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Si bien Ngapoi Ngawang Jigme fue uno de los principales políticos tibetanos en el seno del régimen comunista, uno de sus hijos, Ngapo Jigme, disconforme con la política de las autoridades de Pekín hacia la región autónoma, huyó a EE. UU. en 1989 y es uno de los activistas pro independencia de Tíbet más destacados.

NGAPOI NGAWANG JIGME (1910-2009) Militar y político, padre del Tíbet moderno.

Nació en Lhasa, la capital de la región autónoma de Tíbet, y ha muerto en Pekín. Para aquellos que aspiran a la independencia de Tíbet, fue un traidor. Ayer el comité central del Partido Comunista chino lo definió como "un gran patriota, militante social de renombre, digno hijo del pueblo tibetano, dirigente notable y gran amigo del PCC". A Ngapoi Ngawang Jigme, de 99 años, se le puede considerar el padre del Tíbet moderno.

Posiblemente haya sido el único tibetano que ha aglutinado gran capacidad de poder tanto en la época del Dalái Lama, como con el régimen comunista de Pekín. Con el líder espiritual tibetano fue jefe del ejército de Tíbet y con Mao Tse Tung fue el primer presidente de la región autónoma.



El destino ha querido que Ngapoi Ngawang Jigme terminara sus días a finales de un año especialmente significativo para Tíbet. En el 2009, los activistas pro Tíbet han conmemorado el cincuenta aniversario de la huida del Dalái Lama al exilio, mientras que las autoridades chinas celebraron los cincuenta años de la Emancipación de la servidumbre,en recuerdo al fin del sistema feudal que imperó en aquella región hasta 1959.

Descendiente de los antiguos reyes del Tíbet, Ngapoi Ngawang Jigme nació el 1 de febrero del año 1910 en Lhasa, en el seno de uno de los principales clanes de la aristocracia local, los Korkhang.

De muy joven, su familia lo envió a cursar estudios en el Reino Unido. Regresó a su ciudad natal en 1932 y pronto se enroló en el ejército. Cuatro años después inició su carrera política en la región tibetana de Qamdo, de la que fue gobernador en 1950.

Su formación en el extranjero le convirtió en uno de los principales partidarios de la modernización de Tíbet, donde imperaba un sistema social de amos y siervos y la religión budista dominaba el gobierno.

En 1950, un adolescente Dalái lama le nombró comandante en jefe del ejercito tibetano. El cargo duró poco ya que perdió la batalla definitiva contra las tropas comunistas en octubre. Fue el fin del régimen teocrático y el inició del dominio comunista en aquella región.

Ngapoi Ngawang Jigme, detenido inicialmente, no tardó en ganarse la confianza de las autoridades de Pekín. Consideró que el comunismo podría ser un vehículo para llevar a cabo las reformas necesarias para modernizar Tíbet. Un años más tarde ya lucía galones de subcomandante en jefe del Ejército de Liberación Popular (ELP) en Lhasa.

En 1951 el Dalái Lama le designó su representante para negociar y firmar el acuerdo de paz que determinó la soberanía china sobre Tíbet, a cambio de garantías de autonomía y libertad religiosa. Un compromiso que el líder espiritual tibetano sostiene que sólo tuvo conocimiento a través de la radio, una vez firmado. Tras el fracaso de la revuelta tibetana y la huida del Dalái a India en 1959, Ngapoi Ngawang Jigme se convirtió en portavoz de Pekín en Tíbet.

En 1965 fue el primer presidente de la recién nacida región autónoma de Tíbet. Un cargo que volvió a ocupar entre 1981 y 1983. Después fue presidente del comité permanente del Congreso popular, hasta 1993. En los últimos años ocupaba el cargo de vicepresidente de la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino, un órgano asesor del gobierno central.

25-XII-09, I. Ambrós, lavanguardia