´Historia de la filosofía sin temor ni temblor´, Fernando Savater

"La palabra filosofía impone, pero si citas cualquiera de sus temas, que son los de la vida, la justicia, la libertad, la muerte, todos hablan de ellos naturalmente. Y eso es la filosofía. El problema es que en los colegios se suele empezar por explicar historia de la filosofía, y eso es un error", asegura el pensador Fernando Savater (San Sebastián, 1947).

Y para remediar el tedio y el miedo que produce la sola mención de la materia, ha ido construyendo un corpus de textos que buscan introducir la filosofía a un público joven, pero sin desdeñar a los adultos, y que empezó con la filosofía práctica de su Ética y su Política para Amador, y continuó con Las preguntas de la vida. "Le faltaba -dice el autor- la historia, que complementa y da otra perspectiva", y que ahora publica bajo el título de Historia de la filosofía sin temor ni temblor (Espasa), haciendo un guiño a un libro de Kierkegaard.

Un libro que comienza con la figura de Sócrates para ayudar a definir qué es filosofía, sigue por Platón y Aristóteles, por las escuelas de los cínicos, estoicos y epicúreos, que piensan en cómo vivir mejor, por los enfrentamientos entre fe y razón… y que llega al siglo XX con Freud o el existencialismo de Sartre o Camus. Savater no ha olvidado a los pensadores más cercanos, como Ramon Llull, María Zambrano, Ortega y Gasset o Unamuno.

Como va dirigido sobre todo al público más joven, cada capítulo acaba siendo objeto de un diálogo por parte de los adolescentes Nemo y Alba. Y todo el libro ha sido ilustrado por el hermano del autor, Juan Carlos Savater.

Para el pensador, la filosofía es importante porque "es una lucha contra la dispersión mental, contra la falta de capacidad de abstracción, el gran problema con el que uno tropieza con los jóvenes". Pero sobre todo, añade, "la filosofía nace a la vez que la democracia y supone una recuperación, más allá de ritos y legados, de la autonomía del individuo y de su capacidad de reflexión".

"La filosofía ayuda a vivir en la incertidumbre en una sociedad de consumo que no sólo lo es de cosas, sino también de ideas". Una sociedad en la que, nota, abundan los libros de autoayuda, unos manuales que parecen para niños, "que te piden que no les des el problema, sino que les des la solución", y que cree que son lo contrario de la filosofía: "La gracia está en la pregunta. No se filosofa para salir de dudas, sino para entrar en dudas. Te ayuda a madurar y saber que no hace falta que todo sean certezas incontestables. Porque no sirve para nada la filosofía aún es útil, como decía Adorno".

Además, sugiere, no paran de surgir nuevos campos que la necesitan. "Hay que reflexionar sobre la clonación, sobre la comunicación en la era de la revolución de internet, repensar la participación en la cosa pública, los nuevos roles sociales…". ¿Y sobre la corrupción? "La corrupción es muy antigua. A los que ahora entran en prisión les recomendaría leer la Imitación de Cristo de Tomás de Kempis y La consolación de la filosofía de Boecio. Y a Albert Camus, el filósofo de la integridad moral y política, que dijo que en política son los medios los que justifican un fin".

7-XII-09, J. Barranco, lavanguardia