sobtat interés (lampedusià) per la Llei Electoral

Un escalofrío recorre el espinazo de los dirigentes catalanes. El virus de la animadversión hacia todo lo que huela a política se extiende incontrolable. Antes lo llamaban desafección y su máximo riesgo era unos cuantos votos menos a repartir. Pero ahora un cabreo mayúsculo ha hecho saltar las alarmas. Algunos se han apresurado a rebuscar entre planes abandonados para salir del atolladero y he aquí que la ley electoral reaparece como tabla de salvación.

Acció per la Democracia

Nada es casual. La ley electoral no había interesado a casi nadie. Fue una de las tareas que puso sobre la mesa Pasqual Maragall, pero tan atareado anduvo intentando cambiar España que apenas tuvo tiempo de ir apagando incendios. A Montilla no se le ha visto muy interesado en la materia. Empeñado en no caer en el error de su antecesor de abrir demasiados melones para luego no poder digerirlos, el president ha optado por obviar el asunto.

Sólo Esquerra había mostrado cierta voluntad de aprobarla. La tarea de llevarla adelante recaía sobre la Conselleria de Governació, antes ocupada por el actual líder republicano, Joan Puigcercós. Con un departamento poco propicio al relumbrón, sólo la ley territorial y la electoral podían proporcionarle lustre. Con Puigcercós no pudo ser. Pero ahora el terreno parece abonado para impulsarla, así que le ha faltado tiempo a Ernest Benach, presidente del Parlament y dirigente de Esquerra, para recetarla como bálsamo de Fierabrás. A nadie se le escapa que, de esta forma, ERC acudiría a las elecciones con dos ases: una ley electoral más abierta - algo que Pujol nunca se atrevió a aprobar, pionera en España-y la Oficina Antifrau, nuevo instrumento para el combate contra la corrupción. ¡Bingo!

¿Qué partido se va a atrever a decir que no? Así que los políticos se han puesto manos a la obra y han empezado a discutir la ley electoral. Se han marcado tres meses. Los expertos a los que encargaron el borrador abogan por listas parcialmente desbloqueadas. En la práctica, se podrá colocar una cruz junto a los nombres de los diputados que más nos gusten de la lista que elaboren los partidos. Por decirlo así, corregiremos sus preferencias. Aunque en tres meses, puede pasar cualquier cosa.

10-XI-09, M.D. García

Hoy, por primera vez, Montilla presidirá la reunión del grupo parlamentario del PSC y desafiará a los diputados socialistas a dedicar todos los esfuerzos necesarios para pactar una nueva ley electoral. Es una rectificación en toda regla de los socialistas que habían sido los primeros en renunciar a cambiar las reglas del juego. Por falta de tiempo -apenas un año de legislatura- y por la dificultad del acuerdo, ya que la ley requiere ser aprobada por una mayoría de dos tercios y obliga a un pacto entre PSC y CiU que tienen intereses territoriales contrapuestos. Todo apunta que la presión de todos los grupos recaerá sobre CiU...

La ponencia sobre la ley electoral de Catalunya se constituye el 20 de noviembre en el Parlament. Si bien es difícil un consenso sobre el reparto de escaños, se intentará avanzar en los temas de control del gasto electoral.

11-XI-09, J. Barbeta/C. Sen, lavanguardia

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