´Govern, partits i (Consell de la) Cultura (i de les Arts)´, Ferran Mascarell

El flamante presidente del Consell de la Cultura i les Arts, Francesc Guardans, ha presentado por vez primera en público su programa de trabajo. Había expectación. La tribuna habilitada por el Ateneu Barcelonès quedó pequeña. Entre los asistentes se encontraban representantes de sectores culturales y medio Departament de Cultura de la Generalitat con el conseller Tresserras al frente. La intervención del presidente es pulcra, precisa y aséptica; resulta clara, pero fría y distante. No es grave, sino sólo una cuestión de estilo. Ha explicado la doble línea en la que trabaja: subvenciones a los sectores creativos y análisis cultural prospectivo.

Sin embargo, los asistentes ponen de relieve los temores que impregnan al sector cultural: poca transparencia en los mecanismos de concesión de subvenciones, confusión entre el papel del Consell de les Arts y de los múltiples organismos que hacen trabajos parecidos, concurrencia entre las funciones del Consell y la Conselleria de Cultura. El dedo en la llaga lo ha puesto Oriol Bohigas. Con su habitual claridad ha dicho que "le parece muy preocupante tanta asepsia política y que la cultura necesita mucha más y mejor política". Tiene razón Bohigas. La confusión entre política y partidismo está haciendo estragos. Partidismo cultural, evidentemente no; política cultural, imprescindiblemente sí. El papel secundario del Consell se incrementará si se interpreta a sí mismo como un organismo administrativo, distribuidor de subvenciones y fabricante único de las políticas culturales del país. El Consell puede acabar siendo una burda coartada del desinterés de los partidos políticos por la cultura. Cuanta menos política cultural tiene un partido más satisfecho está de haber traspasado el problema a un organismo vistoso, pero infructuoso.

A Catalunya le hacen falta buenas políticas culturales y que los partidos políticos se comprometan en políticas culturales ambiciosas y diversas. Para el futuro de Catalunya es imprescindible que los partidos políticos expliquen qué políticas culturales impulsarán si ganan las próximas elecciones. Todo país es un sistema cultural y se construye desde un relato cultural. Sería un buen signo de futuro que las próximas elecciones las ganara, no quien confunda la cultura como una secundaria moneda de cambio en el juego de las alianzas electorales, sino quien pusiera el proyecto cultural en el primer plano de su relato de país.

3-II-10, Ferran Mascarell, lavanguardia