(13-D:) ´Sobre todo, no hacer el ridículo´, Enric Juliana

En su discurso sobre la cuestión catalana en las Cortes Constituyentes de 1931, José Ortega y Gasset le dijo a Manuel Azaña que la cosa no tiene remedio, que el señerismo catalán no admite solución, puesto que el sentirse incomprendido constituye su principal razón de ser. El filósofo de la España invertebrada sostenía que el catalán alimentará siempre, con mayor o menor intensidad, el deseo de separarse de España y que ninguna ortopedia autonomista será capaz de extinguir esa fantasía. De este discurso, contrapuesto al voluntarioso racionalismo de un Azaña que veía en el estatuto la posibilidad de acomodo de los catalanes en una España regenerada, surgió la célebre apelación a la conllevancia. (Señero: pueblo con facultad de levantar el pendón en la proclamación de los reyes).

No es que estos días se observe en el metro de Madrid una masiva lectura del interesante volumen editado hace cuatro años por José María Ridao con los discursos de Azaña y Ortega (Dos visiones de España),pero el fantasma de 1931 se pasea desde hace un par de semanas por los despachos que justifican el mito de Madrit.

Se aprecian dos escuelas de pensamiento. Por un lado tenemos la reencarnación de los Trastámara, una corriente de recia tradición castellana convencida de que "el catalán amaga, pero no da". Creen los Trastámara, al mando de la prensa de combate y con gran influencia intelectual, que el catalanismo es una habilidosa superestructura (estamento político+ medios de comunicación+ jerarquía católica+ una red social en la que siempre están los mismos), incapaz de ir más allá de la protesta virtual, puesto que la Catalunya real no desea dinámicas fuertes, aunque aplauda o consienta el señerismo.

Luego tenemos al partido de los prudentes,en el que se entrecruzan azañistas y orteguianos con comunes intereses tácticos. En ese partido militan hoy Zapatero, Rajoy, altos magistrados (a estas horas, quizá un esbozo de mayoría en el Tribunal Constitucional) y muy probablemente la plana mayor de la economía. Su actual lema: "Vayamos con cuidado". De la relación de fuerzas entre ambas facciones depende el futuro de la conllevancia.

Por lo tanto, desde Madrid y con conocimiento de causa, un encarecido consejo a los señeristas del 13-D: sobre todo, no hacer el ridículo.

12-XII-09, Enric Juliana, lavanguardia