Un día después de que Hamid Karzai tomara posesión como presidente de Afganistán, un motorista suicida segó ayer la vida en Farah, en el sudoeste del país, de más de veinte personas, entre ellas un oficial de policía y sus dos guardaespaldas. En las afueras de Kabul, cinco guardaespaldas murieron al estallar una bomba contra Abdul Rasul Sayyaf, ex caudillo guerrillero y ahora aliado de Karzai; Sayyaf salió ileso. La violencia en Afganistán ha llegado a sus niveles más altos desde la invasión estadounidense en el 2001.
21-XI-09, reuters, lavanguardia