Taiwan, Tibet i la Carta 08, els tabús lliberticides de Xina davant el món

Cada día que pasa, las autoridades chinas alzan más la voz para hacer oír sus protestas en lo que consideran injerencias en sus asuntos internos. Estados Unidos fue ayer otra vez blanco de la irritación de Pekín, que advirtió que una posible visita del Dalái Lama a la Casa Blanca socavaría seriamente las relaciones entre las dos potencias, ya enfrentadas por la venta de armas a Taiwán y por el ciberataque sufrido por Google. China también criticó ayer la presentación de la candidatura del disidente Liu Xiaobo para el premio Nobel de la Paz.

La compleja cooperación política entre Pekín y Washington, soldada por unas necesidades económicas mutuas, se ha venido abajo en apenas cuatro días. En este periodo de tiempo, Estados Unidos ha incidido en tres asuntos vitales para el Gobierno chino. Aquellos que Pekín considera asuntos internos, sobre los que no acepta crítica alguna y que alimentan su nacionalismo.

Si el fin de semana fue la venta de armas a Taiwán lo que encendió las iras chinas, ayer fue la posible visita a la Casa Blanca del Dalái Lama lo que motivó a Zhu Weiqun, vicedirector del Departamento de Trabajo del Frente del Trabajo Unido del Partido Comunista Chino (PCCh), a advertir que una posible reunión entre Barack Obama y el líder espiritual tibetano dañaría la confianza entre ambos países...

El comentario de Zhu Weiqun viene a cuento de la visita que el Dalái Lama tiene previsto realizar a finales de febrero a EE. UU. y de las especulaciones sobre un posible encuentro con Obama. La Casa Blanca no lo ha confirmado públicamente. Pero incluso una breve entrevista simbólica provocaría la ira de Pekín.

Muy pocas horas después era el portavoz del Ministerio de Exteriores, Ma Zhaoxu, quien expresaba el disgusto del Gobierno chino por otro gesto de EE. UU. considerado ofensivo. Ma advirtió que "sería una decisión completamente equivocada" dar el premio Nobel de la Paz al disidente encarcelado Liu Xiaobo, cuya candidatura ha sido presentada por la sección estadounidense de la organización internacional de derechos humanos PEN.

Liu Xiaobo es un destacado opositor al Gobierno del Partido Comunista que fue condenado a once años de cárcel por subversión el 25 de diciembre. Su delito fue impulsar la llamada Carta 08,que reclama amplias reformas políticas y democráticas en China.

Esta serie de protestas de Pekín, unida a los editoriales de la prensa oficial, ha alimentado el nacionalismo de numerosos chinos, que expresan sus críticas a EE. UU. en internet.

3-II-10, I. Ambrós, lavanguardia