´Milagros´, Francesc-Marc Álvaro

Como hoy es la festividad de los Santos Inocentes corresponde hablar de grandes bromas de ayer ydehoy, verbigracia el nuevo modelo de gestión para el aeropuerto de El Prat, que nos está preparando el ministro de Fomento, José Blanco. Antes que nada, invoquemos una verdad universal que expresó Joaquim Nadal en una entrevista publicada en La Vanguardia del pasado 19 de octubre: "Que nadie espere milagros inmediatos". Aunque el conseller se refería al traspaso del servicio de cercanías de Renfe, la advertencia es perfectamente aplicable al fandango aeroportuario. Pero tal vez deberíamos introducir una variación en la frase, para evitar frustraciones: "Que nadie espere milagros, ni inmediatos ni futuros". No olviden que estamos tratando con Zapatero.

La táctica, por lo que parece, es la misma que se aplicó a la nueva financiación autonómica: dilatar la negociación del modelo de gestión del aeropuerto barcelonés, que debía aprobarse este próximo miércoles. Para dar cobertura a sus maniobras, la Moncloa ya ha dejado caer que, si la parte catalana no cede, el proceso puede durar lo que les dé la gana. Blanco ha previsto que la administración central, a través de Aena, tenga el 51% de la participación accionarial en la entidad nueva que gestione el aeropuerto de El Prat, lo que deja bien claro quien mandará. Para vestir la mona, se prevé que la Generalitat tenga capacidad de veto, pero solamente en asuntos menores, lo cual incluye - sin duda-la normativa sobre la venta de chucherías y los horarios de limpieza de los lavabos, entre otros aspectos.

Zapatero ha dicho muchas veces que el Govern tendrá un papel "determinante" en la futura empresa que asuma la dirección y la gestión del primer aeropuerto de Catalunya. Subrayen el adjetivo "determinante" y, luego, brindando con cava, constaten que tal fecha como hoy es una jornada excelente para ir repitiendo el mantra del conseller Nadal: "Que nadie espere milagros". Que no lo hagan tampoco los miembros de la sociedad civil catalana que el 22 de marzo del 2007 se reunieron en la sede del Iese para reivindicar, de manera serena y civilizada, un aeropuerto de primera. Lo que entonces se exigió es lo contrario de una infraestructura regida con criterios coloniales, que es lo que tenemos y lo que Zapatero pretende prolongar tras maquillarlo.

¿Por qué hay un sector central de la sociedad catalana que está harto del poder central? La pregunta tiene una sola respuesta y miles de ejemplos. Uno de ellos es lo que nos ocurre con el aeropuerto de El Prat. Pero alegremos la cara, porque el día 1 el servicio de cercanías de Renfe pasará a manos de la Generalitat, aunque - la jugada de Blanco es genial-Fomento será el arbitro de los conflictos que surjan entre el Govern y Adif (la empresa de Fomento de la que dependen las vías, las catenarias y los sistemas de señalización). Felicitemos al tripartito y al president Montilla por esta innegable prueba de su habilidad negociadora ante Madrid.

28-XII-09, Francesc-Marc Álvaro, lavanguardia