fonamental batalla pel model dŽinternet entre Xina i USA

China es el país con mayor número de usuarios de internet del mundo y año tras año esta cifra aumenta de forma vertiginosa. En el 2009 creció un 30%, hasta alcanzar los 384 millones de internautas, el 29% de los 1.300 millones de habitantes del gigante asiático, según los últimos datos de la web estatal China Internet Information Center. Y según este informe, 233 de los 700 millones de chinos que tienen suscritos servicios de telefonía móvil también acceden a la red a través del móvil. El buscador de referencia entre los internautas chinos es nacional, Baidu, con una cuota de mercado superior al 64%, frente a un 30% de Google. El grupo Alibaba, participado en un 40% por Yahoo!, es la firma que se impone en el mercado chino en el ámbito del comercio on line, con su plataforma Taobao y su sistema de pago Alipay. Sina y Sohu son los portales de información más populares. Y Tencent QQ, perteneciente al grupo Tencent, es la mensajería instantánea más utilizada en el país, muy por delante de MSN de Microsoft.

Las relaciones entre Estados Unidos y China son cada menos diáfanas y más turbulentas. El año 2010 ha empezado con un enfrentamiento en internet. Como no podía ser de otra manera, el pulso entre los dos gigantes del siglo XXI tenía que desarrollarse en el ciberespacio.



La Casa Blanca ha decidido interponer una queja formal ante el Gobierno chino por el ciberataque dirigido a cuentas de correo electrónico de Google, ante la falta de explicaciones satisfactorias por parte de la embajada china en Washington. "Cursaremos una queja formal sobre este asunto en los próximos días, probablemente la próxima semana", dijo ayer el portavoz del Departamento de Estado, Philip Crowley.

Esta decisión del Gobierno de EE. UU. tiene su origen en el anuncio hecho el día 12 por Google. El gigante de internet amenazó con cerrar sus operaciones en China tras sufrir un ciberataque proveniente del país asiático dirigido al correo electrónico de activistas pro derechos humanos.

Google decidió replantearse su estrategia en China, donde está presente desde el 2006, al entender que no se cumplen los objetivos con los que se implantó en el país y que le llevaron a transigir con la censura gubernamental. No obstante, los dirigentes de la firma californiana señalaron que iban a hablar con las autoridades chinas sobre la posibilidad de operar un servicio de búsqueda sin censura dentro de China.

La respuesta de Pekín fue clara y contundente. "China continuará facilitando un buen ambiente de inversión a los clientes extranjeros, que deberán, incluido Google, respetar las leyes y regulaciones políticas de dicho país", dijo el pasado viernes Yao Jian, portavoz del Ministerio de Comercio. Una legislación que, bajo el paraguas de la lucha antiterrorista o contra la pornografía, bloquea el acceso a Wikipedia, YouTube, Facebook o Twitter.

Y es que para las autoridades chinas, históricamente contrarias a internet, el control de la red se ha convertido en un objetivo imprescindible. "Nuestro país se encuentra en un punto crucial de sus reformas y de su desarrollo", ha señalado Pekín en un comunicado, en el que precisa que "la orientación adecuada de la opinión a través de internet es una medida estratégica".

Ello explica que China posea el sistema de control de la red más efectivo del mundo. Conocido como La Gran Muralla de Fuego,está operado por el Ministerio de Seguridad Pública. Lo forman un completo entramado de filtros, programas de espionaje de mensajería, herramientas de ciberataque y un ejército de policías informáticos.

Este complejo mecanismo de control es lo que preocupa a las autoridades estadounidenses. La secretaria de Estado, Hillary Clinton, afirmó que "la capacidad de operar con confianza en el ciberespacio es crítica en una economía y una sociedad modernas". Y desde la Casa Blanca añadieron que el incidente de Google "plantea interrogantes tanto sobre la libertad de internet como sobre la seguridad de la red en China".

Por esta razón, la advertencia de Google de marcharse de China supera el simple hecho de que abandona la lucha por conquistar el mercado chino, donde sólo ocupa el 30%, frente al 64% del buscador local Baidu. Se trata de una auténtica lucha por el control de la red entre las dos potencias. Y, en este sentido, el Gobierno de EE. UU. ya ha dado a entender que respalda la decisión de Google de no seguir autocensurando sus servicios en China.

No obstante, a las dos partes en litigio les interesa llegar a un acuerdo. Para las autoridades chinas sería perder la cara, una vergüenza, la marcha, dando un portazo, de Google. Por otra parte, los directivos de esta compañía no pueden permitirse dejar perder el potente mercado chino.

17-I-10, I. Ambrós, lavanguardia

Google, el gigante de internet, lanzó ayer un desafio a las autoridades chinas de imprevisibles consecuencias al anunciar su voluntad de irse de China si persiste la censura. Las autoridades chinas reaccionaron con prudencia y esperan que la empresa estadounidense les facilite más información sobre sus proyectos en este país.

Los responsables de Google amenazaron con cesar sus actividades en el país asiático a última hora del martes después de constatar una oleada masiva de ciberataques procedentes de China, que también afectó a otras veinte compañías. "Los hackers intentaron acceder a las cuentas de correo electrónico de activistas de derechos humanos de China, pero sólo lograron ingresar en dos cuentas, que no fueron identificadas", señala la firma californiana en su comunicado. La empresa no reveló cuál era la información que intentaron obtener los hackers de las otras compañías, y tampoco las identificó.



Como consecuencia de estas acciones, Google anunció que "ya no queremos seguir censurando nuestros resultados en Google. cn y en las próximas semanas negociaremos con el Gobierno chino las bases sobre las que podríamos operar un motor de búsqueda sin filtros dentro de la ley, si eso es posible".

La nota de la empresa precisa que "entendemos que esto puede significar tener que cerrar Google. cn y potencialmente nuestras oficinas en China",

Pekín respondió con prudencia. "El Gobierno chino está intentando clarificar las intenciones de Google. "No se puede saber si Google se va de China o no. Nadie lo sabe", indicó un funcionario de alto nivel.

La postura de Google dividió a los analistas. Para unos ilustra las dificultades de las firmas extranjeras, obligadas a someterse a la censura de la Gran Muralla Corta Fuegos impuesta por el Gobierno chino. Un sistema que emplea a decenas de miles de personas para impedir que sus ciudadanos accedan a informaciones políticas sensibles, como Tíbet, la secta Falungong o la matanza de Tiananmen.

Para otros, en cambio, es la excusa de Google para salir de China sin perder prestigio, debido a que nunca ha logrado imponerse frente a sus rivales locales. En el último trimestre del 2009 seguía por detrás de Baidu, su principal rival chino, con 36,5% de cuota, frente a 58,4%, según Analysys International.

Para los ciudadanos chinos, sin embargo, la marcha de Google está claro que sería un paso atrás en el acceso a un internet sin censura. Prueba de ello son los ramos de flores, en forma de homenaje, que ayer depositaban frente a las oficinas de la compañía en Pekín.

14-I-10, I. Ambrós, lavanguardia