Obama, entre Afganodolenta i Afganopitjor

En dos mensajes secretos enviados a Washington, el embajador de Estados Unidos en Kabul, Karl Eikenberry, ha sugerido no enviar más tropas a Afganistán hasta que el Gobierno de Karzai combata la corrupción. La filtración, esta semana, de los mensajes evidencia las divisiones en la administración sobre Afganistán, una guerra que ya dura ocho años y cuyo final no se vislumbra. Eikenberry es un general de cuatro estrellas que fue comandante de Estados Unidos en Afganistán en el 2006 y el 2007. Su recomendación le enfrenta con McChrystal y con los partidarios en Washington de aumentar las tropas...

Stephen Biddle, del think tank Council on Foreign Relations, es uno de los máximos expertos en el país y un asesor habitual de las administraciones estadounidenses. En un coloquio en Washington, Biddle expuso recientemente cuáles son los intereses de Estados Unidos en Afganistán.

Primer interés: que Afganistán no sirva de base para organizar un nuevo 11-S. El problema es que, en este sentido, Afganistán no es único: otros estados fallidos también podrían servir de base para otro atentado.

Segundo interés: evitar que un Afganistán inestable provoque la caída de Pakistán en manos de los terroristas, y que estos se hagan con la bomba nuclear.

Si Estados Unidos se retirase, y si el caos o los talibanes se adueñasen de Afganistán, la amenaza al Gobierno pakistaní aumentaría, y con ella la amenaza al arsenal nuclear.

15-XI-09, M. Bassets, lavanguardia