Rússia, tomba de l´Estat de Dret

Los defensores de derechos humanos no se mordieron la lengua y expusieron ayer sus motivos de preocupación -desde los asesinatos de activistas y las condiciones de los detenidos hasta la corrupción policial- ante el presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, en el Kremlin. El mandatario mostró comprensión ante la inquietud de sus interlocutores, pero no dejó percibir una estrategia clara y decidida contra los males enumerados.

Secundada por los 34 miembros del Consejo de Ayuda al Desarrollo de la Sociedad Civil, Ella Pamfílova, su presidenta, denunció la muerte de Serguéi Magnitski, abogado que llevaba un año en prisión preventiva como sospechoso de evasión de impuestos. Magnitski tenía una enfermedad crónica y las autoridades penitenciarias ignoraron sus reiteradas peticiones de asistencia médica. El abogado representaba a Bill Browder, un estadounidense con gran éxito empresarial al que le fue prohibida la entrada en Rusia en 2005 por razones no especificadas de "seguridad nacional". Browder fue fundador de Hermitage Capital Management, que llegó a ser el mayor fondo de inversión de Rusia. El veto que le afecta se relaciona con la rivalidad de influyentes sectores rusos a los que habría hecho sombra.


Russian President Dmitry Medvedev (L) listens to Ella Panfilova (R), Chairperson of the President´s Human Rights Committee during a session of the presidential council to support the development of civil society institutions and human rights at the Kremlin in Moscow on April 15, 2009.

"Es una horrible tragedia que un jurista de 37 años perezca sin haber sido declarado culpable y sólo cuando es investigado", dijo Pamfílova. La activista agregó que continúan los asesinatos de defensores de derechos humanos y periodistas y mencionó el del sacerdote ortodoxo Daniil Sisóyev. Pamfílova calificó el sistema judicial de "callejón sin salida de la justicia", denunció el fraude electoral y las restricciones al derecho a la manifestación. También mencionó la existencia de 12.500 niños oficialmente desaparecidos en Rusia, que en parte se convierten en víctimas de la pornografía. Criticó además la falta de reconocimiento de los combatientes en la guerra contra Georgia de agosto de 2008 -"desde coroneles a soldados"-, que reclaman en vano el rango de veteranos de acciones bélicas.

La activista se refirió a un agente que ha denunciado la corrupción policial por Internet. Este caso, dijo, es "una confirmación del diagnóstico de todo el sistema de orden público". "Se necesita una modernización radical de todos los cuerpos armados, donde los sobornos se han convertido en la norma y la burla a los ciudadanos está a la orden del día", dijo. En su opinión, fortalecer a los órganos de orden público sin "sanearlos" equivale a "curar a un loco dándole un hacha". "El apoyo de la sociedad para una reforma radical de la policía es de tal envergadura que da una oportunidad única", sentenció.

"Cualquier asesinato, de un defensor de derechos humanos, un periodista, un sacerdote, un policía, un fiscal, un militar (...) tiene absolutamente las mismas consecuencias sociales y es un grave crimen", dijo Medvédev, en contra de diferenciar los asesinatos "que merecen una especial atención" y los que "no merecen atención". El presidente dijo que no veía alternativa al sistema judicial, por mucho que sea el "escepticismo" que inspire. "Todo lo demás es un callejón sin salida desde el punto de vista de la civilización", afirmó.

Sobre la corrupción, Medvédev afirmó que "es más difícil trabajar, tomar decisiones y perfeccionar leyes" que "suspirar y decir que la corrupción no se puede erradicar". Kiril Kabánov, presidente del Comité Nacional Contra la Corrupción, denunció la implicación del Servicio Federal de Seguridad en redadas contra propiedades ajenas.

El sociólogo Dmitri Oreshkin insistió en que las elecciones municipales del 11 de abril habían sido masivamente falsificadas. Medvédev dijo no querer sacar conclusiones sin el veredicto de los jueces, pero expresó su esperanza de que se "sacarán conclusiones" para las municipales de la próxima primavera. Svetlana Gánnushkina, de la organización Memorial, entregó al presidente un retrato de la activista chechena Natalia Estimírova, asesinada en julio pasado.

Últimas víctimas

- Daniil Sisóyev, 35 años, sacerdote y crítico implacable del islam, asesinado a tiros por un enmascarado el 19 de noviembre en su parroquia en un barrio de Moscú.

- Serguéi Magnitski, 37 años, abogado de un empresario acusado de evasión, muerto el 16 de noviembre en prisión preventiva en Moscú, después de que las autoridades penitenciarias ignoraran sus repetidas peticiones de ayuda médica.

- Iván Jutorskói, 26 años, un líder del movimiento antifascista juvenil, muerto a tiros el 16 de noviembre en la escalera de su casa de Moscú.

- Maksharip Aúshev, 43 años, activista de oposición de Ingushetia, muerto a tiros el 25 de octubre en Kabardino-Balkaria, en el Cáucaso.

24-XI-09, P. Bonet, elpais

El joven abogado Serguei Magnitski fue detenido en noviembre del 2008, y durante casi un año vivió en una estrecha celda de 8,5 metros cuadrados que compartía en la conocida prisión moscovita de Matrosskaya Tishina con otros dos presos. Murió la semana pasada, tras un ataque al corazón que se produjo por la complicación de una pancreatitis, según sus familiares y amigos después de que le negaran asistencia médica. Durante todo este tiempo, no se habían presentado cargos contra él.

El caso Magnitski vuelve a poner a prueba no sólo las condiciones de vida en las prisiones rusas, sino también la situación de la corrupción, los derechos humanos yel compromiso o no de las máximas autoridades para aplicar medidas efectivas. Serguei Magnitski, que tenía 37 años, fue enterrado el viernes pasado sin hacerle una segunda autopsia a pesar de las peticiones de su madre y de sus abogados. Policía y fiscales aseguran que están investigando su muerte. El ministro de Justicia de Rusia, Alexander Konovalov, ha dicho que necesita más pruebas de que no recibió los cuidados médicos necesarios.

Magnitski era un testigo importante en una batalla legal que desde hace años enfrenta al Estado ruso con la empresa de inversión Hermitage, antes del 2005 el mayor fondo de inversión del país. Su fundador, el norteamericano William Browder atacó duramente ayer a las autoridades rusas en una entrevista con la británica BBC, en la que dijo que Rusia es hoy "un estado criminal".

En 2005 a Browder se le revocó su visado para entrar en Rusia por las acusaciones de evasión de impuestos sobre sus empresas. Se le consideraba una amenaza a la seguridad. La única amenaza que representaba, dijo Browder ayer, era contra los policías y los burócratas corruptos.

Magnitski trabajaba como abogado para Browder, e investigaba si se había cometido fraude contra Hermitage. Cuando fue arrestado hace un año se le acusó de estar también implicado. Según sus allegados, le detuvieron los mismos sobre los que había encontrado documentos comprometedores. "Descubrió todo un crimen y testificó contra oficiales de policía que luego le detuvieron", dijo Browder. Su detención se produjo después de que testificara contra un funcionario del Ministerio del Interior e implicarle en un fraude de 230 millones de dólares (al cambio actual, 153 millones de euros). A Magnitsky se le acusó de participar en un fraude por evasión de impuestos de 500 millones de rublos (12 millones de euros). Los problemas para Hermitage comenzaron después de que Browder denunciara a altas esferas del Ministerio del Interior ruso de utilizar a Hermitage y a otras empresas para defraudar millones de dólares al Estado.

Serguei Magnitsky se quejó en repetidas ocasiones del trato recibido en prisión. Una de esas veces, envió 40 páginas al fiscal general del Estado, Yuri Chaika. En ellas detallaba que no le habían hecho caso cuando pidió un médico, a pesar incluso de sus quejas causadas por el dolor. Magnitsky describía las condiciones de la prisión y la falta de alimentación adecuada. Decía que durante los paseos por el patio se moría de hambre. Y aseguraba que las ratas corrían por los pasillos. "Los médicos no le atendieron. En este sentido, le mataron, pero no sé si lo hicieron intencionadamente", dijo el cuñado del abogado el día de su entierro.

24-XI-09, G. Aragonés, lavanguardia