualmente peligra la supervivencia de la cultura e identidad tibetanas.

El terror de la ocupación obligó a muchos a huir de su tierra natal. La mayoría de los refugiados huyeron a pie a través de la cordillera de los Himalayas, un peligroso éxodo en el que prácticamente sólo se llevaron sus recuerdos. La exposición "Recuerdos de la Patria Perdida" (Long Look Homeward) está basada en estos recuerdos. Sus comisarios son once representantes de la comunidad tibetana en el exilio. Ellos han contado sus historias personales, entretejidas con la historia de su propia nación y para ello han seleccionado representaciones visuales de sus recuerdos.

La exposición es una trama de símbolos y narraciones que juntos tejen una conciencia colectiva de recuerdos, conmemoración y esperanza. Estas historias nos llevan a un viaje por las tinieblas de la invasión, la destrucción y la opresión, pero también ilustran el magnífico pasado del Tíbet y expresan esperanza en su futuro.

El museo y la exposición han sido posibles gracias al Gobierno Tibetano en el Exilio, en colaboración con las instituciones y comunidades tibetanas en todo el mundo y el apoyo de los amigos del pueblo tibetano.

Introducción.

Al Tíbet se le conoce comúnmente como el "Techo del Mundo". Tiene una superficie superior a dos tercios de la superficie de la India y una extensión de  cerca de 2.500 kilómetros de Oeste a Este. Actualmente hay alrededor de seis millones de tibetanos en todo el mundo.

"Está rodeado de altas montañas coronadas de nieve, cordilleras rocosas y bosques. Cinco de los grandes ríos de Asia nacen en el Tíbet: Brahmaputra, Indus, Mekong, Yangtse y el Río Amarillo. Se encuentran también minerales en abundancia y variedades de flora y ejemplares de fauna únicos."

"El budismo fue introducido durante el siglo VII d.C., reemplazando la religión autóctona bön y se ha convertido en una parte inseparable de nuestra identidad. Casi todas las familias tienen en sus casas imágenes de deidades budistas. Un reducido número de tibetanos practica todavía la religión bön y también hay algunos musulmanes y cristianos."

"La mayoría de los tibetanos vivían de la ganadería y la agricultura, otros del comercio y la artesanía. Aunque el Gobierno, los monasterios y la aristocracia poseían la mayor parte de las tierras, que eran cultivadas por agricultores arrendatarios, había también muchos agricultores que poseían sus propias tierras."

"Las mujeres compartían las responsabilidades al mismo nivel que los hombres en la mayoría de los aspectos de la vida social y algunas de ellas eran muy influyentes en la vida política. Los tibetanos tenemos un viejo refrán: "Incluso una monja puede llegar a gobernar el Tíbet, siempre que esto traiga la felicidad al país". Este proverbio es el símbolo del espíritu de la libertad religiosa, social y política de nuestro antiguo Tíbet."

Comisario: Lobsang Dargey Shewo, ex funcionario del Gobierno Tibetano en Lhasa.

El sistema tibetano antes de la ocupación china.

El Tíbet fue un país independiente durante más de 2000 años. Tenía su propio Gobierno, administración pública, sistema legal, moneda, ejército y policía.

"Nuestra relación con China se remonta a muchos años atrás. En el siglo VIII los tibetanos ocupamos Xian, la antigua capital de China.  Durante algunos períodos China tuvo algún tipo de influencia sobre el Tíbet y en otras épocas ambos países estuvimos bajo un gobierno extranjero. Tíbet nunca formó parte de China."

"Desde finales del siglo XIX tanto el Imperio Británico como Rusia intentaron ganar influencia en el Tíbet. En 1904 el Ejército Británico invadió el Tíbet. Después de la invasión se firmó un tratado de paz que de hecho reconocía el Tíbet como un país totalmente independiente."

"Nuestro primer Gobierno, el Gaden Phodrang, se estableció en 1642. Su funcionamiento estaba basado en el código de la ley tibetana establecido durante el reinado del rey Songtsen Gampo (620 – 650 d.C.). Ostentaba tanto la autoridad secular como la religiosa y estaba encabezado por el Dalai Lama, el líder espiritual y temporal del Tíbet. Todos los puestos de la administración estaban en manos de la nobleza y de los altos cargos religiosos."

"El XIII Dalai Lama intentó reformar y modernizar nuestro Gobierno y nuestro país. Instauró el servició de telégrafos, un ejército moderno y también apoyó la fundación de la primera escuela secundaria inglesa del Tíbet."

"Antes de morir, el XIII Dalai Lama dejó un testamento advirtiendo de los grandes peligros a los que se enfrentaba nuestro país debido a la propagación del comunismo. El XIV Dalai Lama tenía sólo 15 años cuando en 1950 la advertencia de su predecesor se hizo realidad."

Comisaria: Rinchen Dolma Taring (fallecida), fundadora de la fundación Tibetan Homes, Mussoorie, India.

Invasión.

La "liberación" del Tíbet fue una de las primeras tareas anunciadas por la recién instaurada República Popular China, en 1949. Poco tiempo después, el Ejército de Liberación Popular invadió el Tíbet.

"El 7 de octubre de 1950 un ejército de cerca de 40.000 soldados lanzaron un ataque sorpresa en tres frentes: Derge, Riwoche y Sibda. Nuestro pequeño ejército, que no llegaba a los 6.000 soldados, fue aplastado y las fuerzas invasoras se atrincheraron en Chamdo."

"En una precipitada reunión en Chamdo, se decidió que el gobernador Ngabo debería retirarse a Lhasa y que se debería prender fuego al arsenal de la ciudad. Nuestros regimientos no tuvieron otra opción que rendirse. La ciudad se sumió en un ambiente de caos, y las armas y municiones estuvieron ardiendo durante dos días."

"En Lhasa, la caída de Chamdo parecía incomprensible. Todos los intentos hechos por las fuerzas armadas para resistir el avance chino fallaron y el Gobierno Tibetano intentó detener la invasión a través de negociaciones diplomáticas."

"El 23 de mayo de 1951, la delegación tibetana enviada a negociar con el Gobierno Chino en Beijing fue obligada a firmar el Acuerdo de los Diecisiete Puntos que proclamaba la "liberación pacífica" y la anexión del Tíbet a China."

"Toda la provincia de Kham se convirtió en terreno libre para el avance del Ejército Chino que al poco tiempo llegó hasta Lhasa." 

Comisario: Sonam Tashi  (fallecido), ex  oficial del Regimiento de Escoltas del Ejército Tibetano.

Resistencia.

La resistencia armada a la ocupación china empezó en Kham y Amdo desde el momento de la invasión, y en 1956 culminó en una guerra de guerrillas a gran escala en el Tíbet Oriental. A principios de 1957, los jefes de la resistencia de Kham formaron en Lhasa el movimiento de guerrillas llamado Chushi Gangdruk (Cuatro Ríos, Seis Cordilleras).

"El 16 de junio de 1958 se izó por primera vez en Driguthang, Locka, la bandera del movimiento unificado de la resistencia tibetana, el Tensung Danglang Maggar (Combatientes Voluntarios por la Libertad del Tíbet). Andrug Gompo Tashi fue nombrado nuestro comandante en jefe. Se nos unieron muchos voluntarios de todos los rincones del Tíbet y en poco tiempo fuimos más de 5.000 miembros."

"Los enfrentamientos empezaron poco después. Nuestra mayor batalla tuvo lugar  en Nyemo. Con menos de 1000 contendientes luchamos con éxito contra las fuerzas chinas muy superiores en número."

"El 10 de marzo de 1959 estalló en Lhasa un alzamiento nacional que concluyó con la muerte de miles de tibetanos.  La seguridad de Su Santidad el Dalai Lama ya no podía garantizarse si permanecía en el Tíbet y decidió exiliarse. Nosotros le protegimos durante todo el camino escoltándolo hasta la frontera India. Para mí este fue nuestro mayor logro."

"Libramos cerca de 103 batallas contra las fuerzas chinas. Durante un tiempo controlamos zonas del Tíbet Meridional y Oriental, pero, debido a la falta de armamento y adiestramiento, fuimos finalmente dominados por un ejército chino mucho más numeroso y tuvimos que huir."

Las actividades de la resistencia se reanudaron rápidamente desde Mustang, en Nepal, y continuaron hasta principios de la década de 1970. 

Comisario: Ratu Ngawang, ex miembro de Chushi Gangdruk y subcomandante de Tensung Danglang Maggar.

Destrucción.

Los esfuerzos de China por controlar Tíbet implicaban la destrucción física a gran escala, junto con políticas dirigidas a suprimir la cultura, religión y, finalmente, la identidad tibetana.  La explotación de los recursos naturales del Tíbet, la deforestación masiva y la caza sin límites perjudicaron seriamente el frágil ecosistema tibetano. Actualmente se realizan pruebas nucleares en zonas del Tíbet y se utiliza también como vertedero de residuos nucleares.

"La erradicación metódica de la cultura y la religión tibetanas conllevó la destrucción de más de 6.000 monasterios y templos. Los pocos que todavía quedan hoy en pie se utilizan como atracciones turísticas, barracones del ejército o lavabos públicos. Se destruyeron o vendieron, en los mercados de arte internacionales, valiosas escrituras y esculturas. Los chinos utilizaban las escrituras como suelas de zapato, y los monjes y monjas fueron obligados a profanar objetos religiosos."

"El hambre y la tortura se convirtieron en parte integrante de la vida diaria de miles de tibetanos. El sufrimiento y las torturas físicas que experimentaron los tibetanos durante los interrogatorios y encarcelamientos son inimaginables. Aproximadamente 1.200.000 tibetanos murieron a causa de la opresión china, a través de ejecuciones, torturas, hambre y campos de trabajos forzados."

"Sin embargo, la destrucción más grave ha sido la de la mentalidad tibetana. El robo de nuestra patria, los intentos de erradicar nuestra religión y la creación de conflictos y desconfianza entre los tibetanos han perjudicado a largo plazo la mentalidad y forma de vida tibetanas."

Comisario: Hortsang Jigme, ex director del Centro Cultural y de Investigación, Norbulingka Institute, Dharamsala.

Violación de los Derechos Humanos.

La violación de los derechos humanos en China empezó con la ocupación y continúa hasta el día de hoy.  Consiste en una combinación de abusos de los derechos humanos individuales y un ataque sistemático
e institucionalizado a los derechos colectivos del pueblo tibetano.

"El 22 de noviembre de 1989 participé en una manifestación pacífica en Lhasa con otras cinco monjas de mi monasterio. Fuimos inmediatamente arrestadas y conducidas a un centro de detención."

"Fui interrogada durante dos meses. Se nos colgaba del techo, nos apagaban cigarrillos en el cuerpo y nos pegaban duramente con cables metálicos. A algunas de las mujeres prisioneras les introducían porras eléctricas en sus partes íntimas."

"Entonces fui sentenciada a siete años de prisión y trasladada a la prisión de Drapchi. Las condiciones allí eran duras, nunca teníamos suficiente comida ni nada con qué satisfacer las necesidades básicas. Todos los prisioneros eran obligados a trabajar."

"No se nos permitía realizar ninguna de nuestras prácticas religiosas. Sin embargo fabricábamos en secreto rosarios hechos con pan y rezábamos. Organizamos protestas contra nuestros guardianes y algunos de nosotros incluso grabamos una cinta de canciones a favor de la libertad que logramos sacar de la prisión a escondidas. El castigo para aquellos a quienes sorprendieran llevando a cabo estas actividades era muy severo."

"Una vez liberada de la prisión no se me permitió regresar a mi monasterio y se restringió mi libertad de movimientos. Muchos de mis familiares y amigos estaban demasiado atemorizados como para mantener contacto conmigo. Entonces decidí huir a India."

Comisaria: Rinzin Choenyi, monja, anteriormente del monasterio Shungseb, U-Tsang, Tíbet.

Sinización (imposición de la identidad china).

Desde que China ocupó y colonizó el Tíbet, uno de sus objetivos principales ha sido degradar sistemáticamente el estado independiente del Tíbet y su diferenciada etnia, asimilándolos a la fuerza a una nación China mono-étnica.

"Al principio, los dirigentes chinos lanzaron una campaña masiva de "reformas democráticas" con el objetivo de aniquilar la identidad y la soberanía nacional del Tíbet. Este proceso culminó con la creación de la llamada Región Autónoma del Tíbet, en septiembre de 1965."

"En 1966, bajo la bandera de la "Revolución Cultural", los Guardias Rojos saquearon y destruyeron los símbolos más preciados de la civilización tibetana: los monasterios y las sagradas escrituras budistas.  En un período de tiempo relativamente corto se perdieron más de tres cuartas partes de nuestra antigua civilización."

"Las políticas de reforma introducidas en el Tíbet en la década de 1980 trajeron consigo algunas mejoras económicas, pero la sutil política de imposición de la identidad china continúa sin tregua. Actualmente nuestra religión e instituciones están sujetas a la "orientación socialista". Se da prioridad al idioma chino en la educación y administración, marginando así el idioma tibetano en todos los aspectos de la vida cotidiana. Un hecho todavía más preocupante es la transferencia de población, que está diluyendo nuestra cultura y reduciendo a los tibetanos a una minoría en nuestro propio país."

"China se esfuerza en negar nuestra propia identidad. A nuestra civilización realmente se le acaba el tiempo. Debería haber un renacimiento cultural en el Tíbet y en el exilio para conservar nuestra cultura e identidad nacional antes de que sea demasiado tarde."

Comisario: Kunchok Tsundue, jefe de planificación del Consejo de Planificación del Gobierno Tibetano en el Exilio, Dharamsala.

Huída.

Desde 1959, cerca de 100.000 tibetanos han huido a los países vecinos. Muchos murieron en el intento debido a ataques chinos y a las durísimas condiciones de la travesía. Son miles los que cada año siguen huyendo de la discriminación, opresión y persecución en el Tíbet.

"En el invierno de 1993, un equipo chino de "re-educación" llegó a nuestro monasterio. Yo me negué a obedecer sus órdenes de denunciar a Su Santidad el Dalai Lama y comprendí que no tenía otra opción que salir de allí. Decidí huir a India."

"Pocas semanas después empecé mi viaje con tres de mis compatriotas. Caminamos a través de altísimos pasos de montaña confiando evitar las patrullas del Ejército Chino. Cuando subimos más arriba, nos alcanzó una fuerte tormenta de nieve y perdimos el camino. Nuestras mantas se las llevó la tormenta y todos sufrimos algún grado de congelación pero debíamos seguir andando, no teníamos otra elección."

"Después de tres días llegamos a un campamento de nómadas tibetanos en Sikkim. Estábamos totalmente exhaustos y sufriendo irresistibles dolores debido a la congelación. Los nómadas nos llevaron a un puesto del Ejército Indio para recibir tratamiento médico. Yo estaba más preocupado por el hecho de que pudieran deportarme a China que por mi salud."

"Fuimos hospitalizados en Gangtok pero mi salud no mejoró. Después de seis meses tuvieron que amputarme las piernas y algunos dedos."

"Finalmente, a dos de nosotros se nos permitió ir a Dharamsala, pero los otros dos, que estaban en mejores condiciones de salud, fueron enviados de regreso al Tíbet."

"Cuando llegamos a Dharamsala, nos llevaron a una audiencia con Su Santidad. No puedo recordar nada de lo que ocurrió allí, sólo sé que lloré."

Comisario: Migmar Tsering, antiguo monje de Dhargye Ling, Tíbet.

La comunidad tibetana en el exilio.

Después del Alzamiento Nacional de 1959 y del exilio del Dalai Lama, cerca de 80.000 tibetanos huyeron a los países vecinos. Aunque al principio fueron recluidos en campos de refugiados y empleados como mano de obra en la construcción de carreteras en el Norte de India, muchos de ellos se han establecido en alguno de los cerca de 50 asentamientos tibetanos en India, Nepal y Bután.

Poco después de la llegada del Dalai Lama al exilio, se estableció el Gobierno y el Parlamento Tibetano en el Exilio, que es la auténtica voz del pueblo tibetano dentro y fuera del Tíbet. A través de sus oficinas e instituciones la comunidad tibetana en el exilio se esfuerza por conservar el patrimonio tibetano y continúa su lucha para mantener vivo el Tíbet. Se han construido más de 80 escuelas en el exilio, así como alrededor de 190 monasterios.  El Gobierno Tibetano en el Exilio dirige sus propios asuntos y asociaciones de bienestar y tiene oficinas en 12 países.

Actualmente hay 130.000 tibetanos en el exilio. La mayoría vive en India, Nepal y Bután, con comunidades más reducidas en Estados Unidos, Suiza, Canadá y otros países occidentales.

"Llegué a India como refugiado en 1959. Todos nos sentíamos tristes y desesperados, pero la llegada del Dalai Lama nos infundió valor para enfrentarnos a las dificultades que pudieran presentarse."

"Al poco tiempo se establecieron las primeras oficinas del Gobierno Tibetano en el Exilio y fui llamado para prestar servicios. Constituimos un Parlamento en el exilio y por primera vez en nuestra historia redactamos un borrador de constitución democrática. Se inauguró la primera escuela tibetana en el exilio."

"A pesar de sus propios problemas, India nos ayudó enormemente cuando lo necesitábamos. Muchos tibetanos fueron empleados como mano de obra en la construcción de carreteras al Norte de la India, pero pronto fuimos conscientes de que necesitábamos una estructura más sólida para mantener nuestra cultura y nuestra lucha en el exilio. Solicitamos pues al Gobierno indio que nos permitiera construir nuestros propios asentamientos y obtuvimos una respuesta positiva."

"En 1960 se instaló el primer asentamiento tibetano en Bylakuppe, Karnataka. Pronto le siguieron muchos más en India, Nepal y Bután. Al principio las condiciones en los asentamientos eran muy duras, pero lentamente logramos  desarrollar la agricultura y otras fuentes de ingresos. Se construyeron escuelas y monasterios en la mayoría de los asentamientos."

"Hemos conseguido mucho bajo unas difíciles condiciones en el exilio, pero para mí nuestro mayor logro es que cada niño o niña tenga la oportunidad de asistir a la escuela”.

Comisario: Gyeltsen Chonden, ex secretario del Departamento de Interior del Gobierno Tibetano en el Exilio, Dharamsala.

La visión del futuro del Tíbet según Su Santidad el Dalai Lama.

Hablando desde un punto de vista espiritual, el Tíbet, nuestro país de las nieves, fue profetizado por Buda. Es una tierra bendita y pura. Su pueblo es por naturaleza compasivo y religioso. Así es cómo nos vemos nosotros y cómo nos ve el resto del mundo.

Desde un punto de vista mundano, es un país con una larga historia. Hallazgos arqueológicos han revelado que somos un pueblo cuya historia se remonta de seis a ocho mil años. El pueblo tibetano habita la meseta más alta del mundo.

En el pasado nuestro pueblo pasó muchas penurias, sin embargo hemos logrado sobrevivir como pueblo. Si al pueblo tibetano se le diera la oportunidad de demostrar su compromiso con cualquier causa, no solo la causa del Tíbet, lo haría excepcionalmente bien. Hemos conservado nuestra cultura, especialmente la cultura budista, la cual beneficia al Tíbet y también al resto del mundo. Nuestra cultura budista se ha extendido por Mongolia y las zonas del Himalaya. El budismo tibetano se considera una tradición fiable e indefectible.

Las enseñanzas budistas han influido en la naturaleza del pueblo tibetano, ya que la compasión es la base de nuestra cultura. Nuestro pueblo es amable y pacífico. Éstas son unas de las cualidades más preciadas e importantes en el mundo actual. Nuestra cultura, con su base de compasión y piedad, y amabilidad y moralidad como su esencia, tiene el potencial de beneficiar no sólo a los tibetanos sino al mundo entero. En nuestra cultura nos preocupamos tanto por los seres humanos como por los animales. No utilizamos, matamos o dañamos a seres vivos innecesariamente. Estas cualidades benefician a todo el mundo.

Tenemos también una cultura de complacencia y de no apoderarnos demasiado de lo que nos brinda la naturaleza. La codicia humana y las necesidades ilimitadas han sido la causa de los problemas que sufre hoy en día el mundo y han causado un daño inconmensurable a los animales.  En vista de ello, el futuro desarrollo económico del Tíbet debería basarse en el principio de la no-violencia y la paz. Emulando el entorno de nuestras montañas, que es hermoso y sereno, deberíamos esforzarnos en adiestrar nuestras mentes, a través de nuestra práctica budista de la compasión, para conseguir una mente pacífica. En este sentido podemos crear un entorno pacífico en el Tíbet. En mi Plan de los Cinco Puntos para la Paz en el Tíbet propuse que el Tíbet fuera una zona desmilitarizada y un santuario de paz. El futuro sistema político del Tíbet debería ser democrático. Hay muchos sistemas políticos entre los cuales el más factible es el que da al pueblo la oportunidad de tomar la responsabilidad colectiva y le permite elegir a sus propios dirigentes. Este es el mejor sistema político y el más estable. Por lo tanto, deberíamos esforzarnos por convertir al futuro Tíbet en una democracia libre. Si pudiéramos conseguirlo, entonces nuestro país de las nieves se convertiría en un lugar donde todos los seres humanos y los otros seres vivientes podrían vivir en paz en su hermoso entorno de las montañas. Así podríamos servir como ejemplo al mundo, demostrando que esto es posible y alcanzable. Siempre ruego por ello.

En China el número de partidarios de la causa tibetana sigue creciendo. China e India son nuestros vecinos más importantes. Tenemos partidarios del Tíbet en estos dos países y también en los reinos del Himalaya fronterizos con Tíbet. Hay un gran número de personas que apoyan al Tíbet en todo el mundo. Me sentiría muy feliz si todos ellos apoyaran nuestros esfuerzos para conseguir nuestros futuros objetivos.

casadeltibetbcn.org