īLa influencia de la redī, Enric Sierra

El intento de la ministra de Cultura de contentar a una parte del mercado (los creadores) pasando por encima de la otra (los consumidores) se ha saldado con una estrepitosa desautorización de su jefe, el presidente del Gobierno. La cuestión que se debate no es si los creadores tienen derecho a reclamar por lo suyo, que lo tienen, sino si para ejercer ese derecho se pueden vulnerar otros como el de la intimidad, la privacidad o la libertad de expresión. La respuesta del presidente Zapatero lo ha dejado claro: "No se va a cerrar ninguna web". Y es que, o bien la ministra ha sido mal asesorada, o se ha dejado llevar por su conocida antipatía por la red. El error ha sido plantear la creación por ley de una comisión administrativa con poderes que sólo deberían tener los jueces, para cerrar sitios en internet que presuntamente hagan negocio con contenidos bajo copyright.Al conocerse esta intención se encendieron todas las alarmas porque muchos vieron planear el fantasma de una especie de nueva SGAE pero con más poderes, como el de meterse en los ordenadores de cada uno de nosotros para ver si hacemos un buen uso de la red. Una barbaridad. El presidente Zapatero ha corregido el tiro aclarando que eso de intervenir en casa del vecino es cosa de la justicia y que la administración debe, como máximo, instar a los jueces a actuar.

Toda esta movida ha servido para comprobar la creciente influencia política de la red, un punto de encuentro de millones de personas reales y no virtuales que la usan, entre otras cosas, para organizarse y ejercer presión. Una prueba de la fuerza de los internautas es que en pocas horas se redactó un manifiesto contra la propuesta de ley que ya cuenta con cerca de 200.000 adhesiones y se forzó una reunión con la ministra que fue transmitida con todo lujo de detalles en Twitter. El problema de este conflicto es la visión negativa de la red en no pocos ámbitos. En lugar de empecinarse en nadar a contracorriente deberían plantear cómo, desde los creadores y distribuidores, se pueden aprovechar las enormes posibilidades de llegar fácilmente a millones de personas sin querer aplicar el mismo modelo de distribución y negocio existente antes de internet.

5-XII-09, Enric Sierra, lavanguardia